Víctor Contreras, dramaturgo y director chileno, trae a España la obra de teatro que estrenó hace más de tres décadas en Berlín
Remozada del invierno alemán de 1987 a la primavera madrileña en 2023, han cambiado los actores, el público y el escenario. Se ha actualizado el diálogo a los nuevos términos que exigen las protestas e injusticias de hoy. Ahora, si hay algo que se mantiene es la vigencia de una obra cuya esencia es atemporal. Dos contra la pared es un homenaje a los desamparados, los malheridos y solitarios que se pueden permitir bailar y soñar sin miedo. Escrita y dirigida por Víctor Contreras e interpretada por Jessica Burgos y Sixto Cid, la producción de EnaGna2 se puede disfrutar cada domingo de este noviembre en la Sala OFFLatina.
No hay telón, tampoco proscenio o un cúmulo de elementos escenográficos que admirar mientras se espera al comienzo de la función. Hay un escenario con tres barcas de fruta coloreadas que no da pistas sobre lo que sucederá en él durante los próximos cincuenta y cinco minutos: un cúmulo de sorpresas gratificantes incluso para el espectador más experimentado. En Dos contra la pared tanto texto como interpretación van in crescendo. Uno se puede sentir desubicado durante los primeros minutos, sin embargo, es cuestión de dejarse llevar, confiar y esperar a la magia; porque llega.
En un acto perfectamente compenetrado, Leontina (Jessica Burgos), una mujer de pasado indefinido que espera a Manuel, y Winfried (Sixto Cid), un sintecho que vive de lo que gana en sus espectáculos callejeros; son los fracasados que nos revelan un secreto valioso: el precio de la libertad no existe, porque no se tiene miedo cuando uno no tiene nada que perder.
Al finalizar la segunda representación de la obra en OFFLatina, el director y los actores se ofrecieron a conversar con El Generacional. Tan bellamente locos y cuerdos como sus personajes, explican a continuación que es para ellos Dos contra la pared. Una experiencia teatral que exige, que te alegra y tensa por momentos hasta llegar a un romántico cierre repleto de preguntas y respuestas. Sin duda, un espejo cómico y sincero de lo que hoy somos.

El trabajo de Víctor Contreras: un texto crítico y un objetivo definido
Ha dirigido en grandes teatros como el Maxim Gorki de Berlín, ha trabajado con textos de Ionesco, Bekcet, Sarte, Lorca… La producción de Víctor Contreras es una demostración más del arte que tiene la capacidad de ser agente de cambio social. Estrenada por primera vez en 1987 en el Kroll Theater por la compañía Erzählerbühne de Berlín, hoy presenta una puesta en escena sencilla, dos actores curtidos y un texto redondo; todo ello con propósito de explorar el individualismo exacerbado que caracteriza a la sociedad occidental del siglo XXI.
Pregunta: ¿Por qué has decidido volver a trabajar en Dos contra la pared más de treinta años después de su estreno en Alemania?
Respuesta: Mira, yo viví en Berlín oriental, el lado del muro, el de los “malos”, y estrené esta obra en el Berlín occidental, el de la brillante libertad. Ahora, nos estamos dando cuenta de que todo lo que contiene el capitalismo no brilla tanto. Por lo que tenía la necesidad de decir varias cosas, sobre todo aquí en España, donde el ambiente está tan poralizado. Donde hay tantísima gente que vive con lo justo, se defiende como puede y trata de ser feliz con lo que tiene.
P: ¿Cuáles son esas cosas que tenía la necesidad de decir?
R: Que miremos un poquito alrededor nuestro. En el mundo moderno nadie mira más allá de sus aledaños. La globalización nos ha hecho tan individualistas… Hoy todo el mundo quiere ser alguien, pero hay mucha gente que no es nadie. Aquí hay dos millones de persones que van a pedir a Cáritas todas las semanas porque no llegan a darle comida a sus hijos, ni siquiera trabajando. Entonces, yo quería tratar de llegar al corazón con una historia que fuera casi de amor. Digo casi porque dejo el final abierto, no se sabe lo que pasa.
