La nueva adaptación de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico constituye un rotundo éxito
Bajo la dirección de Lluís Homar esta jovencísima compañía consigue, por un lado, darle una nueva energía a la obra y, por el otro, mantenerse fiel a un texto canónico de las letras españolas. Interpretación, dirección, iluminación y vestuario consiguen, concluida la función, dibujar una imborrable sonrisa en las caras de los espectadores y levantarles de sus butacas al ritmo de la más moderna música que pudieron encontrar.
Lope de Vega y su discreta enamorada
En 1606, fecha de publicación de la obra, todavía no se considera a Lope de Vega en el nivel conceptual que le hará pervivir en el parnaso de las letras españolas. Es precisamente cuando La discreta enamorada ve la luz cuando algunos marcan ese punto de no retorno que posibilitará la inmortalidad de su obra. Cómico, pero hondo, impecablemente resuelto métricamente y desenvuelto en su personajes, el fénix de los ingenios logra en esta obra generar un poliedro cuyas caras se van descubriendo lentamente.
A finales del siglo XVI, en la calle de los jardines de Madrid vive Fenisa, una joven bella, discreta y gallarda – perfecta para su tiempo -, junto a su viuda madre, Belisa. En la vivienda de en frente vive Lucindo con su padre Bernardo, capitán en Flandes. El añejo caballero pedirá la mano de la joven Fenisa y le será concedida. Pero esta, enamorada de Lucindo, diseñará una serie de industrias y enredos con el fin de unirse en matrimonio con el hijo de su prometido.

Los enamorados
Si bien es cierto que, por enamorados, podríamos tener a todos los personajes de la obra, nos quedaremos con Lucindo y Fenisa. El primero es, en esta ocasión, interpretado por Marc Servera, polifacético intérprete licenciado en la RESAD, y, la segunda, es encarnada por Nora Hernández. La joven actriz madrileña, con una considerable experiencia en textos de nuestro autor, deslumbra y teje a su antojo el porvenir de la representación.
La historia de amor que, entre sucesivas nerviaciones y desvíos, nos cuentan los dos protagonistas dota a la obra de la dimensión poética y la hondura que precisa. Si la pluma de Lope no fuese tan docta y por entre las palabras de sus personajes no se entreviera un lenguaje amoroso y agudo, este texto sería una sonsa y epidérmica comedia, pero no, ahí está él – y ahora ellos – para escribir y declamar las palabras de amor que han de erizar las más exigentes pieles. Estamos hablando de Lope de Vega, ¿qué esperaban que ocurriera?

Y serán los padres como son los hijos
«Baja los ojos al suelo, porque sólo has de mirar la tierra que has de pisar» comienza diciendo Belisa, apenas sin saber que sus ojos terminarán por alzarse más y más hasta encontrarse con el cielo. En esta ocasión, el personaje es interpretado por la fantástica Cristina García. La actriz jerezana, instruida y talentosa, nos permite acompañarla en una metamorfosis interpretativa en la que, a la manera descrita por Soren Kierkegaard, «la mariposa ha olvidado que antes ha sido oruga».
Por su parte, Iñigo Arricibita, encarna al Capitán Bernardo. Resulta poderosamente reseñable – sin olvidar otras virtudes – la capacidad de enojo que le inocula al personaje. La capacidad facial que el actor pamplonés monopoliza por momentos la atención de la platea. Si bien es cierto que la rotundidad y el carácter hosco caracterizan a su personaje, también es capaz de mostrarlo de un modo grácil y ligero. Un sobresaliente más en la carrera del actor.

Adaptación
Desde que el espectador accede al Teatro de la Comedia queda impactado por su escenografía. Simple, pero rompedora. Sincera y cambiante. El hecho de que los actores y el personal técnico pisen el escenario antes incluso de que comience la función consigue dibujar, sin necesidad de palabras, las primeras sonrisas en el público. Decisión impecable. Además, por su sencillez, la escena permite hacer a la audiencia cómplice de su creación.
Por otro lado, es cierto que, los momentos musicales en obras que no están diseñadas originalmente para albergarlos, suelen generar la sensación de extrañeza. Sin embargo, dada la calidad del elenco y la buena elección de las piezas, las interpretaciones musicales crean, en esta representación, una llamada contundente para que el público se implique de lleno en la obra. Otra gran elección.

Una visita obligada
En conclusión, tienen ustedes hasta el día 26 de noviembre para disfrutar de esta grandiosa interpretación en el Teatro de la Comedia. Si no lo consiguen, no sufran. La compañía comenzará una gira que les llevará hasta Málaga, Barcelona, Almería, Almagro, Alcalá de Henares, A Coruña y Las Palmas de Gran Canaria. Con tantas oportunidades es una gran falta perdérsela. Déjense llevar por los enredos de La discreta enamorada.