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miércoles, 29 noviembre, 2023

Del tango de nuestros abuelos al ‘match’ en Tinder: diferentes generaciones unidas por amor

El amor. ¿Qué es realmente estar enamorado?¿Es el ser humano capaz de controlarlo? Mientras que unos se dejan llevar por la magia de las emociones desconocidas, otros se muestran racionales por miedo a sentirse vulnerables. Como vivirlo, es tu decisión.  

El amor es, sin duda, nuestro fiel compañero en este largo y curioso camino llamado vida. Desde la primera interacción emocional hasta la última, el amor siempre ha estado presente en nuestro día a día, siendo el claro protagonista de las relaciones emocionales que a lo largo de los años hemos ido estableciendo.

Está claro que este sentimiento universal atraviesa todo tipo de fronteras del tiempo y edad, siendo libre y sincero desde su nacimiento. Comparte al mismo tiempo diferentes formas de expresión que lamentablemente, durante décadas ha costado asimilar. 

En la sociedad actual, la percepción que los jóvenes tienen del amor genera cierta controversia para nuestros mayores, debido que choca por completo con la visión que nuestros abuelos/as tienen sobre esta etapa de la vida.

Aún recuerdo aquella frase que mi abuelo me decía, aquella que guardaba con cierto cariño y rabia a la vez: «el amor ya no es lo que era». Objetivamente, tenía razón. El amor nunca va a ser lo que era. Es un sentimiento que va evolucionando y cada uno lo vivimos de manera única, está claro. A veces, vendría bien dejar hablar al corazón.

Intimidad al ritmo de la música

El baile. La actividad que ocupaba todos los sábados noche de nuestro abuelos. Iba más allá de unas simples melodías. Era una zona de encuentro, conocimiento, incluso de coquetear con aquella chica a la que tu corazón sonreía. Todavía recuerdo la ilusión con la que mi abuelo me hablaba de aquella noche. Aquel sábado que se encontró con la que sería el amor de su vida.

Lo que comenzó en una simple invitación de un par de pesetas, se convertiría pronto en una ilusión. Lo que provocaría que la canción que se escuchaba de fondo, Bésame mucho de Consuelo Velázquez, pasará a un segundo plano. Era inevitable como el roce de ambas pieles generaban un hilo imaginario que les uniría de por vida. El erizar de la piel, junto a la curiosidad de saber más, algún besito que otro en la mejilla… Florecía en ellos un vínculo que poco a poco se llenaría de compromiso, amor y paciencia.

El amor de aquella época era un duelo lento de conocimiento. El comienzo de un amor que en un futuro se convertiría en profundo, paciente y sosegado. Y es que como bien dice el dicho: «las cosas de palacio, van despacio».

Dos mujeres cogidas de la mano, bailando felizmente | Fuente: sanfernandonuestro.com
Dos mujeres cogidas de la mano, bailando felizmente | Fuente: sanfernandonuestro.com

Hacer ‘match en Tinder’

Desde abuelos que se conocieron en la pista de baile, hasta nietos que hacen match en Tinder. Todo un legado de amor. 

Quién imaginaría que algo tan delicado y especial como es el baile, como manera de conocimiento, acabaría desencadenando en un simple click que te serviría el plato bien calentito y al punto. 

¿Desde cuándo se ha vuelto el amor tan exquisito? ¿Acaso el ser humano es tan cobarde a sentir? No queremos arriesgarnos, esa es la realidad. Nos achantamos ante cualquier vínculo emocional por miedo a perder el control. Miedo a adentrarnos en un mundo espiritual, liderado únicamente por las emociones. Cero racionalidad vs puro sentimiento. Es ahí cuando cuesta. Cuesta y mucho soltarse.                                                                                                           Nuestra mente es tan caprichosa que pensamos de más. Sufrimos de más; y eso finalmente acaba doliendo. Tenemos tanto miedo al rechazo, a lo bonito de sentir, que vivimos encarcelados en nuestra celda más profunda. 

Hacer match, quién lo diría. ¿Dos personas destinadas? O dos cuerpos hambrientos. El simple click que tanto interés genera en nosotros muestra una vez más, cómo a lo largo del tiempo, el deseo de encontrar el amor ha permanecido constante, aunque los métodos para hacerlo hayan evolucionado. Por no hablar de las biografías de cada usuario. Diría que la palabra «fluir» gana a todos por goleada. «Fluyamos y vamos viendo», ponen unos; «busco rollos pero ya veremos», dicen otros. 

Fluir. Que palabra tan curiosa y peligrosa a la vez. Es de esas palabras que denota libertad y carece de compromiso al mismo tiempo. Aquella que te da seguridad y te la quita al instante. El amor es una droga, y tememos a convertirnos adictos a ella. Es ese «algo» tan peculiar y único, que nos vuelve tan complejos.

Incluso hay tutoriales en Youtube de como hacer match con alguien. ¿Qué nos está pasando? