“Nunca he entrenado por dinero” afirma el director de la escuela de baloncesto Pablo Sarasate
Alejandro lleva 37 años relacionado a este deporte, ha estado en multitud de clubes relevantes y ha dirigido una gran cantidad de proyectos.
A pesar de que podría estar en grandes clubes ha decidido quedarse en esta escuela de formación. Con su particular filosofía trata de enseñar unos valores a los niños con una base clara en el baloncesto. Alejandro ha decidido tomarse un momento de su tiempo para charlar con nosotros acerca de esta filosofía y otros temas relacionados con la educación, los valores, la salud mental y sin duda baloncesto.
Pregunta: Primero, darte las gracias por haberme concedido la entrevista y concederme su tiempo. Yo tengo la suerte de conocerle, pero para quien no te conozca: ¿quién es Alejandro Álvarez?
Respuesta: Un enamorado del baloncesto desde hace 37 años que lo descubrí. Yo empecé jugando como todo joven, aunque lo conocí tarde, porque con 16 años ya sería tarde. Pero al poco de estar jugando ya estaba entrenando y dirigiendo equipos de Mini Basket allá por el año 1986. Y bueno ha sido todo muy rápido, pero sí he estado en distintos proyectos. Entonces, por resumir fui entrenador de equipos municipales, de chicos de la liga escolar, y después fui entrenando equipos federados. Más tarde, me hice director técnico y asumí responsabilidades que no me competían mucho, pero hacía falta. Tuve que estar más pendiente de los niños y de las familias también. Y pues el primer proyecto federado en el que estuve hicimos de un equipo federado en tres años hicimos 12 equipos federados y 280 niños en la escuela. Eso fue increíble. Al final, con pasión, con muchas ganas, y aunque nos contábamos con todos los apoyos que en principio deberían de las instituciones públicas digamos se sacó para adelante.
Ese fue el primer proyecto en el que estuve, después he estado en varios proyectos distintos, asumiendo funciones de presidente, gerente e incluso de director técnico también, y como siempre, pues entrenador. Y con el paso de los años me ha llevado entre unas cosas y otras, a fundar una escuela muy particular, que es la de Pablo Sarasate. En la cual llevamos 14 años casi. Y bueno, pues con mi filosofía, con mi idiosincrasia y poniendo los valores por encima de los resultados siempre e intentando formar jugadores tanto en lo deportivo como también en lo humano. En la actualidad tenemos 53 niños y hemos asumido este año la creación de una nueva escuela también. Por lo que seguimos funcionando por y para los niños.
P: Me gustaría saber por qué una persona con su trayectoria en el mundo de baloncesto con los proyectos que ha dirigido. ¿Por qué decide rechazar estar en grandes clubes y centrarse en una escuela de formación? ¿Qué es lo que le lleva a elegir esto ante lo otro?
R: No es un dilema de elegir una cosa u otra, porque la escuela ha seguido funcionando cuando yo he estado entrando en muchos sitios distintos. Pero al final es por apetencia personal. Yo nunca he entrenado por dinero y lo más importante para mí es sentirme a gusto en un sitio. Eso me ha hecho rechazar una propuesta que me hicieron para ser entrenador de liga femenina. Ellos insistieron y yo lo rechacé porque es algo que no me apetecía en ese momento. Y después, yo creo que mi responsabilidad como padre de familia es estar un poco apoyando a todos y que se valgan de mí en ese sentido para intentar hacer las cosas bien, para que su educación vaya bien también y tener una buena conciliación familiar, pues eso ha hecho el resto. Y bueno, digamos que el baloncesto profesional no me atrae tampoco mucho. Implica mucho sacrificio, ahí tienes que estar todos los días centrado solo en eso. Porque ahí es pensar en baloncesto todos los días de la semana. Entonces, claro, cuando tienes una mujer, dos hijos, una empresa en la cual estoy trabajando, no es fácil. Y yo he preferido dar prioridad a eso antes que al baloncesto profesional.

P: Me ha comentado antes que lleva ya 14 años con la escuela Pablo Sarasate. Esta escuela tiene una filosofía algo peculiar, ¿cuál sería esa filosofía para los que no la conozcan?
R: Lo más importante es poner al niño por delante de todo. Creo que nuestra función es educar a los niños y hacer partícipes a los padres también, porque son los máximos responsables de su educación. Entonces tienen que tener claro que a los niños no se les pregunta si han ganado o han perdido, no pueden estar preguntando cómo vamos, si vamos ganando o vamos perdiendo, los padres no pueden o no deben estar contando las canasta para ver cuántas canastas lleva, si lleva más canastas el equipo de sus hijos o el equipo contrario, en ningún momento pueden protestar al árbitro, que al final el árbitro es fundamental para que ellos puedan hacer deporte un día más, como se lo transmitimos nosotros. Todo esto es fundamental y nosotros los sábados, que es cuando juegan los partidos, se lo explicamos como un día más de divertimento. Y para tener ese día más de divertimento hacen falta, niños de otros colegios, un árbitro, un anotador que tiene que estar anotando, aunque nosotros no le damos importancia, pero es obligatorio que anote y que tome nota de lo que sucede allí, pero a nosotros eso en ningún momento le damos importancia. Nosotros no miramos las actas para ver si van ganando. No nos acercamos a la mesa, salvo si algún jugador a lo mejor lleva más falta, o menos, o para ver cuánto tiempo queda. Pero todo lo que no sea eso, estamos al margen y nos focalizamos en que los niños se diviertan y que aprendan.
P: ¿Esta filosofía de club la eligió desde el principio o hubo algún suceso que le llevó a elegir esa escuela?
R: Desde el primer día, yo lo tenía clarísimo. El primer año que hicimos la escuela, hicimos dos equipos, entrenaba yo solo a 20 niños. Yo sabía que lo que había que hacer era educarlos. Por supuesto tenían que aprender, entrenábamos mucho, pero era divirtiéndose. Y el objetivo era que cuando fueran mayores, la gente que les viera jugar diga estos niños están bien entrenados, saben lo que es el baloncesto.
De hecho, lo hemos conseguido. Después, el nivel de la enseñanza tiene que ser suficientemente alto. Lo más importante es enseñar mucho. Al final, los niños que tienen cualidades físicas, con esa formación que damos han optado a jugar en el Real Madrid, a estar en la selección madrileña, a ir a Campeonatos de España, a debutar en LEB oro, a debutar en liga femenina, a debutar en Primera Nacional, a jugar en Estados Unidos becadas con una beca completa de estudios. Por lo que hay muchos casos de éxito. Pero el inicio siempre ha sido el mismo, no mirar resultados, no mirar actas, y dedicarse a que los niños y la niña disfruten, y que aprendan. Eso es primordial desde el primer momento.
P: Últimamente se está dando mucha visibilidad al tema de la salud mental. En nuestro caso, nos referimos a ella con el deporte y me gustaría hacerle unas preguntas relacionadas sobre el tema. Yo sé que tú has entrenado muchísimos jugadores a lo largo de tu carrera como entrenador. Muchos de ellos han llegado a desarrollar carreras en el baloncesto, como tu propio hijo, Álex Álvarez, que está en Liga EBA, pero también ha jugado en LEB oro, mi pregunta estaría relacionada acerca de ¿cuál crees tú que son las claves para que un jugador logre jugar a un buen nivel, independientemente de la categoría, y logren mantener a su vez una buena salud mental? Porque vemos casos como el de Ricky Rubio, que parece que está en el mejor momento de su carrera y de repente, un tema de la salud mental lo ha dejado fuera.
