La serie, producida por el gigante Netflix, recoge todo lo necesario para triunfar: misterio, drama y, cómo no, violencia. Mucha violencia
ARTÍCULO SIN SPOILERS. Mientras hay quien la posiciona entre las mejores series de Netflix, hay quien no puede pasar de su macabro primer capítulo Luz roja, luz verde. El Juego del Calamar, una historia realista pero a la vez simbólica, se estrenó el pasado 17 de septiembre y desde entonces, no ha hecho más que crecer como la espuma.
¿De qué trata?
Un grupo de individuos económicamente desesperados se ven embaucados en una sucesión de juegos infantiles, un tanto macabros, con el objetivo de lograr una ostentosa recompensa que resolvería todos sus problemas.
Aunque no es el foco central de la serie, también se aborda un tema muy difícil de tratar debido a las heridas aún abiertas: los desertores de Corea del Norte que escapan al país vecino en busca de libertad y sus dificultades en el inicio de una nueva vida.
El director y guionista surcoreano, Hwang Dong-hyuk, tomó como referencia diversos mangas japoneses para el argumento de su historia, que comenzó a escribir en 2008. Obras como Battle Royale, As the Gods Will o Alice in Borderland sirvieron de inspiración al autor. En todas ellas podemos observar un factor común: la agobiante situación económica de sus “jugadores”, similar a la que vivía el director cuando escribía El Juego del Calamar.
¿Por qué juegos infantiles?
El escritor Hwang Dong-hyuk, explicó que “No se requiere mucho tiempo ni energía en comprender las reglas de este tipo de juegos”. Es decir, “la esencia del juego de supervivencia es el nivel de entretenimiento y ver cómo los participantes luchan por ganar”. En definitiva, El Juego del Calamar pone el foco en cómo responden los participantes a distintos estímulos y no en la complejidad de los propios estímulos o pruebas.
«Los juegos eran algo a lo que solía jugar cuando era niño, cuando era inocente. (…) Y eso podría tener consecuencias de lo más intimidantes: la vida o la muerte. La combinación de los dos (ámbitos) podría crear una ironía muy sorprendente», añadió el autor de la rompedora serie, que ya ocupa el top 10 de las novedades más vistas en Netflix.
La guinda del pastel: la banda sonora
En esta serie todos los elementos están cuidados al detalle, y la música que nos acompaña por esta brutal aventura, no iba a ser menos. La banda sonora está inspirada en algunas de las canciones infantiles coreanas más populares, lo que parece teletransportarnos a un ambiente tierno e inocente, pero verdaderamente nos empuja a un nerviosismo terrorífico.
Mono rojo de La Casa de Papel
También se ha generado una gran controversia en torno al traje rojo utilizado por los vigilantes de los juegos, similar al que portan los atracadores en la La Casa de Papel. Quizá Netflix quisiera darles un nuevo uso en la serie surcoreana. Quién sabe.
Respecto a las máscaras de diferentes formas geométricas que visten estos guardias, el director y guionista surcoreano aclaró que “los círculos son los trabajadores, los triángulos representan a los soldados que están armados, mientras que los cuadrados son para los gerentes”.
Otras recomendaciones
Si te ha gustado esta impactante serie, quizá te guste Alice in Borderland con el mismo eje central o Black Mirror que lleva al límite esta visión catastrófica del futuro.
Hay quien ve El Juego del Calamar como la mezcla perfecta entre la tetralogía de películas y libros de The Hunger Games, el filme español El Hoyo y la serie japonesa Alice in Borderland. Lo que está claro es que no es apta para sensibles: Hay momentos emocionalmente muy duros que muestran lo peor del ser humano.
Y a ti, ¿te gustaría jugar al escondite inglés para hacerte con una enorme cantidad de dinero?