Unos tan ricos y otros tan pobres. Me gustaría saber cuál es la línea divisoria que clasifica a un país como “rico” o “pobre”. ¿Acaso es el número de personas en paro? ¿Su cifra de desahucios diarios? ¿O acaso lo marca la renta per cápita?
Indagamos en nuestra sociedad europea y mundial con el fin de evaluar la situación prolongada a lo largo de la historia, analizando datos y tratando de adivinar el por qué del aumento de la bipolaridad en nuestro continente. Recursos y datos que nos proporcionan información de cómo evolucionamos a lo largo del tiempo.
¿De veras es este el camino correcto? ¿Por qué no vemos a políticos al pie de las fronteras acercando una mano al inmigrante que se ahoga en un mar de incertidumbre? ¿Por que no entran en la cocina a preparar algo caliente para esa persona que ha perdido su casa? Utilicemos las manos, seamos humanos. La verdadera solución se encuentra al pie de calle, en nosotros, los jóvenes; pero también en los adultos. Aprovechemos los cinco sentidos para sentir por un momento la realidad del otro. Seamos realistas, hagamos de la ayuda una acción eficiente.
Educación
La educación es importante, cierto, pero sólo aquella que dota a las generaciones más jóvenes de empatía, espíritu crítico y solidaridad. Formemos jóvenes maestros decididos a enseñar en valores.
Si fuéramos capaces de conseguir una sociedad con generaciones próximas que vieran a su compañero como una persona igual a él, con la capacidad de discernir entre una noticia falsa y una noticia veraz, con la responsabilidad de informarse habitualmente para conocer su entorno; con la voluntad de dedicarse a una labor social que contribuya a la mejora del nivel de bienestar socioeconómico de la sociedad y con el valor que conlleva tender la mano al que lo necesita, podríamos decir que hemos alcanzado el éxito como sociedad.
Medicina y política
La medicina es necesaria, sí, pero debe ser empática, amable y justa. Formemos jóvenes médicos dispuestos a atender a aquel que lo necesite.
La política es necesaria, sí, pero debe conllevar una responsabilidad por parte de aquellos que la ejercen que no siempre desarrollan en sus puestos. Deberían sentir el privilegio del poder que les otorga su puesto ejecutivo para combatir estas desigualdades. Formemos jóvenes políticos capaces de liderar el mundo.
Periodismo
¿Y el periodismo dónde queda en este mare magnum social y laboral? La información es importante, sí; pero sólo aquella que se compromete a ser veraz, a contribuir a la formación de una sociedad justa y dotada de los valores de la empatía, el espíritu crítico y la disconformidad ante las injusticias. Formemos jóvenes periodistas comprometidos con la veracidad de la información que publican.
Médicos empáticos, maestros dedicados, periodistas comprometidos y políticos realistas con la solidaridad por bandera. Si queremos igualar una sociedad humana, actuemos como humanos.