Se desconoce por completo en qué consisten las actividades que se realizan en el retiro. El secretismo que rodea a la organización es una de las características que más llama la atención, y lo defienden afirmando que de esta forma se permite a cada uno vivir la experiencia completa
Effetá es un retiro católico católico para jóvenes de entre 18 y 30 años que ha ganado una gran fuerza en redes sociales a través de los muchos testimonios que afirman cómo esta experiencia les ha cambiado la vida. A través de un fin de semana que empieza el viernes por la tarde y acaba el domingo por la mañana, la organización pretende que cada participante se descubra único y amado por Dios en un proceso personal en el que también intenta encontrarse a sí mismo. Algo curioso de este evento, es que está dirigido a personas con todo tipo de creencias, pudiendo participar ateos y agnósticos.
A la hora de hablar del retiro, la característica que más llama la atención es el desconocimiento total de lo que se realiza en él. Sólo los que viven de primera mano la experiencia tienen la oportunidad de conocer cuáles son las actividades y procesos que han impactado tanto a muchos jóvenes. Este factor hace que el foco de atención se dirija de una manera mucho más drástica a este evento religioso, ya que alimenta la intriga de los que oyen hablar de él, preguntándose qué será tan especial que pueda cambiar la vida a tantas personas.
La organización asegura que este secretismo tiene una razón de peso: buscan que los participantes logren “vivir cada momento sin estar pendientes de lo que viene después”, tal y como afirman en su página web. Aunque pudiéramos pensar que es imposible guardar el secreto de la realidad de Effetá ya que los jóvenes terminarían por contarlo, lo cierto es que los participantes son muy respetuosos al respecto y contribuyen a crear este clima de misterio que busca mantener la asociación.
Sin móvil ni reloj: las normas del retiro
A pesar de no conocer las actividades cómo tal, existen algunos detalles públicos. Uno de ellos es la estancia, que se desarrolla en una casa perteneciente a la iglesia en la que hay una capilla para realizar el culto, aunque este no es obligatorio, y se asegura que se puede participar únicamente cómo espectador o hacer otras cosas en ese momento. Además, se sabe que para evitar de forma drástica cualquier difusión durante el retiro, el primer día los jóvenes deben entregar sus móviles y relojes. Esto también hace que los participantes no sepan en ningún momento qué hora es, y esta es otra de las características de Effetá.
Dentro del retiro existe una clara jerarquía, que divide a los jóvenes en tres grupos: caminantes, servidores, y coordinadores. El primer grupo lo conforman los participantes del retiro, guiados por los servidores. Estos son también personas de entre 18 y 30 años que ya han realizado un retiro anteriormente y desean transmitir su experiencia. Dentro de este mismo grupo se encuentran los coordinadores, que se encargan de coordinar a los servidores y asegurarse de que todo sale según lo previsto. Al acabar la experiencia los grupos de los retiros se siguen reuniendo para hablar de cosas relacionadas con su fe.
Diferentes experiencias según tu relación con Dios
Los muchos testimonios de redes sociales, cómo el de la influencer Natalia Palacios, muestran que este tipo de experiencia funciona para muchos jóvenes españoles. “Te cambia la vida si vas con una mentalidad de ir abierta, escuchar a los demás, abrirse, y vivir bien la experiencia”, aseguró en una entrevista con La Influencia COPE. Sin embargo, la dinámica del retiro no funciona en todos los casos: Analuz, una joven de 19 años lo describe cómo “un encuentro con Jesús además de con uno mismo”. No obstante, aunque afirma que le gustó la experiencia, ya se sentía muy cerca de Dios antes de ir, por lo que en su caso Effetá no tuvo un impacto tan grande en su vida Lo que está claro es que cada experiencia es diferente, y solo viviendo la experiencia en primera persona puede cada uno ver si Effetá está hecho para él.
