Daniel Ojeda Checa nació y creció en Madrid. Con tan solo 25 años publicó su primera novela juvenil Cómeme si te atreves y desde entonces no ha dejado de escribir. Después de Todo lo que sé sobre un corazón roto y Como si nadie nos estuviera mirando llega de nuevo a las librerías con Venimos de un lugar llamado primer amor, que se publicará el próximo 19 de mayo. Esta es su obra más personal, casi autobiográfica, en la que el escritor muestra la importancia de la imaginación, el amor propio y los recuerdos.
Pregunta: ¿Fuiste antes lector o escritor?
Respuesta: Fui antes lector que escritor, creo que leer es lo que te lleva a escribir. Era el único de mi clase que no sabía leer y cuando aprendí me leí todo lo que caía en mis manos. De ahí solo pasaron unos años hasta que tuve la necesidad de escribir mis propias historias y comencé con relatos, hasta que terminé mi primera novela larga.
P: ¿Cómo llegaste a la escritura?
R: Llegué a la escritura por los libros y también por mi abuela, que me decía que por una página de Cuadernillo Rubio de matemáticas escribiríamos un cuento. Eso era un gran aliciente. Después los cosía y les daba un formato de libro que me encantaba, me gusta pensar que fue mi primera editora.
P: ¿Esta historia es más personal que las demás? ¿Es por ello que ha sido más difícil de escribir que el resto de novelas?
R: Sí, creo que de mis libros es el más personal. Tiene mucha mezcla de ficción y realidad, no es cien por cien real. No es una autobiografía. Ha sido como mirarme en un espejo donde encontraba a un personaje muy similar a mí, pero con diferencias. Escribir Venimos de un lugar llamado primer amor ha sido muy terapéutico, pero sí, también bastante complicado. Hacer ese ejercicio de meterte en tu interior, ser honesto y sacarlo todo es tremendamente difícil. Despiertas muchos demonios, pero también los espantas al llegar al final. Ha sido muy reparador poder terminar este libro y tener la
certeza de que es lo que quería y necesitaba escribir.
P: Que tu obra se catalogue como novela juvenil, ¿abre oportunidades o las cierra?
R: Para mí no es más que una etiqueta. Habrá personas que cierren las puertas a novelas que son juveniles o que están etiquetadas así, pero eso es infravalorar a los libros y todos los libros, en general, tienen el derecho a llegar a las casas de aquellos y aquellas que quieran leerlos. Me parece absurdo pensar que un libro infantil o juvenil es solo para un determinado público, porque hay grandes ejemplos de libros infantiles y juveniles que han llegado a los adultos incluso más que a niños y jóvenes.
P: ¿Qué sentiste cuando terminaste este libro?
R: Alivio, pero también un gran vacío. He estado trabajando en él durante dos años, escribí una primera versión, borré la mitad, volví a escribir y antes de llegar al punto final no tenía claro que fuera capaz de terminarlo. Hacerlo, para mí, ya fue todo un éxito. Creo que el éxito es algo mucho más interior que exterior. Ha sido emocionante, ahora ya solo queda que el libro eche a volar.
P: El libro ya está en preventa, ¿habrá firmas de libros?
R: Sí. En principio por el momento que estamos viviendo, habrá una en Madrid. Aún no sé si después habrá posibilidad de hacer más, pero iré informando en mis redes sociales de todas ellas. Se tomarán todas las medidas para seguir protegiéndonos de la pandemia.
P: Un escritor nunca deja de inventar historias, ¿tienes ya nuevos proyectos en mente?
R: Nunca dejo de pensar en nuevas historias. Tengo muchas ideas, por lo que me cuesta encontrar la adecuada entre todas ellas. Tengo que sentirme conectado, estar convencido de entrar en esa novela y conocer casi a la perfección a los personajes antes de comenzar. También tiene mucho que ver la novela que acabe de terminar. Estoy en el camino de decidirme por una de las ideas que tengo, espero ponerme a escribir muy pronto. Tengo muchísimas ganas, pero antes de eso tengo pendiente un relato que formará parte de una antología preciosa con otros autores.
