El Atlético de Madrid vence 1-2 en el RCDE Stadium tras una primera parte en la que el Espanyol fue muy superior. Raúl de Tomás hizo el tanto perico de cabeza en un saque de esquina en el minuto 40. Carrasco en el 79’ y Thomas Lemar en el 99’, revirtieron el resultado inicial y colocan a los hombres de Simeone líderes con 10 puntos.
El domingo 12 era la fecha marcada en el calendario para el redebut de Antoine Griezmann. Tanto fue así que el Cholo revolucionó la fórmula que tan bien le había funcionado la temporada pasada para incluirlo: hasta cuatro atacantes (Suárez, Griezmann, Correa y Llorente) acompañaban a Koke en campo contrario. Y el Atleti lo pagó, claro que lo pagó. Los primeros 45 minutos fueron un vahído. Ni las internadas eran precisas, ni la defensa era segura, ni existía el centro del campo. El partido era una carrera de carros que casi siempre terminaba en la portería de Oblak, que salvó de forma providencial dos goles. Embarba, Darder y Raúl de Tomas fueron una pesadilla hasta el término de la primera mitad.
Con el descanso, el técnico argentino movió fichas. Supo leer lo que el equipo necesitaba e introdujo variantes en el centro del campo con Lemar y Kondogbia, y en defensa con Renan Lodi. A partir de entonces, el Atleti se quitó las legañas, se curó la resaca y comenzó a jugar al fútbol. El VAR anuló justamente un gol de Lemar en el 53’ por un fuera de juego de Suárez, que interfirió en la jugada. Y, entonces, llegó la pausa de hidratación. Otra vez la bendita pausa. Qué sería del Atlético si existiesen los tiempos muertos. Lo vimos en Granada, lo vimos en Vigo, y ahora en Barcelona. Carrasco se guisó él solito una jugada que él mismo finalizó: empate a uno en el 79.
El Espanyol se vio rebosado y trató de achicar como pudo para hacer bueno el testarazo de su killer (que, por cierto, supone el primer gol del equipo en las cuatro jornadas de Liga, tras su vuelta a la Primera División) y lo acabó pagando. Las dos intervenciones del VAR, la pausa de hidratación y las pérdidas de tiempo de los locales obligaron a Martínez Munuera a dar diez de añadido. Y para qué queremos más. El Atlético, crecido y abusón; el Espanyol, agotado y sin propuestas. Así ocurrió, que de tanto ir el cántaro a la fuente llegó el tanto del renacido Thomas Lemar a un minuto de agotarse el descuento, tras una pared con Yannick Carrasco.
Por tanto, el Atlético reposa en la cima de la tabla, junto con Real Madrid y Valencia, a falta de los partidos de Sevilla y Barcelona (aplazados por el parón de selecciones), y espera al Oporto en la Champions con los deberes hechos: habiendo remontado su propia modorra.