Da la sensación de haberme ido a dormir hace tan solo unos minutos. Mi madre, veinte años más joven, me ha metido en la cama con un beso de buenas noches. Mi hermana está sentada a mi lado, en la guardería. Vamos a comer natillas y estoy ilusionado. Tanta emoción tengo que al abrir las natillas de vainilla se me caen al suelo. Bocabajo, cómo no. Las lágrimas salpican mis mejillas...