En tan solo hora y media, Disney consigue crear una trama donde rebosan los sueños, las esperanzas… y lo que pasa cuando no se consiguen
Wish es la próxima película animada de Disney, dirigida por Chris Buck y Fawn Veerasunthorn. La historia sigue a Asha, una chica de 17 años con la voz de Ariana DeBose, quien realiza una súplica a las estrellas ante una oscuridad en el Reino de Rosas. La película combina animación 3D con las acuarelas clásicas y características de Disney.
Wish es la nueva película de Walt Disney Studios que tanto ha dado que hablar en los últimos meses, ya sea porque ¡por fin! tenemos una princesa –o eso creíamos– cuya historia está inspirada en la península ibérica (con referencias obvias a Andalucía) o por su inesperada animación, que ha resultado ser una mezcla 2D-3D muy innovadora, nada contaminada por el germen de SpiderVerse, que se ha visto esparcido por las últimas películas del género.
Fui a la proyección con ganas de sacarle algo malo a la película, porque por lo que veía, todo parecía ser malo. La animación no gustaba, mucho decían que la película se veía «incompleta». Por lo tráilers, no terminaba de ver el elemento común en las películas de princesas… pero verla ha sido como darse un golpe en los dientes. He tenido que tragarme todos los pensamientos que tenía acerca de la película, porque Wish no es un cuento de princesas, es una historia que se ha ido mostrando poco a poco en todas las películas de Disney, desde su creación.

Todos, todos, todos, tenemos un deseo
Cuando comenzaron a dar pistas de lo que Wish sería, muchos de nosotros nos quedamos expectantes a ver cómo reformaban la estructura clásica del cuento de princesas Disney al que estamos acostumbrados. Desde el primer coletazo a este estereotipado estilo, ha habido muchos cambios que han redirigido estas historias a perspectivas mucho más atractivas para un público general, que deja de lado la propia infantilización del personaje femenino principal y que le da motivos, valores, y cambios que le hacen destacar en sí mismos y sobre la trama.
Aquí, de nuevo, hay un gran cambio: Puede que sea la primera película de princesas en la que no es necesaria la presencia de una subtrama amorosa (ni la mera mención de ella, o de querer evitarla, como pasa en Brave) que vemos de la compañía.

Creo que la mejor forma de definir esta película es decir que, si hay algo que devora más que un deseo, es la frustración de no tenerlo. ¿Hasta dónde llegarías para cumplir tu sueño? ¿Qué estarías dispuesto a sacrificar? ¿A quién estarías dispuesto a dejar atrás? ¿Y qué es lo que pasa con los deseos que no cumplimos? ¿Seríamos más felices si, simplemente, los olvidásemos?
Asha, la protagonista de esta historia, quiere ser la aprendiz del rey de Rosas, Magnífico, quien tiene poderes mágicos y los utiliza para proteger al su pueblo. Aquí podría quedarse el resumen de la historia sin spoilers, y a primera vista, parece una trama simple y «dirneyficada», pero tiene muchos más mensajes de los que cualquiera podría haber esperado, y es que, Wish se acerca más a ser el argumento de una novela de fantasía medieval, pues tiene todos los elementos para que esto sea posible.
Una diada en la magia
No puedo comenzar a hablar de Wish sin decir lo mucho que me ha gustado que los únicos protagonistas de la cinta sean Asha y Magnífico. Protagonista y antagonista. Heroína y villano.

Parece que los últimos productos de ficción del género tengan miedo de quedarse sin conversaciones y sin argumento, y por ello metan personajes secundarios aburridos que el público acaba olvidando una vez que la historia está completa. Esto, y las pocas interacciones que tienen villano-héroe son uno de los aspectos más criticados de la fantasía moderna.
Cuando vi que Asha y Magnífico eran los personajes que más interactuaban entre sí y que más trasfondo tenían, casi no me lo podía creer. ¿Una película estaba funcionando a la perfección con dos personajes como conductores de la trama? Sí. Lo estaba haciendo. Y lo mejor era que me estaba encantando.
Si bien creo que Asha es un arquetipo perfecto de heroína, creo que Magnífico es de los villanos más entendibles que ha hecho la franquicia en mucho tiempo. Es muy importante que en ficción todos los antagonistas tengan un motivo por el cual ser malvados, o como mínimo, enfrentarse al protagonista. Últimamente me fijo en esos motivos más que en cualquier otro. Si por tan solo un momento, alguno de ellos me hace replantearme por tan solo un instante si yo hubiese hecho lo mismo que él, entonces, lo considero buen villano.
Omito por completo que su canción no tenga el vibe de ser una canción de villano.
¿Y así me lo agradecéis?
Magnífico, por su parte, tiene mucho más poder del que puede controlar, y tal y como dice el dictum de Acton, «El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente». El rey de Rosas tenía todo el poder mágico para sí solo, y para colmo, privaba a la gente de sus deseos una vez cumplida la mayoría de edad para que, en el futuro, cupiese la posibilidad de poder cumplirlos.

