El gallego que ha llegado a la final desde el rock, el directo y la confianza popular
Tinho afronta la final de Operación Triunfo 2025 como uno de los concursantes con identidad más definida de la edición, tras un recorrido marcado por el rock, el humor y una conexión sostenida con el público.
Martín Yáñez, Tinho para el mundo, ha llegado a la final de Operación Triunfo 2025 y no por las sumas precisas de la puntuación del jurado. Cumplió 22 años en la Academia y es de A Coruña, con raíces que se extienden hasta Viveiro, en Lugo. Estudió canto lírico, se graduó en el Conservatorio Superior de Música de A Coruña y entró en jazz; lidera Awy, banda de pop-punk y rock, con garitos gallegos y Factor X en el currículum. En su biografía del Instagram del programa (@ot2025.tinho) se autopresenta como “Despistado, alegre y tranquilo”. Tinho cruzó la línea definitiva tras una semifinal de desgaste y confianza popular que llevó Galicia a la final.
Paso de Tinho por el programa
Nunca en manos del público hasta la recta final, Tinho ha protagonizado actuaciones salvajes. Su Gala 0 ya prometía espectacularidad con Hold the line. Ha superado con creces registros variados y tuvo su famosa “gala del despegue” en la semana 5: su dúo junto a Guillo Rist con I Wanna Be Your Slave levantó al jurado, quien repitió este acto tras un dúo brillante con Olivia en la Gala 8, con Cheek to cheek; también tras su solo eléctrico en la Gala 9, con Beautiful Things.
Su carácter artístico es claro, ligado a su raíz (recordemos también su Gala 10, con un Tempestades de Sal, en gallego, de Sés), a la identidad, a un disfrute marcado y a una entrega física emocionante. Ha sabido reafirmar su vínculo con el rock y con el directo, en un espacio donde su voz ha encontrado cuerpo y verdad a lo largo de todo el programa.
La Gala 11 alteró el ritmo intocable de su concurso. Entre los seis semifinalistas, las puntuaciones del jurado colocaron a Tinho en quinta posición. Obtuvo un 7,5 de media que se instaló en la conversación pública y con el que él mismo bromeó durante la semana e hizo comparaciones de humor varias con Ruslana, de la edición pasada, a modo sostén sin dramatismos. Frente a Guillo Rist, el público le salvó y le hizo finalista con el 60% de los votos.
El alma del humor de la Academia
Fuera del foco inquieto de las galas, Tinho ha sido elogiado en redes sociales por ser “el alma de la academia” (así se lo hicieron saber en las firmas de discos). Su humor irónico, su descontento puntual disfrazado de chiste, la relación bonita con sus compañeros, han recogido a Tinho como uno de los concursantes más queridos. Ha salido favorito dos veces: los fans de Operación Triunfo han alabado a Tinho por mantener el pulso vivo del directo con su caos alegre que, según los seguidores, ha provocado que el encierro y la monotonía de algunos días menos entretenidos pese menos.
Como bien dijo Amaia en La Revuelta tras su paso por Operación Triunfo en 2017, “los fans de OT están muy locos”: es un programa que no sirve del hate injustificado. Aunque algunos, a estas alturas, no han pillado su sarcasmo gallego, la mayoría ha valorado a Tinho como uno de los concursantes más divertidos de la edición.
Rumbo a la final
En la gran final de esta noche, lunes 15 de diciembre a las 22h, en Prime Video, con Claudia Arenas, Olivia, Cristina y Guille Toledano, Tinho versionará Lose Control. Llegados a este punto, Tihno ha demostrado que el talento no suma notas. Existe en él algo clásico y también algo con joven urgencia. Su formación académica le ha sostenido pero no le ha encorsetado; el rock le ha desordenado el gesto y colocado la voz. Su propuesta artística es grata y descarada. Sus seguidores ansían ver a Tinho romper el escenario de Operación Triunfo esta noche y terminar su concurso desde el mejor empiece de carrera de un nuevo artista.