P: ¿Considera que el argumento de la obra encaja mejor en 2023 que en 1987?
R: Sí, creo que sí. Hay mucha gente que vive en la calle todavía. Sobre todo, hay muchos sudamericanos o extranjeros de distintos países que viven esperando a que alguien los saque de la miseria. Tendemos a pensar que los inmigrantes vienen aquí a quedarse; no es así, vienen a juntar algo de dinero para regresar con más de lo que tenían a su país.
P: ¿Por qué seleccionaste a Jessica Burgos y a Sixto Cid para interpretar a Leontina y Winfried?
R: El público que viene a Dos contra la pared viene a ver a dos grandes actores. Sixto es un actorazo que se dedica al teatro desde hace décadas. Yo trabajé con él hace veinticinco años y hace dos volvimos a trabajar juntos en una obra de Fernando Arrabal (Oración), un gran autor del absurdo. De hecho, esta fue una obra que Sixto estaba preparando con una amiga y cuando me pidió consejo le ofrecí empezar de cero y trabajar en ella juntos.
R: Jéssica trabajó durante cinco años en un teatro que tuve para niños en el Museo del Ferrocarril. Es una gran actriz que ha tenido muy pocas oportunidades. La realidad es que en este país es muy difícil tener éxito sin padrinos, relaciones o, bueno, que digo, alguien que te enchufe.

Jessica Burgos y Sixto Cid, dos actores que nos hacen reír, reflexionar y llorar en Dos contra la pared
Pucelana y actriz vocacional desde la niñez, Jessisca Burgos estudió en la Escuela Superior de Arte Dramático de Castilla y León y ha participado en numerosos proyectos de teatro y televisión. Natural y sincera es la interpretación que hace de Leontina, un personaje tan valiente como ingenuo en el que uno siempre encuentra algo que lo identifica. Jessica entrega al público una sonrisa esperanzadora y destaca por su dicción, que se regula con destreza a lo largo del diálogo y a lo ancho de las exigencias del espacio.
Él lo hace mediante su gestualidad, su comicidad y sinceridad, imprescindibles para dar credibilidad a Winfried que es único en pensamiento, que nos extraña aunque lo veamos día tras día en las esquinas de las grandes calles y avenidas que paseamos. Sus dudas puntuales con el texto son salvadas con la maestría de un actor curtido, pues respeta y valora la potencia del texto. Apasionado de la interpretación y fiel a sus principios de libertad, Sixto Cid se define como un “actor sin éxito”. No obstante, lleva más de cuarenta años subido a las tablas del teatro, el cine y la televisión. En Dos contra la pared, ambos, completan y amplifican un escenario pequeño, pero dispuesto a embaucarnos en un baile teatral que despierta nuestra conciencia al tiempo que celebra el amor como el recurso más bello.
P: El texto de la obra obliga al público a contemplar todos los aspectos de nuestra realidad social, hasta los más incómodos. ¿Qué os ha enseñado a vosotros la interpretación de Dos contra la pared?
R Jéssica Burgos: En general, los dos personajes tienen un niño interior muy potente que quiere jugar con la vida. El mundo interno de Leontina guarda muchas incógnitas: ¿cómo se gana la vida?¿de dónde ha podido venir?¿en qué estado se encuentra?… Me gusta mucho porque es inocente y tiene ganas de progresar. Sin embargo, está en la situación de esa gente que no tiene ayudas, que está desamparada o se siente sola. La soledad está muy presente en el personaje; una soledad que ella cubre con su idea de Manuel.
R Sixto Cid: Mi personaje es más mayor, desde luego, más avispado, al final vive en la calle. Yo me encuentro a Leontina en mi “territorio” y, al principio, creo que es una prostituta; después, me enamoro de ella sin quererlo. La importancia de Winfried está en que él es la basura, a quien nadie quiere mirar ni está dispuesto a ayudar.
P: “¿Son locos los que todavía pueden soñar?”, es una pregunta que lanza Winfried varias veces durante la obra. Sixto, ¿Cómo exploras en tu personaje la concepción que hoy tenemos de locura?
