El concursante de 47 años ha hecho historia al convertirse en el primer mago en conseguir el pase de oro conjunto
Telecinco emitió ayer la décima gala de Got Talent. Pese a encontrarse ya en la recta final de las audiciones, el programa no deja de sorprender con el talento de sus concursantes. Ayer, Joaquín Matas, un mago de 47 años, conquistó al jurado con un espectacular número que, pese a su aparente sencillez —solo empleaba tres cubiletes, una varita y tres bolas— no ha dejado indiferente a nadie. Según Joaquín, su número se trata de un juego de magia ancestral que ya se practicaba en el Antiguo Egipto.
El jurado se ha mostrado muy entusiasta al valorar la actuación. “Intentas explicarnos el truco y no lo veo. Me cuesta seguirte«, dijo Paula Echevarría. Fue especialmente inusual la valoración de Risto Mejide, el cual suele mostrarse reacio a alabar en exceso a los concursantes: “Han pasado muchos magos, pero ninguno ha ganado. Aquí tenemos un megacrack, creo que esto es un botón de oro”.
Tras la propuesta de Risto de otorgar el pase de oro, el resto de los miembros del jurado no tardaron en sumarse. Al pulsar todos juntos el botón dorado otorgaron a Joaquín el pase directo a la semifinal, convirtiéndole en el primer mago del programa con posibilidades reales de ganar.
Una gala llena de emociones
Si algo caracteriza a Got Talent es que nunca está exento de emocionantes historias de superación. Ayer participó en las audiciones el bailarín americano Ohiole Dibua. Este artista nació con un grave problema de rodilla, hizo rehabilitación y aprendió a andar y a bailar él solo. «Quería demostrarme a mí mismo que podía ser grande«, afirmaba emocionado.
Con mucho trabajo y persistencia logró conseguir su sueño de trabajar de bailarín, y lo hizo por todo lo alto, llegando a bailar en la NBA. Su número de baile y su historia dejaron sorprendidos al jurado y al público, pero no fueron suficientes para ganarse el «sí» de Risto.
Pequeña subida en audiencias
La gala de ayer experimentó un crecimiento en audiencias respecto a la de la semana pasada, que fue la menos vista de la temporada. El programa alcanzó un 14% de share con 1.116.000 espectadores. Se mantiene a muy poca distancia de su principal competidor, la serie Hermanos de Antena 3, que marcó un 15,4%.
Pese a la pequeña subida en espectadores, el talent de Mediaset muestra signos de agotamiento. Los datos de audiencia que está consiguiendo en su octava temporada quedan lejos de las cifras de ediciones anteriores.
