Están en boca de todo aficionado al fútbol, nos quitamos el sombrero ante este equipo mientras empezamos a plantear la siguiente pregunta: ¿Este equipo es invencible? En mi caso, cada vez estoy más convenciendo de que sí y a su vez pienso que son un equipo que va pasar a la historia y que se postula como candidato a ser el equipo dominador de esta nueva década. Una última pregunta también ronda mi cabeza y va dirigida a su rival español en la competición europea. Atleti, ¿estás preparado para lo que se avecina? A menos de dos semanas del primer duelo de octavos de final de Champions sinceramente no veo que el equipo rojiblanco pueda sacar algo positivo de su primera prueba de fuego.
Este equipo no tiene techo, esta temporada está dejando unos registros en la Premier League legendarios. Tras la disputa de 25 encuentros ligueros, todo lo que han jugado lo han convertido en victoria, excepto un sufrido empate en el gran clásico inglés contra el Manchester United en el campo de los diablos rojos. Llevan 73 puntos de 75 posibles y un mar de puntos le separa del segundo, el Manchester City, este título directamente solo lo pueden perder ellos, ya sería hora pues llevan 30 años sin ganar la liga, de hecho, del formato Premier League no han tocado metal nunca, así que como buen defensor del refranero español que soy, digo que no hay mal que cien años dure.
Digno de mención es la evolución de este equipo en esta temporada y en las temporadas anteriores. Nos encontramos con el equipo emblema de este fútbol moderno basado en el poderío físico de jugadores en la edad ideal como los Van Dijk, Henderson, Mané, sin dejar desplazado al talento individual y a la técnica, como son los casos de los Salah y Firmino. Los futbolistas de esta nueva era deben ser cada vez más atletas y tan solo unos pocos magos del balón perdurarán con la condición de que se convierten en atletas. Este interesante cóctel que mezcla la calidad y la ardua preparación física lo prepara el esbelto barman alemán Jurgen Klopp, el entrenador de moda, el hombre codiciado por las grandes potencias europeas, relanzó la popularidad del Borussia Dortmund allá por la década de 2010, vino al Liverpool allá por el 2015 con el objetivo de encabezar el proyecto de devolver a los reds a la élite mundial. A día de hoy podemos decir que el ambicioso proyecto se está consumando. Es un equipo sin límites, agresivo, con gran fortaleza mental, leen los partidos como muy contados equipos, es decir, saben como conseguir la victoria sabiendo que es lo que deben de hacer para anular a su rival. Es como si los rivales empezaran sus enfrentamientos por debajo en el marcador.
Si algo sabemos de esto del fútbol, es que es completamente impredecible, un día estás en el cielo y al siguiente puedes bajar al más ardiente infierno. Dado la tremenda exigencia física que tiene este Liverpool, en algún momento de lo que resta de temporada pueden fallar, no son máquinas por lo que mantener el listón tan alto durante tanto tiempo se antoja una tarea para nada fácil. Mientras tanto, solo queda rendirse ante la amplia, potente y ambiciosa plantilla. Recuerdo en una entrevista a Klopp en la que alegaba que el fútbol de transiciones rápidas siempre le atraía: «a mi me gusta el heavy metal«, así que ¡disfrutemos de la banda de heavy-metal liverpolita!