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Sánchez Mato: “Al PSOE le tiemblan las piernas cuando toca mirar de tú a tú a los poderosos”

Entrevista a Carlos Sánchez Mato. Primera parte.

9 de noviembre. Día de la Almudena. Es lunes festivo en honor a la patrona de la ciudad de Madrid. No hace muy buen día, ha llovido por la mañana. Me dirijo al barrio de Aluche. Las inmediaciones del parque que rodea la salida del Metro Eugenia de Montijo están algo embarradas. Cerca de ese lugar he quedado con Carlos Sánchez Mato para tomar un café en el bar “Kalenda”, situado en el 112 de la Calle de Ocaña. Me saluda con el codo conforme a la nueva costumbre del protocolo social que se ha instalado desde la llegada del maldito virus. Va vestido con un abrigo azul a juego con su camisa y unos vaqueros clásicos. Lleva una pulsera con la bandera tricolor republicana en cada muñeca y un pendiente en la oreja izquierda. Mantenemos una amable conversación previa antes de la entrevista acordada. Me cuenta que después tiene un evento. Por lo que disponemos de alrededor de una hora. Es un hombre ocupado.

Muchos le conocerán por sus dos años como delegado en el Área de Economía y Hacienda del Ayuntamiento (2015-2017) en el Gobierno de Manuela Carmena.  En 2017 fue cesado por la exalcaldesa al incumplir la regla de gasto que exigía el Ministerio de Hacienda de Cristóbal Montoro, fiel a su compromiso programático e ideológico. Continuó su responsabilidad como concejal tras este hecho hasta 2019. El 26 mayo del año pasado encabezó la candidatura conjunta Izquierda Unida – Madrid en Pie Municipalista (IU-MPM) en las elecciones locales, integrada por algunos críticos de la gestión de M. Carmena al frente del Consistorio. Obtuvo más de 40.000 votos, aunque se quedó sin representación en el Pleno del Ayuntamiento por no llegar al umbral electoral fijado del 5%.

Ha pasado por varias responsabilidades públicas. Entre ellas, ha sido presidente del Distrito de Vicálvaro, de Latina y de la empresa mixta municipal Madrid Calle 30. Ha ostentado los puestos de vicepresidente en las entidades Madrid Destino, la Empresa Municipal de Transportes (EMT) y la Funeraria local de Madrid. También ha sido miembro del Consorcio Regional de Transportes de Madrid. Actualmente es responsable de Políticas Económicas en Izquierda Unida y profesor de Economía en la Universidad Complutense.

Pregunta: Estamos viendo últimamente como a Juan Carlos I se le está investigando por corrupción a diversos niveles. En teoría, la inviolabilidad llega hasta la abdicación, cuando dejó de ser jefe del Estado. ¿Cree que saldrá impune? ¿Piensa que la monarquía sigue teniendo aceptación? Ni siquiera La Zarzuela ha emitido ningún comunicado…

Respuesta: [Que la inviolabilidad llega hasta la abdicación] no es real, es una falsedad que dicen. Por supuesto que saldrán impunes porque llevan siéndolo desde el principio. La inviolabilidad no afecta solamente hasta el momento de la abdicación a los monarcas porque en sus actuaciones privadas, en ningún momento pone en la Constitución que sean inviolables. Para que un monarca, para que un Rey en España, según la Constitución, sea inviolable es porque sus actos son refrendados. O sea, hay un ministro o un presidente del Gobierno que firma debajo del acto, precisamente, eso lo que hace es quitarle la responsabilidad al rey. Que yo sepa y si me permites la ironía, la apertura de cuentas en Jersey, en Bahamas, en las Islas Vírgenes o en Suiza eran actos refrendados… Recogían fondos de donaciones de satrapías y dictaduras varias que no han tributado a Hacienda. Si estaban refrendados, la Casa Real haría bien en decir: “soy inviolable porque firmó Felipe González, Suarez, Calvo Sotelo o Zapatero”. Entonces, que vayan a por ellos.

