Desde hace dos semanas los manifestantes, formados por la oposición de derecha, junto con los partidarios de izquierda y los ciudadanos apartidistas, se han movilizado a diario
Las protestas en las calles de Sofía, la capital de Bulgaria, y en otras ciudades grandes del país como Varna o Burgas, exigen la dimisión del primer ministro de Bulgaria, el conservador populista Boiko Borisov, líder del partido de derecha GERB. Los manifestantes le acusan de corrupción al ser Bulgaria el país más pobre de la Unión Europea y uno de los más corruptos. Según estimaciones de los medios de comunicación búlgaros, cada día se han movilizado hasta 10.000 personas para formar parte de la multitud protestante. Un dato significativo teniendo en cuenta que en el país viven alrededor de 7 millones de habitantes. A pesar de las restricciones contra la pandemia mundial del COVID-19, los manifestantes permanecen ahí día tras día con el lema “Mafia’” y “Dimisión”.
Nikolay Doychinov/ AFP
Boiko Borisov lleva más de diez años casi ininterrumpidos en el poder. Dimitió dos veces, en 2013 y 2016, pero al cabo de unos meses volvió para liderar el gobierno. Ahora, se niega a dejar el cargo y por primera vez los ciudadanos deciden tomar las calles para mostrar su descontento con el gobierno actual. Además, también exigen la dimisión del fiscal general, Ivan Geshev, conocido por ser amigo íntimo del primer ministro.
Desencadenantes
La gran pregunta de los medios internacionales es por qué se han producido estas protestas ahora, cuando siempre ha habido descontento por parte de la población. Dos grandes desencadenantes hicieron que las simples quejas y enfados se convirtieran en protestas. El registro, sucedido el jueves 9 de julio, de las oficinas de dos asesoras del presidente del país Rumen Radev, cercano a los socialistas y muy crítico con el gobierno; y la revelación de favores ilegales a un polémico político que respalda al primer ministro, el exjefe del partido de la minoría turca (MDL): Ahmed Dogan. Estos sucesos incrementan más escándalos como las investigaciones sobre fraudes a los fondos europeos y las transacciones inmobiliarias cuestionables que han beneficiado a personas del entorno de los gobernantes.
Por otro lado, el contexto no se entiende sin el exmagnate de los juegos de azar, Vasil Bojkov, procesado por 18 cargos en Bulgaria y refugiado en Dubái. Éste ha garantizado tumbar al primer ministro, a quien dice haber pagado millones de euros en sobornos. En resumen, los grandes líderes de la llamada “mafia” en Bulgaria salen al ring para ver quién dispone de más poder. Mientras tanto, el público ya no paga la entrada para ver el espectáculo, sino que decide salir a luchar por un gobierno digno y por una democracia auténtica.
A esto hay que sumarle un dato importante y es que las protestas coinciden con la entrada del país en el mecanismo monetario conocido como ERM II, denominado también “la antesala de la eurozona”. Éste representa uno de los requisitos para que Bulgaria pueda adoptar el euro en los siguientes dos o tres años.
Reacción del primer ministro
La primera reacción de Boiko Borisov fue mediante un vídeo que hizo públicamente a través de su perfil de Facebook. Se mostró sereno y despreocupado al decir que respetaba los derechos civiles de todas las personas, entre éstos, el derecho a la protesta, reconocido como fundamental en una democracia. “Mi puerta siempre ha estado abierta para el diálogo. Os pido que tengáis cuidado y que no dejéis que se derrame ni una gota de sangre durante estas protestas. El poder nos lo concedieron las personas que nos votaron…Es fácil romper, lo difícil es construir”, eran algunas de sus palabras en este vídeo que duraba 13 minutos.
Días más tarde anunció que no tenía la menor intención de dimitir porque al país le esperan meses delicados por las dificultades económicas empeoradas por el paro y el rebrote del coronavirus. Después de su clara decisión, el partido socialista presentó una moción de censura contra el gobierno actual. Ésta no prosperó con una amplia mayoría de votos en contra.
Finalmente, el jueves 23 de julio el primer ministro, después de volver de Bruselas, decidió cesar a los ministros de Interior, Economía, Finanzas y Turismo, tras la moción de censura y las fuertes protestas, un acto que ha provocado una escalada de las protestas.
Comunidades búlgaras en Europa apoyan a sus conciudadanos
Los búlgaros en el extranjero tampoco renuncian al deseo de que el país se convierta en un lugar mejor, luchando así por la supresión de la ilegalidad y la corrupción.
Varias personas se reunieron delante de la embajada búlgara en Oslo, la capital noruega para mostrar su apoyo y lanzar su voz, aunque lejos de las fronteras de su país natal. En La Haya, en Países Bajos, también hubo varias protestas iniciadas por jóvenes estudiantes. “Queremos un país normal, por eso estamos aquí. No queremos un país corrompido”, se comentaba entre los manifestantes.
Plamen Zafayah Zafirov, Оslo / Facebook
Según los analistas, existen tres posibilidades como resultado de estas protestas: dimisión del gobierno actual y elecciones anticipadas, que el gobierno se mantenga en el poder hasta las parlamentarias del próximo marzo o, por último, una amplia remodelación del ejecutivo, ésta última considerada la más probable. Visto en su conjunto, lo que está en juego es el futuro de Bulgaria. El gran interrogante es si va a seguir como país miembro de la UE o va a cambiar totalmente su orientación geopolítica hacia Eurasia.
