El Estadio Diego Armando Maradona, será testigo del encuentro correspondiente a la jornada 2 de la fase de grupos de la UEFA Champions League, donde el Napoli recibirá al Real Madrid. Ambos equipos, apuntan a luchar por la clasificación a la fase eliminatoria, ocupando las dos primeras plazas del grupo C.
La víspera del partido fue más inquietante de lo normal, no por las actuaciones de grupos de ultras, si no debido a un terremoto. Un sismo de escala 4, asustó a la ciudad en la que se va a disputar el partido. Desgraciadamente, no es el primero para sus ciudadanos en los últimos días, ya que una caldera volcánica a unos nueve kilómetros de la ciudad, está causando temblores.
La entidad napolitana, a juicio
Por un lado, el equipo local, últimamente ha estado en el foco mediático, pero no por méritos deportivos, sino debido a una polémica relacionada con su estrella, Victor Osimhen, y la cuenta de Tiktok del club, donde tras varias publicaciones en esta red social que no han sentado nada bien al jugador nigeriano, el delantero ha llegado a incluso amenazar a su propio equipo con llevarlo a juicio. Pese a esto, durante el fin de semana, jugó 45 minutos llegando a anotar, en la victoria del equipo napolitano frente al Lecce.
En cuanto a lo deportivo, los azzurri llegan a este encuentro en una gran forma, habiendo perdido solo un partido de los ocho que han disputado esta temporada, ubicándose terceros en la clasificación de la Serie A, con un saldo de cuatro victorias, dos empates y una derrota, sumadas a la victoria frente al Braga en la anterior jornada de competición europea.
El hecho de jugar de local, puede ser un factor determinante para los de Rudi García, aunque todo hay que decirlo, la historia, no les avala, ya que nunca han podido vencer a los merengues.
Los blancos: a punto para su competición favorita
Por otro lado, los pupilos de Carlo Ancelotti pese al tropiezo en el derbi disputado en el Civitas Metropolitano, han empezado con muy buen pie tanto en liga, donde se sitúan primeros tras vencer al Girona en Montilivi, como en Champions, tras vencer por la mínima frente al Unión Berlín.
Está claro que los vikingos no han tenido mucha suerte en lo que respecta a las lesiones. Alaba, en el partido frente a Las Palmas, se sumó a la lista de jugadores con los que Carletto no podrá contar, en la que ya se encontraban Guler, Militao y Courtois, lo que supondrá todo un quebradero de cabeza para el técnico madridista a la hora de conformar una alineación para el encuentro. Además, Carvajal, que parecía recuperado, no ha acabado la sesión de entrenamiento previa al partido.
En principio, la alineación más probable sería Kepa en portería, Nacho y Rüdiger como centrales, Lucas Vázquez y Mendy en los laterales, el famoso rombo en el centro del campo, conformado por Valverde, Tchouameni que llega en bastante buena forma, Modric y Bellingham, y en punta Vinicius, acompañado de Joselu o Rodrygo. Pese a la buena dinámica en general del grupo, dos nombres resaltan por no haber comenzado especialmente bien en las filas del club de la capital.
Tanto Modric como Rodrygo, están sufriendo fuertes críticas por gran parte de la prensa y la afición, donde a uno se le tacha de egoísta por no dar un paso al lado pese a su edad, y a otro se le crítica por precisamente lo contrario, ya que con la ausencia por lesión de Vini, se ha echado en falta que el brasileño tirase del carro. El nuevo sistema y el hecho de no jugar en su posición natural, han tenido gran parte de culpa, pero en el primer nivel, y sobre todo, en clubes como el Real Madrid, la exigencia siempre es máxima.
A priori, los visitantes parecen ligeramente favoritos, pero lo que está claro es que podemos vaticinar que será uno de los encuentros más destacables de la jornada, donde dos grandes equipos en muy buena forma y con dos grandes plantillas, buscarán, prácticamente, decidir el liderato de este grupo.