Pero me temo que estos que estos actos fueron liberalidades individuales que realizó el rey emérito con el conocimiento de toda su familia porque el actual monarca es beneficiario de esos fondos. No puede decir que renuncia y no es creíble cuando ha renunciado después de que hayan sido destapados los asuntos. Además, no puede renunciar porque según el Código Civil, hasta que no fallezca el rey emérito no puede hacerlo por más que haga declaraciones. Todas las actuaciones que están realizándose desde la Fiscalía y demás son realizadas con el tiempo suficiente como para que el tema termine siendo objeto de prescripción y, en absoluto, va a ser juzgado nunca ningún miembro de la Casa Real.

«La monarquía se ha convertido en un verdadero buitre extractor de recursos»

P: Respecto a este tema, sabemos que hay dos almas en el Gobierno. ¿Considera adecuada la postura de la parte socialista del Gobierno frente a la monarquía?

R: No porque en su inmensa mayoría los miembros del Partido Socialista se declaran republicanos, pero son unos republicanos un poquito raros porque cuando estaba Juan Carlos, le defendían y le tapaban. Todos estos asuntos que algunos estábamos denunciando sin conocer los detalles, parece que todos los Gobiernos socialistas las conocieron. Conocieron los manejos del Rey emérito, entonces no emérito. Y lo consintieron, con lo cual, para mí tuvieron una responsabilidad enorme. Que los entonces juancarlistas ahora sean felipistas y digan: “no, el anterior era malo pero el de ahora es buenísimo”, lo que me revela es una incoherencia total y absoluta.

No van a poder evitar que haya una república, solamente hay que ver la encuesta que hicieron medios independientes recientemente. No hay futuro para la monarquía, no lo puede haber, y sobre todo en un país en el cual esa monarquía se ha convertido en un verdadero buitre extractor de recursos del país. El futuro de este país será republicano con toda seguridad. Pero, yo lo que sí veo es que hay una prioridad en el momento actual, y no hablo de la pandemia, que es construir un horizonte republicano que vaya más allá de la elección de la jefatura del Estado. Un horizonte que tenga que ver con unir a la república los valores republicanos y hay que conseguir que la gente los haga propios y los sienta como necesarios. La defensa de los servicios públicos, el ecologismo, la mirada a largo plazo de la economía, el feminismo…. Y alguno dirá que se puede seguir siendo monárquico.  Le recuerdo a todo el mundo que ahora el rey tendría que ser reina y no lo es porque el varón tiene primacía en la propia Constitución.

P: Ha sido crítico en algunas ocasiones con algunos ministros socialistas del Gobierno en Twitter. ¿Qué más les reprocha a los miembros del PSOE en el Gobierno aparte de su posición sobre la monarquía?

R: Y en persona. No solo disparo desde lejos. Fundamentalmente que les tiemblan las piernas cuando toca mirar de tú a tú a los poderosos.  Cuando toca hacer reformas fiscales que les suponen un problema a las élites al PSOE le entra una temblequera que no pueden parar. Creo que lo que no se puede ser es débiles con los fuertes y fuertes con los débiles. Y por lo tanto eso yo lo critico en público y en privado. Además, tengo la autoridad moral y me la atribuyo porque he estado cuatro años como cargo público. Es verdad, que Madrid es una ciudad grande, pero yo también he tenido presiones y las he aguantado. Si las he aguantado yo por qué no las aguanta un ministro socialista.

P: Recientemente el Consejo de Ministros ha aprobado el Real Decreto de comunicaciones comerciales de las actividades del juego, impulsado por el ministro de Consumo y coordinador federal de IU Alberto Garzón. ¿Solucionará los graves problemas causados por el juego en todos los ámbitos, principalmente en los barrios humildes?

No, ni lo pretende. Desarrolla la Ley del juego de 2011 y hace referencia a la publicidad. El problema de la adicción al juego va mucho más allá. Ahora, ¿qué es lo que puede hacer un Gobierno? Entre otras cosas, limitar la publicidad todo lo posible, a horas intempestivas de la madrugada. Algo que es nocivo pero que es legal, como puede ocurrir con otras sustancias o drogas. Es un paso de gigante: es lo que había que hacer y lo que ha hecho afortunadamente el Ministerio de Consumo de Alberto Garzón. Por cierto, han hecho falta nueve años para que se desarrolle, no por casualidad. Esos poderosos, ante los cuales tiembla el PSOE y el PP no hace falta que tiemble porque son ellos, no lo habían permitido. Tenemos una ley que se decía que hacía falta que se modificara, pero nadie se atrevía a hincarle el diente. Debido a que suponía enfrentarse a los grandes medios de comunicación, los gigantes operadores del juego y a un tercer elemento: los grandes clubes deportivos, salvo excepciones muy contadas tienen en sus camisetas la publicidad de esas casas de apuestas.