Pero su preocupación por perder el poder le era mucho mayor que cualquier otra. Ni siquiera al principio de la trama es algo tan preocupante como se desarrolla al final, pues en el inicio su inquietud se debe más a una responsabilidad por mantener el orden en sociedad. Su verdadera cara sale a la luz debido al primer giro en la trama.
Y es normal. Claro que es normal. Se trata de una persona que siempre ha tenido el poder, indiscutiblemente. Ni siquiera la reina de Rosas tiene el mismo poder que él. Nunca ha llegado a tenerlo, porque ella controla la magia, por lo tanto, nunca han estado en igualdad de condiciones. Magnífico, además, está atormentado desde un incidente en el pasado, por lo que es incapaz de hacer girar su posición, porque para él eso significa perder el control. Y cuando pierde el control, pierde la seguridad, y sin seguridad, su reino puede sufrir. Con esto, no justifico sus acciones, pero las puedo entender, que es incluso más importante a la hora de valorar a un personaje.
Pero la cinta también lleva consigo un importante mensaje de rebelión y una fuerte crítica a los regímenes autoritarios que son capaces de quitarle lo más importante a sus ciudadanos (que en lenguaje Disney se trata de los deseos). Tampoco deja pasar desapercibido esa glorificación de algunos ciudadanos ante estas figuras casi dictatoriales que ejercen un abuso de poder, aquellos que no se cuestionan ni por un segundo si están protegidos, o si en realidad están sometidos. Aunque eso, claro, es otro tema.
Estrellita, estrellita
Soy esa clase de persona, pero estos personajes a los que me gusta llamar «monigotes» son una de las cosas que peor llevo de las películas de animación. No suelo entender su propósito y creo que simplemente están ahí por un posible éxito comercial, pero en este caso… Estrella no me ha molestado en absoluto.

Se trata de esa bola amarilla que desprende, lo que parece ser, polvos de hada (aunque en realidad es, simplemente, magia). Está presente en casi toda la película y se trata de la representación viviente del deseo que Asha le pide a una estrella. Creía que iba a estar de aquí para allá molestando (ese papel lo ha tenido Valentino, la cabra con cara de Simba que acompaña a Asha, uno de estos monigotes me tenía que molestar), pero me ha parecido incluso adorable.

Me ha gustado, sobre todo, que no diga ni una sola palabra durante toda la película y que su lenguaje comunicativo fuese a través de la creatividad. El mejor detalle de todos ha sido el que propiamente se ve en la imagen de arriba, aquel hilo rojo, que tal y como dicen diferentes leyendas de la literatura oriental, los dioses atan un cordón rojo alrededor del tobillo o en el dedo meñique de dos que han de conocerse o ayudarse en un momento concreto y de una manera determinada. ¡Y eso es justo lo que pasa en la película!
Y no es que el hilo rojo tenga una escena, no, es que tiene varias. Estrella se disfraza de los demás personajes de la película para interactuar con ellos con, justamente, ese hilo rojo. Aunque no eso no es lo único que se puede decir del papel de Estrella y del verdadero significado de la película.
«Todos tus sueños se pueden hacer realidad, si tienes el valor para perseguirlos»
Estrella, como he dicho antes, es una fábrica de deseos. Todo lo que toca, lo hace mágico, de una manera u otra, y con eso mismo, entrega poderes mágicos a Asha. Hay algo más en ese poder, algo muy arraigado a la compañía Disney, que llevamos viendo desde infinidad de películas, desde hace casi, 100 años.
La principal referencia de esta historia –de toda la película- es el hecho de pedir un deseo a una estrella. Esto ha sido repetidísimo en muchos clásicos de la compañía, pero ninguno se compara a lo que Pinocho nos enseña en su canción When You Wish Upon a Star, que incluso se ha convertido en parte de las sintonías características de la propia Disney. Se podría decir que Wish ha cogido esa canción y ha hecho toda una historia a través de ella.
Pero no es la única aparición en la que tienen lugar los deseos, o los sueños (que en español, significan lo mismo). En Cenicienta, la canción más característica de toda la cinta es A Dream is a Wish your Heart Makes, y pasa un poco como en Pinocho: Se trata casi de un eslogan para la compañía y es de sus canciones más representativas.
Eso, sin mencionar que una de las frases más célebres de Walt Disney fue “Todos tus sueños se pueden hacer realidad, si tienes el valor para perseguirlos», y que el principal eslogan de los Parques Disney es «Donde los sueños se hacen realidad».
Deseos, deseos, deseos por todas partes. Y también el afán por cumplirlos. Es casi como si toda la compañía se hubiese estado preparando para que, justo en sus 100 años, hiciesen una producción con el mensaje principal que han estado lanzando desde el primer minuto: Tus sueños se pueden cumplir, solo tienes que perseguirlos.
