El conjunto de Solari suma una nueva derrota contra el CSKA de Moscú en la fase de grupos de la Champions League. Este 3-0 ha sido el resultado en contra más abultado que ha sufrido el Real Madrid en casa, lo cual ha provocado un enfado generalizado en la afición, que tenía ganas de ver ganar a los blancos después de partidos mostrando un nivel bajo. Santiago Solari optó por un equipo joven para el inicio, tratándose de un partido a priori sin complicaciones, (ya clasificados para la fase de octavos), pero que se terminó complicando enormemente.
Asensio e Isco desaprovecharon una oportunidad de oro para reivindicarse ante la afición y sobre todo ante Solari, quien parece haber perdido la confianza en ellos. Todo esto junto a un Benzema ausente que se mostró desacertado en cada acción con el balón, y con Vinicius, el único haz de luz del equipo, que dejó muestras de calidad en jugadas por la banda pero que sigue sin acierto de cara a portería.
El equipo parecía responder de manera pasiva a las embestidas de los rusos, que aprovecharon las carencias defensivas de Vallejo y Javi Sánchez, centrales del Real Madrid anoche, para conseguir anotar tres goles.
El peor parado es sin duda Isco, que vive uno de sus peores momentos en el conjunto blanco, desató la polémica tras un gesto de hartazgo dirigido hacia la grada madridista. El malagueño estaba en el punto de mira por su supuesta mala relación con Solari y su falta de entrenamiento, por lo que el partido de ayer y su gesto han sido los detonantes para que numerosos aficionados mostrasen su disgusto por la actitud del jugador pitándole durante el partido.
A menos de una semana para el Mundial de Clubes, donde posiblemente se enfrente al River Plate, el Real Madrid deja una dudosa preparación para este campeonato, con Bale como duda, que salió de nuevo cojeando del terreno de juego.