Lo que ocurre es que el Real Decreto de publicidad no resuelve los problemas de las adicciones ni la insatisfacción de la clase trabajadora ni de la juventud de los barrios. A lo mejor la única expectativa que pueden tener en ocasiones, y así lo sienten, es a ver si tienen un golpe de suerte y ganan. Cuando el problema es que tienen empleos basura, de mierda. Lo que podemos hacer desde el Gobierno es limitar la publicidad para evitar que esa compulsividad haga todavía más daño en los sectores más vulnerables y seguir trabajando.

El barrio en el que estamos, Aluche, sufrió mucho la heroína. En mi juventud yo estudié mis carreras universitarias en un “piso de monos” de la parroquia rehabilitando a gente de mi edad que en su momento cayeron en esa sustancia. Hay determinadas situaciones en las que yo asemejo bastante la adicción al juego a lo que pasaba entonces. Una generación que fue la mía en la que muchas personas se sintieron sin expectativas y cayeron en la droga. Ahora mismo, hay mucha gente sufriendo con el tema de las apuestas. No puede ser que tengamos impactos continuos de publicidad en la televisión, en las redes sociales, viendo un partido de fútbol en las camisetas que llevan los jugadores. Por dichos motivos esta norma es solo un paso.

«Yo no hubiera hecho jamás la Orden Ministerial contra la desinformación»

P: El Gobierno ha publicado hace unos días en el BOE una disposición en la que se ha puesto en marcha un mecanismo contra la desinformación. Alberto Garzón dijo en El Objetivo que “el Gobierno quiere instalar un radar para mitigarla”. Añadió que no van a “intervenir nada” y tampoco van a entrar en la libertad de prensa de los medios”. En principio, ¿no resulta peligroso plantearse estas cuestiones en una sociedad democrática? ¿No cree que hay otros mecanismos?

R: Yo no hubiera hecho jamás esa Orden ministerial. Pero la Orden ministerial no dice lo que están diciendo que dice, eso es una realidad. Primero, lo que haría en este país es quitar la “Ley Mordaza” [Ley Orgánica de protección de la seguridad ciudadana], mi organización política y Unidas Podemos queremos quitar la Ley Mordaza y el PSOE se resiste a eso “como gato panza arriba”, lo que es gravísimo.

Sin embargo, los adalides de la libertad de expresión han estado muy calladitos durante todo este tiempo mientras se hurtaba a la decisión judicial algo que antes era delito y que pasa a ser sanción administrativa y que le ha supuesto un pastizal a un montón de personas simplemente por protestar socialmente en la calle. Lo mismo sucede con los titiriteros metidos en la cárcel como presos de máxima seguridad en el formato Fichero de Internos de Especial Seguimiento (F.I.E.S) por sacar dos marionetas y decir: “Gora-Alka ETA”. ¡Es una verdadera vergüenza!

Dicho esto, yo no creo que se pueda matar moscas a cañonazos. La desinformación controlada por esas élites importantes, no la vas a parar porque haya un radar. Por lo tanto, yo creo que hay otras prioridades. Desde luego, en absoluto, es una mordaza como la propia “Ley Mordaza”. Además, también harían bien las derechas que están preocupadas con este asunto en decírselo a la Comisión Europea, un órgano profundamente “soviético” [irónicamente], que ha sido el que está instando a los Gobiernos a tomar medidas en este sentido. Al final, la Orden Ministerial no es más que una transposición de las indicaciones de la Unión Europea. A esta gente no le importa si se trata de atacar a posibles bots rusos o chinos. Sin embargo, se asustan muchísimo cuando se trata de decirle a la gente que la lejía, por ejemplo, no es una solución contra el coronavirus.

P: También el ministro de Consumo Alberto Garzón declaró que están “explorando la bajada del precio de las mascarillas”. Sin embargo, siguen al 21% de IVA. Al ser un bien de primera necesidad y al suponer también un gasto habitual para las familias ¿No sería mejor opción imponer un IVA reducido? [Entrevista realizada el 9 de noviembre. El 19 de este mes ha entrado en vigor vía Real Decreto Ley la reducción del Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA) de las mascarillas del 21% al 4%, situando el precio máximo en 0,72 € respecto al coste máximo anterior de 0,96 euros].

R: Incluso exento totalmente. Para empezar, el IVA es un impuesto profundamente regresivo e injusto. Desde Izquierda Unida estamos hartos de criticar este impuesto, máxime yo como responsable de Políticas Económicas. Así, lo hemos defendido en 200 escritos. La regresividad se basa en que paga el mismo IVA, en cuanto al importe, en las mascarillas, en los cafés o en cualquier producto de primera necesidad, por ejemplo, el señor Amancio Ortega que cualquier ciudadano. Nadie tiene la misma disponibilidad económica que el Sr. Amancio Ortega. Por lo tanto, hemos criticado el IVA no solo en las mascarillas y mucho antes que los que han defendido que el IVA tiene que ser la fórmula primordial de recaudación.

Lo que ha ocurrido durante estos últimos años ha sido absolutamente perverso. Mariano Rajoy, antes de acceder al gobierno en 2011 iba con una pancartita escrita diciendo: “No más IVA y que no nos suban el IVA de las chuches”.  Ahora lo cambiaría por el IVA de las mascarillas, aunque es exactamente lo mismo. Los que defendían el “no más IVA”, lo incrementaron del 17% al 21%. No son 4 puntos, son 4 puntos sobre 17. Eso es un 30%. Si estuvieran gobernando pondrían el “IVA súper” a las mascarillas y a cualquier otra cosa. Desde 2008, la recaudación de este impuesto es la que se ha incrementado de manera considerable y es el que tiene más peso por acción tributaria. Casualmente el Impuesto sobre Sociedades recauda 20.000 millones de euros menos cada año por las puertas que se le han abierto sobre la legislación sobre todo a las grandes corporaciones.

P: Isabel Díaz Ayuso lleva generando numerosas polémicas por su gestión de la crisis sanitaria. ¿Hasta qué punto es responsable de todo lo que está sucediendo en la Comunidad de Madrid? ¿Qué hay detrás de sus políticas y de su pulso al Gobierno central?

R: Hay tres décadas de gobiernos del Partido Popular y de la derecha desde el ‘tamayazo’ que han contribuido a que ocurra lo que está ocurriendo. Esa actuación que es absolutamente vergonzosa tiene que ver con la atención hospitalaria y la atención primaria. Ahora mismo hay quizá 7 u 8 hospitales más de los que había hace 15 años, pero hay menos camas y menos profesionales, desde el punto de vista de la ratio de profesionales sanitarios por habitante. Esa situación se ha producido no por ciencia infusa ni por casualidad, ha sido la decisión consciente de la derecha de esta Comunidad Autónoma. Han presumido de que Madrid era el laboratorio de sus políticas. Han hecho ese proceso privatizador y luego nos hemos encontrado que, en la primera ola de la pandemia, los profesionales sanitarios no tenían ni batas ni EPI para poder protegerse, ni por supuesto capacidad de afrontar la situación. Eso le podría haber supuesto a cualquiera una sorpresa. “¿Quién podía imaginarse la pandemia?”.

Para esta segunda ola han utilizado el mismo criterio, construir un “hospital de pandemias” [Hospital de Emergencias Enfermera Isabel Zendal] con un sobrecoste que ya supera el 94% para el cual no hay profesionales porque ahora dice Díaz Ayuso que resulta que “no hay médicos”. Y de quién es la responsabilidad de que no haya médicos sino de quien ha gobernado en Madrid, el PP. No es culpa del PSOE, en la Comunidad de Madrid no ha gobernado.

«Desde el Gobierno y la Comunidad de Madrid se ha optado por subordinar la salud a la economía»

P: En las últimas semanas debido a las grandes cifras de contagios y fallecidos hay quien piensa que debemos aplicar un confinamiento domiciliario. El Gobierno por el momento lo ha descartado. Para ello habría que decretar un nuevo estado de alarma.  ¿Está de acuerdo? Y si es así, ¿cerraría los colegios y la actividad no esencial?

R: Lo que veo clarísimo es que la pandemia debe ser atajada por quienes saben, los profesionales sanitarios y los profesionales de Salud Pública. Si algo ha quedado demostrado es que las medidas pretendidamente duras en absoluto lo han sido. Puesto que, salvo la primera etapa en la que se cerró todo movimiento de personas menos las actividades esenciales…

Yo voy a mi universidad, al instituto y la verdad es que nos protegemos más y eso está ayudando. Pero el transporte público está absolutamente petado en Madrid. Me parece un poco de risa que nos digan que tenemos unas medidas extremadamente duras. Creo que se está siendo excesivamente blando y no estoy hablando de que se restrinjan las libertades fundamentales.

Lo que me parece una vergüenza es que cualquier Comunidad Autónoma, en el momento actual la de Madrid, confine barrios o Zonas Básicas de Salud y limite la movilidad, aunque teóricamente nadie está haciendo caso a eso: son puras medidas cosméticas. Y que lo haga sin un estado de alarma que lo ratifique, como así lo ha hecho anteriormente. Con lo cual, habría que ser muchísimo más duro si lo que queremos es atajar la pandemia. No solo por parte de la Comunidad de Madrid sino desgraciadamente también por el Gobierno en el que están mis compañeros, por subordinar la Salud Pública a la economía, un error a mi modo de ver. Piensan que eso es mejor y va a mantener durante más tiempo la situación de casi encefalograma plano a negocios de hostelería. Yo creo que los virus no se pueden acabar, como dicen los técnicos y profesionales, hasta que no haya una vacuna. Aquí se ha optado por minimizar los daños. Lo que pasa es que minimizar los daños, supone miles de personas que mueren.

P: La sociedad en general está cansada del enfrentamiento político. ¿No echa en falta más coordinación y colaboración entre administraciones, a pesar de que sean de distinto color político?

R: Sí, pero para que haya coordinación tiene que haber un interés común y no existe. No puede haber coordinación si una parte no quiere. La Comunidad de Madrid jamás ha querido hacer otra cosa que utilizar la pandemia y cualquier otra cosa como arma arrojadiza contra el Gobierno central. Pero lo único que interesa a Díaz Ayuso, y a Aguado que la sostiene, es aquello que les sirva para su carrera política. Lo respeto, pero me duele mucho como ciudadano madrileño porque, lógicamente, ese tipo de situación lo que hace es que se pospongan medidas, no se actúe y, sobre todo que no se haya dotado de profesionales la Sanidad. A mí me parecería muy buena política que quisieran cerrar actividades no esenciales, si al mismo tiempo, los centros de salud estuvieran con profesionales contratados y demás.

En mi caso, el otro día de nuevo intenté pedir mi vacuna contra la gripe porque soy diabético, de bomba de insulina. Es decir, soy persona de riesgo y estoy trabajando. “Vacúnese usted contra la gripe” dicen. Me han dado cita para dentro de un mes. Entonces, es un mes en el que yo sigo trabajando. Hasta hace muy poco no estuvo disponible en mi centro de salud la aplicación para poder pedir la vacuna. La única manera era que yo me fuera a hacer la cola durante un montón de rato, cosa para la cual no tengo tiempo y, además, no es demasiado bueno sanitariamente… ¡Qué triste! Una cosa es no cerrar actividades no esenciales y otra muy diferente es no proveer a los centros de atención primaria y hospitalaria de medios. Al mismo tiempo no se quiere confinar a las personas. Las dos cosas no pueden ser.

«No son nuestros presupuestos pero el gasto público incorporado era inimaginable hace meses»

P: Estamos inmersos en una crisis económica muy grave. Usted ha coordinado ‘Horizonte País’, un programa de propuestas para la reconstrucción tras las crisis de la COVID-19 que se ha aportado al espacio de Unidas Podemos. ¿Se va a plasmar en alguna política concreta del Gobierno de coalición?

