‘La cárcel de aire’, con Carlota y Armando como protagonistas, un thriller lleno de acción y sarcasmo realza al ladrón de guante blanco
Aurora Guerra (1968) es una de las creadoras de ficción más importantes de España. Ha sido responsable de éxitos como El Secreto de Puente Viejo, Acacias 38, Cámara Café o Fuerza de paz. Guionista, productora, showrunner y ahora, novelista de thriller. El pasado 13 de septiembre presentó La Cárcel de Aire, la obra con la que la autora se incorpora al género.

«Y controla ese vocabulario, Carlota»
Carlota es una superviviente. Así es como se describe en la sinopsis a la protagonista de la novela. Aparentemente, Carlota es una chica normal y corriente; trabaja en un bar en Madrid sur y vive como puede en un piso de alquiler. Pero, por otra parte, Carlota tiene un pasado oscuro y unas habilidades brutales para robar, y de vez en cuando no duda utilizarlas para sacarse un dinerillo extra… como en el robo de las acuarelas en el que Armando la descubre en el acto.
Armando es, para Carlota, irritante. Todo lo contrario a ella: sofisticado, observador, cuidadoso y experto en su trabajo… que por casualidad (o tal vez no tanta), es ladrón de guante blanco, y por aún más casualidad… roba obras de arte, y la tenía vigilada desde hacía tiempo.
Después de todo, él consigue convencerla para que aprenda a robar obras más importantes. ¡Y al principio no les va mal! Carlota incluso podría acostumbrarse a la vida de lujos que lleva con su ya no tan irritante compañero, pero todo se tuerce cuando Lula Quirós, la multimillonaria para la que ellos trabajan, se encapricha con un cuadro expuesto en el Museo Thyssen, además de los misterios que rondan en torno a su identidad: la mujer vive encerrada en su “cárcel de aire” al sufrir de agorafobia… además de tener un pasado en común con los otros dos personajes.
Crear La cárcel de aire en tiempos revueltos
La presentación del libro ocurrió el pasado 13 de septiembre en Madrid. Allí, Aurora Guerra y Santiago Díaz, escritor de la trilogía Indira, conversaron acerca del libro y de las decisiones estilísticas y artísticas que inspiraron a la autora a escribir la obra tal cual es. Una de las preguntas que más pululaban era por qué, Aurora Guerra, reconocida en la ficción española, decidió hacer una historia tan ambiciosa en formato novela. ¿Por qué no hacer una serie, o una película?
En realidad, la respuesta es simple: Sería muy cara. “Los guionistas siempre tenemos que estar pendientes de los productores. En esta novela sale Florencia, salen casas de millonarios, todo es lujoso y fantasioso. Hay dos tiempos, uno en el 94 y otro en el de ahora. Es una serie cara, y una película cara. Escribiendo puedes escribir lo que te dé la gana: 50.000 millones de caballos flotando en el espacio, que no pasa nada.”, respondió la autora en la presentación de Madrid.
Sin embargo, la autora no descarta que tiene intención de traer una adaptación de la novela al mundo audiovisual: “Me encantaría hacer una serie, o una película sobre la historia. Sería una pasada… aunque claro, sigue siendo una historia muy, muy cara”.

Un sarcástico y poderoso Good For Her
Hay algo en el guante blanco que atrae incluso más que los robos con violencia. Es el ladrón sofisticado. Que no tenga necesidad de someterse a la barbarie para conseguir sus objetivos y que a veces actúe de Robin Hood es lo que causa que este tipo de ficción cale más con el público, que logre que el protagonista de la historia cometa actos inmorales, y aún así, el lector piense que está haciendo lo correcto. Es incluso maquiavélico si se mira desde cierto ángulo.
En el caso de Carlota, el símil de Robin Hood (o incluso el Good For Her, más desarrollado en el cine), es lo que hace que sea tan fácil de cogerle cariño al personaje. Con su habladuría barriobajera, sin ningún tipo de tapujo y su seguridad en sí misma, es lo que hace que destaque aún más en un mundo de lujos y exhibicionismo.
La autora no duda en mostrar un pequeño favoritismo hacia Carlota: “Me gustaba la diferencia entre el trío de personajes, cómo cada uno iba tejiendo su vida y lo iba llevando a unos extremos y cómo la infancia puede marcar tu vida… Pero con Carlota me lo pasé muy bien (risas). Los diálogos son los que le da esos destellos de humor y frescura. No se calla nada, es muy impetuosa”.
¡Dios nos libre del dinero!
En un principio, la faceta principal de la novela no iba a ser las aventuras de dos ladrones de guante blanco, sino que iba a estar centrada en la agorafobia, que al final, la acaba portando Lula, quien se podría calificar como la antagonista de la obra.
“Cuando empecé a escribir el libro no se me ocurrió lo de los robos. Primero se me ocurrió el tema de cómo una persona que no puede salir de casa se escapa de aquella cárcel que tiene en sus cuatro paredes. Por eso se me ocurrió lo de meterse en los paisajes… ¿pero cómo los consigues si no quieres tener una reproducción?”, explica la autora; “La gente que colecciona arte para ellos solos es por poseer algo bello que nadie más posea. En este caso, el nivel de riqueza en el que ya lo tienes todo, los bienes diferenciales les pueden hacer competir unos con otros (…) Según iba analizando a Lula, iba componiéndolo a capitas y te das cuenta de que esta mujer quiere las cosas para ella sola. No se conformaría con ir al museo”.
En la novela, Lula Quirós dirige todo lo que pasa a las afueras desde el interior de su mansión, “Villa Agorafobia”, como lo califica Carlota en uno de sus sarcásticos pensamientos internos. El hecho de tener a un villano con una característica tan fuerte y distintiva como lo es la agorafobia y se mezcle con la ambición de robar arte, una acción que, de forma obligatoria, se debe ir al exterior, hace que el personaje de Lula tenga una complejidad marcada. Además de eso, la novela incluye con capítulos cortos en los que el lector puede inmiscuirse por completo en su mente, pues son narrados desde su punto de vista, en primera persona.
Robos, enemigos, arte… y amor
La cárcel de aire es meterse dentro de la mente de los ladrones de guante blanco, y también, en su vida privada. Una de las preguntas que Santiago Díaz hizo a Aurora Guerra el día del evento, fue, súbito, que si había sexo en el libro. Ella, con una sonrisa en el rostro, aseguro que sí: “Sexo… ¿entre los protagonistas? Sí, sí. Hay. Algo”.
Se ha comprobado que el romance es un elemento secundario tan fundamental en las tramas de la ficción desde la creación de esta. Sirve para mostrar humanidad en los personajes, para realzar que tienen otras ambiciones a parte del conflicto principal. Aquí, Carlota y Armando se desenvuelven en una relación viciosa que se mezcla con el trabajo que tienen en común, por lo que encontramos un enemies to lovers bien desarrollado, mezclado también con el toque de la imposibilidad de estar juntos por dedicarse a un trabajo tan arriesgado.
En el evento, Aurora Guerra aseguró que su intención es, si puede, y si Harper Collins le da otra oportunidad, seguir escribiendo, y esta es la oportunidad perfecta para ver cómo un autor florece desde su inicio.
La cárcel de aire es su primera novela thriller, y ya está a la venta en todas las librerías de España.