Las aguas nacionalistas se han ido debilitando a medida que pasaban los meses. Todo parecía estar volviendo a la normalidad, pero todo el mundo era consciente de que un ligero traspiés sería el detonante para que todo volviera a otoño de 2017. El detonante se produjo el pasado lunes cuando se conoció de manera oficial la sentencia a los principales dirigentes del Procés.
Una sentencia para algunos polémica, para otros justa, pero que ha vuelto a reavivar las angostas aguas del nacionalismo catalán. El ambiente está más caldeado que nunca, aunque Javier Cercas asegurara que «nada en Cataluaña será más peligroso que el otoño de 2017.» Lo está siendo, como se ha podido ver con los incendios provocados en la calle más importante de Barcelona, la Gran Vía. La ciudad está descontrolada y, por si fuera poco, los políticos como Torra no ayudan a calmar las aguas sino que generan mareas vivas.
Menos mal que muchos políticos no predican con el mismo mensaje y algunos, muy pocos, llaman a la cordura y a la sensatez de los catalanes, tanto de izquierdas como de derechas, como pronunciaba un diputado del Parlament: «Sed rebeldes, pero rebeldes de verdad. No lo entreguéis vuestra alma a ningún político (…) porque cuando eso suceda, lamentareis haberle entregado medio minuto a políticos sin escrúpulos que intentaron utilizaros como escudos humanos, como kamikazes para una causa perdida y absurda. Ser rebelde es asumir las propias responsabilidades de verdad, no quemar inmobiliario urbano y culpar a los demás de los propios errores». Este podría ser el punto de partida, el inicio a un diálogo pacífico que se debió haber llevado acabo antes, sin recurrir a una violencia que ha avergonzado a tantos catalanes y españoles.
Es el momento de aportar soluciones a cada uno de nuestros problemas e intentar ser, por una vez en tantos años, una sociedad democrática, unida y civilizada. Los políticos tienen que dejar de pensar en sus propios intereses y no pensar únicamente en sus votantes y centrarse en todos los ciudadanos españoles.
Señor Torra, ¿quiere usted la independencia? Pues pregunte por reformar la Constitución y hágalo por la vía legal. Deje de tener comportamientos de un niño mimado de seis años cuando no consigue algo en la vida. Pregúntese por qué no han funcionado sus políticas y deje de ordenar a sus votantes quemar las calles de Barcelona. Señor Sánchez, como bien decía Angels Barceló ayer en Hoy por Hoy, sabiendo que la sentencia del Procés se iba a publicar en octubre, ¿cómo es posible que convoque elecciones en noviembre? ¿No era consciente de la repercusión que iba a tener?
Queridos opositores, Sánchez y Torra es hora de hablar, dialogar, negociar y ceder cada uno en pequeñas partes para que todos estén más o menos de acuerdo. Es hora de dejar que esto sea un sokatira, un tira y afloja constante.