R: Eso es muy complicado. Los jugadores anteriormente, no estaban tan expuestos como están ahora. Me refiero a baloncesto profesional. Porque considero que, en categorías de formación, con el apoyo de los padres debería ser suficiente. Pero bueno, a lo mejor en algunos casos específicos, sí que es necesario, y al final son los padres los que tienen que darse cuenta de eso y pues, acudir a un profesional para que ayude a sus hijos. Yo, por supuesto, apoyo esa decisión y si estás en manos de un profesional mucho mejor que si no lo estás, obviamente. Pero después, a nivel de baloncesto profesional, los jugadores están muy expuestos. Están muy pendientes de las estadísticas, porque las estadísticas es lo que va a mirar todo el mundo para saber si es buen jugador o no y esas cosas no funcionan así. Hay jugadores que las estadísticas no les hace ningún bien. En el sentido de que no les hacen justicia para lo que ellos trabajan. Incluso jugadores que tienen algún tipo de carencia dentro de su juego y en vez de mirar lo que tienen bueno, se quedan en lo que tienen malo. Entonces están expuestos a un montón de opiniones, a un montón de gente y un montón de cosas. Eso no les hace ningún bien, y eso hace que su cabeza esté pensando cada vez que tiras que tienes que anotar, porque si no metes, claro, vas a tener peor porcentaje y ya van a ver que no eres un tirador por poner un ejemplo. O si tengo siete pérdidas de balón, el resto de cosas que he hecho no van a valer nada, porque este pierde siete balones. Al final es mucha exposición. Y estamos hablando de que, a nivel profesional, por ejemplo, Ricky Rubio tiene todo lo que puede tener un deportista profesional. Me refiero a que económicamente no va a tener problema ni él ni sus dos generaciones siguientes. Pero es que eso no lo es todo. Entonces esta su situación familiar, la situación de tu pareja que está metido dentro de lo familiar, tienes a tu familia que no puedes ver porque estás jugando lejos, a lo mejor te cambian de equipo y tienes que volver a mover a toda la familia. Al final, son muchas cosas que tienes que saber sacrificar. Y en el caso de Ricky Rubio, por lo menos cobra millones de dólares. Pero claro, el jugador que a lo mejor está jugando en LEB oro y está cobrando 800 euros o 700. Y está en esta situación y tiene que cambiar de ciudad, si no cada temporada cada dos, y a lo mejor buscar un buen contrato. O ya no te digo tener que ir a otro país para poder jugar y cobrar medio dignamente.
Al final tu cabeza, ten en cuenta que estás poniendo toda tu vida a disposición al baloncesto. Eso psicológicamente te puede llegar a dañar y afortunadamente hoy en día hay más conciencia de que eso puede a suceder y de que tengas que acudir a un psicólogo, incluso distintos clubes que lo tienen contratado, aunque en baloncesto no suele ser así porque tiene menos presupuesto que el fútbol, también porque genera menos, pero al final, tienen que tener un profesional o un apoyo para que les ayude a soportar toda esa presión a la que están expuestos en cada partido.
P: Hemos hablado del ámbito profesional, ahora bajemos un peldaño al ámbito formativo. Yo he tenido la suerte de ver muchísimos jugadores, compartir cancha también con jugadores que luego han llegado a buenos niveles. Pero me fijo que muchos chicos, cuando llegan ciertas edades, se frustran, ven que no les da para llegar a profesional, que no llegan a los objetivos que ellos tenían premeditados. ¿Por qué crees que esos chicos se frustran, y acaban dejando el baloncesto e incluso termina afectando mentalmente en edades formativas?
R: Es una buena pregunta. Los niños, cuando empiezan a jugar al baloncesto tienen pasión por el baloncesto. Sueña con ser profesionales, ya no hablo de llegar a la ACB, sino llegar a la NBA. Eso es muy bonito y está muy bien. Yo creo que el mensaje de los padres tiene que ser, ¿tú quieres ser jugador profesional? Sí, pues estudia. Lo mejor que pueden hacer es estudiar, porque desgraciadamente hay muy bajo porcentaje de jugadores españoles que terminan ganándose la vida con esto del baloncesto. Los niños, cuando tienen esa pasión, van subiendo, van escalando, van llegando, pero se dan cuenta que hay un momento en que no avanzan y que cuando salen de categoría junior que están acostumbrados a competir con dos generaciones, como mucho. Cuando pasan a senior, eso es como la selva. Cuando tú sales de Junior, te encuentra gente que tiene 12 años más que tú, o 15 años más que tú. Compites contra todas las generaciones que hay por delante y en todas las posiciones, la competencia es brutal, es muy grande. Después está el tema laboral, el tema académico, que tú cuando intuyes que no vas a poder vivir de eso, entonces la prioridad son tus estudios. Si te está quitando mucho tiempo para tus estudios, ¿qué vas a decidir? Lo más razonable, es decidir, dejarlo, o ir a un club más cercano, que prácticamente no entrenes, que no te conlleves tantos días de entrenamiento y que puedas seguir disfrutando de tu pasión, si sigue siendo tu pasión o un hobby simplemente que te apetece seguir haciendo, entonces lo haces encantado porque te gusta, pero claro tu prioridad tienen que ser tus estudios, por qué es lo que te va a dar de comer. El desengaño también puede ser. Porque cuando empiezas a llegar a cierta categoría de Liga EBA para arriba, incluido Liga EBA, se convierte eso en un mercadeo que como decíamos antes, no es bueno ni a nivel psicológico, ni a nivel humano. Porque al final terminan tratando mal a los jugadores y no los terminan tratando pensando en ellos. Pensando en si va a sufrir o no va a sufrir, pensando en si realmente yo estoy engañando a este jugador, si lo que le he dicho para ficharle no lo estoy cumpliendo. Hay muy pocos entrenadores que se paran en mirar por y para el jugador. Entonces van a mirar para ellos mismos, para ganar partidos, para conseguir sus objetivos. Y los clubes lo mismo, porque quieren ascender, y si a este lo he fichado en estas condiciones y no me sirve, entonces, voy a decirle esto para que se desmoralice y para que se vaya… Muchos clubes no piensan en los jugadores como personas, habrá casos como todos. Pero en general no se piensa en el jugador como persona, como que está lejos de su casa, que está a 400 kilómetros de su familia, que está solo, que además le está diciendo esto, que se va a venir abajo, en fin. Ellos van un poquito a lo suyo.