R: El documento son 420 páginas.  El proyecto de presupuestos aprobado contiene elementos importantes. No todos los que hubiéramos querido. No son nuestros presupuestos, pero sí se incorpora un impulso en el gasto público que no hubiéramos imaginado hace unos meses. Cuando peleábamos por acordar medidas presupuestarias con el Partido Socialista en el momento de la investidura estábamos negociando importes de unos 6.000 millones de euros. En este momento, el proyecto de presupuesto recoge un impulso de gasto público 15 veces superior a esa cantidad, con las condiciones de la pandemia. Se entiende que es otra forma de abordar la crisis con respecto a lo que ocurrió en 2008.

De todas formas, en absoluto es suficiente ni están todas nuestras medidas. Están muy pocas de las que tendríamos que poner en marcha. El Plan ‘Horizonte País’ planteaba un impulso anual de 155.000 millones de euros, muy superior al que se va a realizar. El tiempo va a demostrar que este impulso de los presupuestos, mucho mejores que los que había, aunque no va a bastar y se va a requerir más dinero. La propia Unión Europea, con el plan implementado y los fondos que llegarán al Estado español y al resto de países de la Unión, tendrá que ver en breve que no es suficiente para reactivar la economía.

P: ¿En un balance global ha sido beneficiosa la alianza entre Podemos e Izquierda Unida?

R: Por supuesto. Todo lo que sean pasos para la unidad popular es mejor, no hay otro camino. Para mí debemos caminar hacia actuaciones coordinadas desde la izquierda transformadora. Más allá de las muchas deficiencias de que las alianzas solo sean electorales. Eso no quiere decir que todos nos convirtamos en lo mismo. Las alianzas deben ser muchísimo más sólidas de lo que ya son. Aunque hay muchas cosas que hay que mejorar. No hay futuro peleando cada uno por nuestra cuenta, no tiene sentido.

«En el Ministerio de Sanidad no había nadie dedicado a la atención temprana de la pandemia por la escasez de empleados públicos»

P: Ha destacado públicamente la escasez de empleados públicos de la Administración General del Estado, por ejemplo, respecto a la gestión de los ERTE o del Ingreso Mínimo Vital (IMV)…

R: Es muy insuficiente. Estamos diciendo que hay que impulsar la gestión de un escudo social que proteja a la gente. Dotamos partidas presupuestarias para pagar prestaciones como los ERTE o el IMV y no ponemos personas para que lo puedan gestionar… La oferta de empleo público en términos netos, quitando la gente que se jubila, son poco más de 1900 puestos. A este ritmo hacen falta 36 años para recuperar el empleo público que había en 2010, que ni siquiera era óptimo. Lo cual se nota en la universidad, en las ratios de las enseñanzas medias, en la sanidad, etc. Luego nos sorprendemos de que no haya una atención temprana de la pandemia. ¡En el Ministerio de Sanidad no había nadie dedicado a eso!

P: Según la Seguridad Social solo han recibido las prestaciones del IMV un 13,9% de los solicitantes. ¿Ha fracasado esta política pública?

R: No, la política pública fracasaría si dando los medios que debería tener se muestra inoperante. Hay que dotar a la Administración Pública de los elementos necesarios para que el Ingreso Mínimo Vital funcione.

P: Yendo a un marco más internacional ¿Esperaba algo más de las ayudas procedentes de la Unión Europea para combatir la crisis?

R: Sí, mucho más. Esperábamos mucho más dinero. No solamente para España sino para el resto de los países miembros. Queríamos que se actuara no solo con transferencias, sino de forma mucho más beligerante contra el Banco Central Europeo (BCE). El BCE es el propietario de una cuarta parte de la deuda pública española. Sin embargo, la compra en los mercados secundarios, es decir, no la compra directamente al Estado español. Para que sigan manteniéndose el poder y el papel de los intermediarios: los fondos de inversión y las entidades bancarias. Si cuando el Tesoro Público sacara sus bonos (bonos del Estado, las obligaciones, las letras del Tesoro) directamente fueran comprados por el BCE las venderíamos más baratas. Pagaríamos más intereses, pero eso tiene un problema: el intermediario dejaría de ganar dinero.

