A las mujeres que están, a las que no están y a las que estarán, por un 8M en el que todas seamos las protagonistas
Hace mucho, mucho tiempo, en un país muy lejano de bosques idílicos, animales cantarines, reinos sin crisis y repleto de amor, una niña de 14 años llamada Blancanieves fue envenenada por su madrastra. El príncipe del reino la encontró y, dándole un beso de amor verdadero, la despertó de un sueño que se creía eterno. Se casaron y vivieron felices y comieron perdices.
Hace unos días, en un país bastante cercano, una niña de 14 años ha contraído matrimonio con un hombre que acaba de conocer y que va a romper el maleficio que cae sobre su familia: la pobreza. La niña cumple su deber, va a salvar a su familia, sin siquiera saber cómo viene un niño al mundo. La diferencia es que eso no es cuento.

Hace otros tantos años, allá por la Edad Media, grupos de mujeres eran quemadas vivas por saber, por tener conocimientos sobre algo que los hombres no, por tener poder. Por ser brujas, o lo que es lo mismo, por ser mujeres. Hace unas horas, unas niñas iraníes han sido envenenadas con el objetivo de que se cierren los colegios a los que acuden. Y esto tampoco es un cuento y tampoco ha sucedido hace cientos o miles de años.
Ellas son las que no van a poder salir a la calle a protestar porque temen entrar en la cárcel o algo peor, la muerte; son las futuras mujeres que de niñas fueron silenciadas por un grupo de hombres que vieron el conocimiento como un arma; son las futuras madres que querrán que sus hijas puedan salir a la calle tranquilas, tanto en su país como en otros; las futuras abuelas que verán un mundo en el que las mujeres tienen cabida del mismo modo que los hombres.
Por ellas, por las que no han llegado hasta aquí y las que solo pueden ver las manifestaciones desde la televisión, deseando que algún día no sean necesarias; también por las que salen a gritar a la calle, las que son o han sido víctimas de violencia por el hecho de ser mujeres. El Generacional se vuelca con todas aquellas que, aunque hayan sido abatidas, no pudieron ser eliminadas de la memoria colectiva.
Las que no pudisteis quemar.