P: Bueno, llegados aquí, ya estamos cerca de terminar. Y me gustaría hacerle unas preguntas más personales. ¿Cuáles son los objetivos a medio o largo plazo con la escuela?
R: A medio y largo plazo, mantenernos. Bien es cierto que ahora mismo estamos entre la escuela del Sarasate y la que tenemos en el Príncipe de Asturias. Estamos en 68 niños. Y bueno, ha sido el año que más niños tenemos. Bien es cierto que el boca a boca funciona muy bien y nosotros acogemos a todo el mundo también. Nunca hemos hecho ninguna prueba de nivel, no hemos dicho nunca, tú eres bajito, no juegas, tú eres corpulento, no juegas, no hemos tenido nunca ese tipo de problema y hemos aceptado a todo cada uno con sus cosas buenas y sus cosas menos buenas. El apoyo y el impulso de Álex (entrenador del club), ha ayudado un poquito a todo esto, al final es juventud, es otra generación que entra, él ha mamado realmente cuál es la filosofía de la escuela, por qué ha sido entrenado aquí. Él también es capaz de ver y de dar sentido también a lo que cuando erais pequeños os enseñaba. Entonces, eso es muy importante para el crecimiento que hemos tenido hasta ahora. Y bueno, yo creo que un poquito entre todos seguiremos creciendo. Tampoco mucho, no estamos interesados en hacer baloncesto federado, ni nada de esto, pero con nuestra filosofía buscamos intentar seguir creciendo El objetivo es que la escuela perdure en el tiempo y que esa filosofía siga vigente y bueno, pues con ilusión y con humildad también tener claro todos que la prioridad son los niños.
P: ¿Mantienes la ilusión del primer día de seguir compartiendo el conocimiento de baloncesto que tienes?
R: Sí, de compartir el conocimiento que tengo, sí. De hecho, rechacé una oferta para ser profesor de la escuela de entrenadores hace años, cuando me saqué el título de entrenador superior en 1999. Como te decía antes, no me llamaba en ese momento. Pero sí que me gustaría intentar ayudar a los entrenadores actuales a compartir mis experiencias y hacerles ver qué es lo mejor para los niños. También no me meto en otras filosofías, simplemente creo en la nuestra y no la pongo nunca por delante de ninguna. O sea, nunca he dicho es que lo nuestro es lo mejor. Nosotros trabajamos como trabajamos, cada uno trabaja como quiera, pero vamos a seguir como vamos. Y bueno, sí que me gustaría seguir transmitiendo esos conocimientos a los entrenadores y que ellos lo vean y que lo constaten y que al final siga perdurando y que sea una herencia digamos, como una semilla que vaya sembrando en distintos entrenadores y que a su vez se pueda difundir más
P: La última pregunta sería, ¿qué tienes pensado hacer con la escuela una vez que tú ya no estés?
R: Ahora mismo no le veo fecha para que no esté, sinceramente. Pero obviamente, si fuera algo que ya no me llamara, o si por imposibilidades de algún tipo de movilidad, de salud, de lo que fuera no pudiera. Pues obviamente tendría que dejar a alguien responsable que yo sepa que va a llevar la misma filosofía. Porque al final eso ha sido el fundamento para crearla. Y en lo que se ha apoyado todo desde hace tantos años, y pues sí que me gustaría que siguiera siendo.