El BCE es nuestro banco, tiene lógica que tengamos capacidad acceder a nuestro banco para financiar las políticas públicas. Ni siquiera en una situación de pandemia como la actual se ha conseguido eso. Es un avance con respecto a la década pasada. Al menos el BCE no ha esperado cuatro años para utilizar su fortaleza y su capacidad para sostener la deuda pública de los países. Lo cual permite que actualmente estemos financiándonos a 10 años al 0,17%. Hubo momentos en la crisis anterior en que lo hicimos a 8% y ese dinero de intereses no es que se fuera por el sumidero. Fue a alimentar a las élites de este país y de Europa.

P: En ese sentido, ¿la Unión Europea está bien planteada?

R: La UE fue construida con un objetivo puramente mercantil para favorecer los intereses de unos pocos. Está haciendo lo que se puede esperar que haga en esas circunstancias. Yo no soy de los que piensa que hay que volver al Estado nación, soy internacionalista. Hay que conseguir que la Unión Europea y el conjunto del planeta funcione con arreglo a los criterios de igualdad y fraternidad que no debieron no ser utilizados en la construcción europea. Lo lamentable es que las élites siguen mandando. Pero lo que se puede reconocer es que hay un cambio con respecto a las situaciones anteriores. Si en vez de estar financiándonos con la actuación presente del BCE al 0,17% a 10 años nos estuviéramos financiando simplemente al 1,7%, en lugar de estar pagando 30.000 millones de euros al año de intereses estaríamos pagando 45.000. Y la diferencia 15.000 millones de euros al año es una cantidad importante. Hay avances, pero después de que tengamos que demostrar cómo está la situación. No son avances “graciosos” desde la perspectiva no de lo divertido sino de la gracia. Son conscientes de que actualmente si actuaran como en la anterior crisis la UE implosionaría.

P: Estamos viendo como el nacionalpopulismo y la extrema derecha se están extendiendo por todo el mundo. ¿Qué actitud deben adoptar el resto de los partidos políticos?

R: Combatirlo. No hay otra. Ante el fascismo, antifascismo.

P: ¿Es un caldo de cultivo la pandemia para un mayor auge de la extrema derecha?

R: Considero que las situaciones de crisis alimentan respuestas nacionalpopulistas de ese estilo. Cualquier tipo de crisis no exclusivamente una pandemia. El tema es si como izquierda, máxime cuando se está en el Gobierno, no se actúa a la ofensiva para proteger a la gente, la propia gente busca seguridad en otras cosas.

P: ¿Por qué triunfa a veces el discurso de extrema derecha entre las clases populares?

R: Es un poco mito que triunfe en las clases populares. En el barrio de Aluche, por ejemplo, no está. En general, no está en auge solo la derecha más extrema, también la otra [derecha]. Como pasó en Madrid, que ahora están en el Gobierno del Ayuntamiento y de la Comunidad.

P: ¿Está haciendo algo mal la izquierda o tiene alguna responsabilidad en ello?

R: Solamente pueden triunfar si nosotros hacemos mal nuestro trabajo. Si cuando nosotros tenemos la posibilidad de acceder al Gobierno hacemos una política más laxa que provoca que parte de la clase trabajadora decida no ir a votar el día de las elecciones es porque tampoco nota gran diferencia. Puede no ser cierto, pero yo nunca diré que los electores se equivocan. Si la gente no considera que una formación política es una herramienta útil…

Por ello, las máximas peticiones a mis compañeros en el Gobierno es que no caigamos en los errores que han cometido en otras ocasiones históricas los Gobiernos de la izquierda: contentar a todo el mundo. Eso es imposible, hay personas a las que no le va a parecer bien nunca que metas una inyección de dinero público brutal. Ni que elabores una reforma fiscal que haga que el 3% de los más adinerados de este país por fin empiecen a pagar impuestos. No esperamos su aplauso, no lo vamos a tener. En cambio, si haces perceptible para la gran mayoría social que no te casas con esas elites yo estoy absolutamente seguro de que tiene resultados positivos en términos electorales. También digo que si no lo tuviera nuestro trabajo es respetar nuestros compromisos de los programas electorales. No valen pequeñas cosas sino soñar con lo más grande.

P: Biden ha ganado las elecciones de Estados Unidos. ¿Es una buena noticia para el mundo? ¿Y para la clase trabajadora estadounidense?

