Durante la década de los sesenta Ronnie y Reggie Kray se hicieron amos y señores del East End londinense
Los gemelos gánsteres Kray, codeándose con la elite de la época; políticos, artistas y periodistas, se convirtieron en símbolos pop. Seguramente fuera el mayor de sus errores.
“Unos nacen para ser Ronnie Kray, otros nacen para soportar a Ronnie Kray”. Así se dirigía el agente de policía encargado de vigilar los pasos de los Kray a su adjunto en la película Legend, un biopic que narra la historia de dos gemelos que hicieron de Londres su patio de recreo. El agente observaba a Ronnie desde su coche abovedado, típicamente británico, mientras el menor de los Kray se citaba con un distinguido miembro de la Cámara de los Lores. La fama y el poder pudieron con ellos.
Caras bonitas, caras reconocidas
Ronnie y Reggie eran glamurosos, pero sus crímenes no lo eran. Ansiosos por trasladar la condición de gánster al siguiente nivel, recurrieron al fotógrafo David Bailey para que inmortalizara su planta. “Su mayor error fue dejarse retratar por mí”, reconocía Bailey en la BBC. En su libro, Box of Pin-Ups, los Kray aparecen inmortalizados junto a Mick Jagger, los Beatles o Michael Caine. En ese momento, no eran más que unos exboxeadores del East End, pero su actividad dentro del crimen estaba al llegar. Si un gánster debía pasar de puntillas y vigilar cada una de las huellas que dejaba, los gemelos ignoraban todos estos preceptos. Actuando al margen de la ley, se preocupaban más por su imagen que por los negocios.
Tanto es así que la música contribuyó a agrandar su relato. Blur con Charmless Man y The Last of the Famous International Playboys de Morrissey incluyen en sus letras a los Kray como figuras de la cultura pop. Además, quisieron tener su propio biógrafo. Una vez fallecidos, querían que su legado continuase flotando en las calles de Londres. Para ello, su primera opción fue Truman Capote; pero el autor, que acababa de publicar A sangre fría, declinó la oferta. Fue John Pearson, un reputado periodista, el encargado de contar el ascenso y la caída de los Kray. The Profession of Violence fue el resultado de años siguiendo el camino de Ronnie y Reggie.

Si en el cine todos los actores querían parecerse a Marlon Brando, en los subsuelos londinenses Billy Hill era el referente de los gemelos. Hill en los cincuenta se adueñó del Soho, como más tarde lo harían los gemelos con el East End. Ronnie y Reggie recurrieron a su tótem, pero no fue en Londres. Hill se movía entre Cannes y Tánger. Como si se tratara de Humphrey Bogart en Casablanca, Billy Hill tenía su propio club en la ciudad marroquí. Fue allí donde recibió a sus discípulos.
Negocios, coerción y rivalidad
A finales de los cincuenta, ya estaba operando The Firm, la banda encabezada por los gemelos que agrupaba desde temidos escoceses a hombres de negocios que habían sucumbido a la persuasión de la bicefalia de los gánsteres Kray. El ocio nocturno fue la baza para saltar al estrellato y ganarse un nombre dentro del panorama británico. Varios clubes del barrio de Whitechapel llevaban la firma Kray, pero fue gestionando el Esmeralda’s Barn con el que Ronnie y Reggie rentabilizaban su marca. Estaban surfeando la ola y por supuesto, no faltaban lances de lo más turbios o choques con otras bandas rivales.
Ronnie era abiertamente homosexual, algo que en el East End no estaba nada bien visto. Se dice que era habitual verle rodeado de jóvenes que le acompañaban a donde fuera, incluso se destapó un escándalo sexual que involucraba a un miembro del Partido Conservador y a Ronnie Kray. Lord Boothby, gran amigo de Winston Churchill, consiguió ganar la batalla legal al Sunday Mirror, que había publicado la exclusiva, llegando a un acuerdo por 50.000 libras. Ronnie acabaría sacando tajada del escándalo, Boothby le pagó 5.000 libras comprando su silencio en relación a intereses comunes.

Hasta 1967 la homosexualidad no fue legalizada en Reino Unido. Por lo que las prácticas sexuales entre personas del mismo sexo estaban penadas. Existen rumores de que el menor de los gemelos convenció a Reggie para mantener relaciones sexuales en secreto. Precisamente, sus rivales explotaban la condición de Ronnie para atacarlo.
The Blind Beggar fue el escenario del inicio de la decadencia de los Kray. The Richardsons era una banda liderada por George Cornell que chocaba con la postura de Ronnie y Reggie. Cornell decidió acudir al pub, cercano a la zona de los Kray, y de ahí no saldría. Ronnie, borracho y con problemas esquizofrénicos, apareció por la puerta y colocó la bala en la cabeza de Cornell. Un año más tarde, en 1967, Reggie acabaría con otro cabecilla de una banda rival. Los gemelos contaban las horas que les quedaban siendo libres en las calles del East End.
Media vida entre rejas de los gánsteres Kray
“En realidad eran unos criminales de pacotilla, les interesaba más ser famosos que buenos en lo suyo”, asentía el periodista y autor Duncan Campbell. Cuando fueron condenados a cadena perpetua a los 35 años la marca Kray ya era todo un fenómeno. En prisión, seguían administrando sus chanchullos. Reggie vendió la exclusiva de que se casaba por 10.000 libros. Asimismo, su empresa de guardaespaldas en 1985 abasteció a Frank Sinatra con dieciocho de sus empleados. Su maquinaria mediática no paraba.
La motivación de toda la actividad mafiosa de los Kray tenía el nombre de su madre Violet. Ronnie y Reggie se adentraron en el mundo del crimen para que su madre pudiera vivir sin preocuparse por cuestiones económicas. Si en las calles eran temidos por quienes se cruzaban con ellos, en casa, su madre sacaba el lado tierno de los gemelos.

Ronnie falleció en 1995 de un ataque al corazón mientras cumplía su condena en prisión. Por su parte, Reggie al mes de haber salido de prisión por razones humanitarias, murió mientras dormía. A partir del crimen ascendieron al universo pop de la época. Aún hoy, visitas guiadas recuperan las historias de dos gemelos que tocaron la cúspide para descender de ella repentinamente. Las calles del East End no olvidan la estela que Ronnie y Reggie Kray dejaron.