-La nueva protesta contra la subida de precio del carburante congrega a 80.000 personas frente a las 280.000 de la semana anterior
-Varios grupos violentos se enfrentaron a la policía antidisturbios, que respondió con cargas, gas lacrimógeno y un cañón de agua
Los «chalecos amarillos» volvieron a salir el pasado sábado a las calles a protestar por la subida del precio del carburante. A los gritos de «Macron, dimisión» o «Macron, ladrón», tomaron la avenida de los Campos Elíseos unos 5.000 manifestantes con dirección al palacio del Elíseo, residencia del presidente francés. La policía les hizo frente e impidió que recortasen distancia con el palacio presidencial.
La manifestación había sido convocada en el Campo de Marte, frente a la Torre Eiffel, y no en los Campos Elíseos por la proximidad de estos a una movilización a favor de la mujer. Más de la mitad de los manifestantes se desplazaron hasta la famosa avenida, desafiando a las fuerzas del orden y portando pancartas con mensajes hostiles. Ante esto, el Gobierno de Francia desplegó una fuerza de 3.000 policías armados, que bloquearon el paso del grupo manifestante. Las protestas se intensificaron contra Macron y su gobierno y grupos de manifestantes más violentos arrojaron objetos contra la policía, que respondió realizando varias cargas, lanzando gases lacrimógenos e incluso mediante la acción de un cañón de agua. A mediodía quedaban poco más de cincuenta manifestantes.
La batalla campal dejó la avenida repleta de barricadas, terrazas destrozadas, paradas de autobús tiradas por el suelo y escaparates rotos. Hay 20 personas detenidas por ahora. Según los «chalecos amarillos», la violencia la llevaron a cabo colectivos radicales ajenos a la causa que tan solo buscaban la confrontación. El ministro de Interior francés, Christophe Castaner, culpa a la líder del partido ultraderechista Reagrupamiento Nacional, Marine Le Pen, de incitar a los disturbios en los Campos Elíseos. Marine se defendió por Twitter: «Yo había preguntado al Gobierno por qué no autorizaba a los ‘chalecos amarillos’ a manifestarse en los Campos Elíseos. Hoy el señor Castaner utiliza esta pregunta para atacarme. Es miserable y deshonesto».
Fuera de la capital las movilizaciones no han provocado disturbios, exceptuando en la isla de La Reunión en el océano Índico, de dominio francés, donde las autoridades, bajo orden del presidente galo, mantienen un toque de queda y han desplegado el ejército. La isla continúa paralizada por la escalada de violencia.
El movimiento de los «chalecos amarillos», aun así, ha perdido fuerza y ha pasado de 280.000 personas en la manifestación de la semana pasada a las 80.000 de esta última, según datos oficiales. Castaner habla de datos inferiores, de unas 23.000 personas, al igual que el diario El Mundo. Esté debilitándose más o menos el movimiento, la realidad es que el gobierno de Macron está perdiendo popularidad a un ritmo vertiginoso.
