Grand Army es una serie de drama adolescente que cuenta de forma paralela las historias de cinco jóvenes que comparten instituto. Se estrenó el pasado 16 de octubre en Netflix bajo la dirección de Katie Cappiello, una dramaturga y activista feminista estadounidense.
La serie ha pasado desapercibida por la crítica y los usuarios de la plataforma, pero Grand Army tiene todo lo que tiene que tener una serie de ficción de adolescentes para cautivar al público, y los mismos productores lo saben, ya que no aprovechan la fama de uno de los actores o actrices protagonistas para sacar a flote la serie, como podría ser el caso de la famosa Euphoria.
La serie cuenta con un elenco de jóvenes actores desconocidos hasta la fecha, aunque no dejan ninguna indiferencia en sus inmaculadas actuaciones, y para nada tiene que envidiar a Por trece razones o Élite, compañeras de plataforma.
El espectador se verá atrapado desde el principio, ya que cuenta una historia sin tapujos que muestra la realidad de la forma más explícita posible, aunque al estilo norteamericano. No se deja ningún tema en el bolsillo, y a lo largo de la serie tratará el racismo, el machismo, la sexualidad, el feminismo o la religión, entre otros muchos temas como el body-shaming, la violación o los ataques terroristas.
Además, la serie también trata la psicología enfocada en la juventud, la diversidad de opiniones o los problemas reales de la sociedad actual, como familias desestructuradas o las relaciones abiertas.
Nos hace empatizar con los personajes, adolescentes con preocupaciones reales, y nos recuerda lo estresante que puede ser vivir en sus pieles. Estos hablan sobre la cultura del miedo, del dolor, del querer algo y hacerlo, de la rebeldía, de los prejuicios, del papel que juegan las redes sociales en una realidad posmoderna y del poder de la comunicación. En resumen, nos hacen ver la vida desde la piel de estos jóvenes en el inmenso océano que es la ciudad de Nueva York. Sentirse insignificante en una ciudad tan grande.
La serie no deja ningún cabo suelto y tiene una rigurosa estructura circular, acompañada por una banda sonora magnífica y una colorimetría que resalta los naranjas y verdes que recuerda a los famosos filtros de Instagram.
Para estos jóvenes el mundo es una piscina, y los alumnos del Grand Army se están ahogando en ella, y quienes consiguen salir a flote terminan hundiéndose.
Qué mejor forma de definir esta serie como unos jóvenes que actúan como un gran ejército que se manifiesta y lucha por sus derechos. Jóvenes unidos que hablan de la necesidad de ser escuchados, sin importar la raza o la condición sexual.
Esta fiel representación de la Generación Z nos enseña que creemos tener las cosas bajo control y que en muchas ocasiones la ola de realidad se nos echa encima.
En definitiva, Grand Army es la libertad y la lucha hecha serie. Y que desde luego nadie se tiene que perder.
Todavía se desconoce si la serie será renovada para una segunda temporada, pero de momento tenemos nueve episodios de los que podemos disfrutar en Netflix.