Pese a los enfrentamientos, Díaz Ayuso cree que «todos los partidos viven situaciones similares a las del PP»
Es conocido por todos los ciudadanos el hecho de que la actividad política entraña grandes luchas por el poder. Es muy sencillo realizar críticas a las clases dirigentes y seguro que en muchas ocasiones no faltan razones para ello, pero la presencia de representantes políticos es necesaria en la sociedad. Sin embargo, por muy necesario que sea el control del poder, las actuaciones y las éticas que lo dirigen no siempre son justificables.
Se habla de quién debe liderar el popular madrileño y la figura de Esperanza Aguirre reaparece en el escenario político apoyando a la presidenta de la comunidad de Madrid. Así mismo, la expresidenta del Senado ha tachado de “niñatos” a los líderes actuales del PP de Casado. Estas palabras tuvieron una rápida respuesta por parte del alcalde madrileño y portavoz nacional, José Luis Martínez-Almeida, quien destacaba no sentirse aludido. Por otra parte, el secretario general, Teodoro García Egea, atentaba contra Aguirre afirmando que en Génova “hay mucha gente trabajando por un proyecto común”, y se comprometía a no repetir los casos de corrupción que azotaron y destrozaron el pasado del PP madrileño.
La actual relación entre Casado y Ayuso no siempre ha sido así: no podemos olvidar que fue Pablo Casado quien eligió a Isabel Díaz Ayuso a principios de 2019 como candidata del PP para las elecciones de la Comunidad de Madrid. En ese momento, Ayuso no era más que una diputada rasa en la Asamblea de Madrid, pero fue desde ese instante cuando su figura creció exponencialmente.
Ruptura en las elecciones autonómicas
El primer enfrentamiento entre ambos surgió a la hora de elaborar las listas electorales para las elecciones de la Comunidad de Madrid, que la propia Ayuso decidió adelantar al pasado mes de mayo. Pero, ¿por qué se enfrentan ahora? Fue en septiembre cuando se comenzaron a desvelar ciertas hostilidades. El abrumador triunfo de Ayuso el 4-M ya minimizo la figura de Pablo Casado, dándole más fuerza a Díaz Ayuso. Todo esto ha contribuido a afianzar la importancia de la presidenta, la cual, actualmente, necesita asegurar y sostener su poder antes de 2023. Por ello, la forma más rápida de conseguirlo es asumiendo la presidencia del PP de Madrid. De este modo Ayuso podrá subyugar el funcionamiento del partido manejando sin limitaciones las listas electorales y, así, alejarse de cualquier dependencia relacionada con Pablo Casado.
Este enfrentamiento «Díaz Ayuso-Casado» está creando una auténtica guerra que puede llegar a repercutir al resto de comunidades autónomas. Así pues, lo que está presenciando la ciudadanía madrileña no es ni más ni menos que una evidente lucha por el poder. Destacando que no se tratan de modelos políticos diferentes, ni de ideologías opuestas, la cuestión atañe a la supremacía.
Aunque Isabel Díaz Ayuso ha reconocido recientemente que la situación “es complicada” y que “solo desde la unidad se sale adelante”, cabe recordar los grandes fracasos políticos que empezaron con una pelea por el poder.