R Sixto Cid: Locos… Hay que estar un poco loco. Los locos son los más cuerdos porque son personas libres. Ellos son los que nos hacen mirar lo incómodo. Por cierto, también me gusta mucho la frase: “El miedo sigue siempre las huellas que lo ojos dejan cuando le miran”.
P: Jéssica, ¿Crees que es fácil encontrar algo de Leontina en todos nosotros?
R Jéssica Burgos: Sí. Hay ahora mucha gente que está en un trabajo que no le llena, que tiene sus sueños y metas y le gustaría cambiar su vida, pero que por circunstancias concretas no puede salir de esa situación. Yo misma creo que todavía tengo esa actitud de ingenuidad respecto a la vida que tiene ella.
P: Representáis Dos Contra la Pared en una de las salas de OFFLatina, un espacio íntimo en el que apenas existe separación entre el público y la representación, ¿Qué supone esto para vosotros como actores?
R Jessica Burgos: A mí, personalmente, me gustan mucho este tipo de salas. El público siente al actor cercano y se pueden crear escenas que guardan cotidianeidad. Es verdad que siempre hay que proyectar la voz cuando suena la música y tener en cuenta ciertos cambios para poder llegar, pero la experiencia, en general, me ha gustado mucho.
R Sixto Cid: Donde más he trabajado yo es en óperas en el Teatro Real. También he hecho microteatro en el que actúas junto al público, directamente no hay separación. Me es indiferente, no lo considero ni más fácil ni más difícil. Para mí la clave es no mirar, aunque tenga al público cerca, porque entonces recuerdan que estás actuando.

P: En Leontina y Winfried como personajes y en vosotros como actores se aprecia una afinidad fluida y natural, ¿Cómo ha sido el proceso de lograr que Dos contra la pared se suba al escenario?
R Jéssica Burgos: Yo estoy encantada. Trabajar con Sixto es divertidísimo, el tiene puntos muy graciosos que se ven en la obra, que le salen así, naturales. Con Víctor un placer. Trabajé con él varios años y para mí es un halago que haya confiado en mí. Es cierto que cuando dirige me hace sentir muy bien.
R Sixto Cid: El proceso de siempre, hasta que no te aprendes el texto no lo disfrutas. Íbamos a empezar a ensayar en enero para tener la obra lo antes posible, pero por una serie de adversidades que pasé no pudimos comenzar los ensayos hasta abril. Es una obra complicada porque estamos los dos solos continuamente en escena. Yo estoy acostumbrado a actuar en papeles que tienen su momento, más largo o corto. Dos contra la pared demanda mucho en ese sentido. Puedo equivocarme y que el público no lo note, pero es un texto muy bien medido que merece ser bien dicho.
P: ¿Qué efecto tiene Dos contra la pared en el público que viene a veros?
R Jéssica Burgos: Es una obra con drama, comedia, emoción… Tiene de todo, pero la gente sale del teatro con un punto de reflexión. Se pregunta: ¿qué es lo qué ha pasado? ¿cómo es la sociedad? ¿qué estamos haciendo que hay tantas injusticias sin solucionar?
R Sixto Cid: Yo al principio no quería hacer esta obra, pensé “no dice nada”, pero me acabé enganchando. La obra es digna, con un mensaje simple pero necesario. Me sorprende Winfried, con esa actitud tan jodida de odio a los extranjeros; pero hay mucho de eso en todos nosotros cuando nos olvidamos de que somos ciudadanos del mundo y nos enfuscamos en el “yo soy español”.
R Sixto Cid: Mira, yo en los ensayos siempre le pedía al director a ver si podía sacar una camiseta que tenía del “No a la guerra”, contra la guerra de Irak y la actuación de Aznar. Ahora hay una guerra en Europa y otra en Oriente Medio y nadie hace nada. Siempre nos posicionamos a favor de unos u otros, y el “No a la guerra” es no a la guerra. A pesar de que me costó convencer a Víctor yo quise meter este símbolo mío, lanzar un mensaje.