La otra cara de la moneda, la realidad de la que muy pocos medios de comunicación hablan y los grandes olvidados del Gobierno. Los pueblos de España que, sufren cada vez una tasa de despoblación mayor, parecen no ser escuchados. Según un estudio realizado por el INE (Instituto Nacional de Estadística) Castilla y León es la comunidad autónoma con mayor índice de despoblación en España.
Entre las nueve provincias que conforman Castilla y León solo tres de ellas, Valladolid, Segovia y León, no registran una caída en el índice de despoblación. El resto de ellas, más en particular Soria, Zamora y Palencia, tienen una tasa de despoblación muy elevada.
Desde El Generacional hemos querido dar voz a dos pueblos vecinos de Palencia. La Serna, un pueblo situado a unos 50 km de Palencia y que cuenta con 103 habitantes actualmente. Su alcalde, Luis Antonio Puebla, nos abre las puertas del negocio familiar que, junto a su familia, puso en marcha en el pueblo.
“Uno de los principales problemas de la despoblación en España es la caída de la agricultura y la ganadería. La maquinaria ha sustituido a muchas personas“ afirma Luis Antonio, alcalde de La Serna.
A escasos 10 minutos de La Serna se encuentra Quintanilla de Onsoña, el municipio principal de la pedanía formada por otros seis pueblos de la provincia de Palencia. Entre Quintanilla, Portillejo, Velillas del Duque, Villantodrigo, Villaproviano y Villarmienzo, pueblos que constituyen la pedanía, no suman más de 180 habitantes censados, de los cuales 15 son niños menores de 18 años.
Su alcaldesa, María Teresa Carmona, nos abre las puertas del ayuntamiento y afirma que uno de los principales problemas rurales que ha experimentado, en sus más de 15 años como alcaldesa, es la insuficiente conexión a Internet.
La mayoría de los pueblos de la provincia que no tienen supermercados o pequeños comercios reciben la visita de camiones o furgonetas en los que poder comprar. Algunos vecinos nos explican que es necesario la llegada de este tipo de servicios porque la edad media de los habitantes supera los 75 años edad, en muchos casos, y, ello, dificulta el desplazamiento para ir a comprar.
Jesús Satre, vendedor ambulante, nos explica la ruta que realiza para abastecer a los pueblos carne y embutido. “Llevo 22 años trabajando como vendedor ambulante y es un trabajo heredado, esta es la cuarta generación que comparto yo junto con mi hermana. Tenemos el negocio principal en Villamoronta pero cada día, de martes a sábado recorro unos 5 o 6 pueblos.“
Está claro que los pueblos y la España rural son los grandes olvidados, al menos de vez en cuando, es por ello que alzan la voz para que las instituciones y el Gobierno central escuche sus peticiones.