R: En absoluto. Yo no iba con Biden, es un político que sería en España de centroderecha. Por lo tanto, jamás apoyaré a un señor así. Me he alegrado muchísimo del “tortazo” de Trump. Soy más de “Bernie” Sanders.

«Gonzalez Laya (ministra de Exteriores) tendría que haberse disculpado y no haber ido a la toma de posesión de Luis Arce»

P: ¿Cómo analiza la victoria el pasado 18 de octubre de Luis Arce en las elecciones de Bolivia? De hecho, hace unas semanas fue a Bolivia una comitiva española para asistir a su toma de posesión integrada por el rey Felipe VI, Pablo Iglesias y la ministra de Exteriores González Laya.

R: Bolivia ha demostrado claramente que lo que ocurrió hace un año fue un golpe de Estado como una catedral. Me parece vergonzoso que haya determinadas personas que hayan ido a la toma de posesión de “Lucho” Arce, y no hablo precisamente de mis compañeros Pablo Iglesias, Gerardo Pisarello, Fran Pérez o Enrique Santiago. Me refiero a que la ministra de Exteriores González Laya no haya denunciado el golpe. Me parece increíble: tendría que haberse disculpado y no haber ido. Del Borbón ni siquiera opino ni tiene mucho sentido que lo haga.

La señora Jeanine Áñez se autoproclamó presidenta de Bolivia con una miseria de votos después de haber extorsionado para que el Gobierno legítimo tuviera que abandonar el país. Ahora es evidente que Evo Morales había ganado las elecciones. El pueblo boliviano ha demostrado claramente que no se ha dejado achantar por esas actuaciones y ha recuperado el Gobierno. La victoria del Movimiento al Socialismo (MAS) es incuestionable. Ni Gobiernos de la UE u otros países ni la propia Organización de los Estados Americanos (OEA), que hizo de palmera de los golpistas, han pedido perdón o han reconocido lo que ocurrió realmente.

P: ¿Qué aspectos es necesario mejorar del modelo económico de España?

R: La inserción de España en el capitalismo internacional es muy deficiente. Vendríamos a ser como el trabajador o la trabajadora con menos capacidades que intenta conseguir un puesto en una fábrica. Cuanto menos capacitado estás, en mayor situación de inferioridad te encuentras y menos vas a cobrar. Lo que le pasa a España es que se insertó en el capitalismo internacional con una economía de servicios. Es lo que llamamos el monocultivo del turismo, el ser un país fundamentalmente de camareros y no lo digo de forma despreciativa. Son actividades de menor valor añadido, lo cual es un término económico muy claro y ningún economista lo puede discutir. El mayor valor añadido está en la transformación de los productos no en el servicio de estos. Lo que ocurre es que si estamos especializados en turismo (entorno al 12% PIB, un porcentaje muy importante) aunque el sector servicios es mucho más en España, lo que no podemos esperar son salarios cuantiosos. Principalmente cuando estamos especializados en servicios de esta clase.

Es imposible que el capitalismo dé soluciones a ese tipo de situación porque no todos los países pueden ser Alemania. La típica situación de querer ser exportadores: si todos exportamos, ¿quién importa? La economía de mercado nunca va a ser la solución de los problemas de la humanidad, tampoco de los de España. Puesto que, si nosotros intentamos hacernos un hueco en ese modo de producción en el cual le quitamos un trozo a Alemania, será a costa de la clase trabajadora alemana. No pensemos que va a ser a costa de las élites de dicho país. El futuro no va por la competencia ni por la competitividad, va por la cooperación. Lo que supone superar el capitalismo. O lo hacemos porque es insostenible desde el punto de vista ecológico y social o vendrá de otra manera y a lo mejor de forma más desordenada y favorable a las élites. El fin del capitalismo no tiene por qué ser necesariamente algo que acabe en una situación mejor para la gente, dependerá de la correlación de fuerzas. Si acaba siendo el paraíso de los que más tienen, habremos pasado de un sistema perverso a uno incluso peor. Se trata de evolucionar.

La segunda parte de la entrevista de Carlos Sánchez Mato estará disponible el miércoles 2 de diciembre.

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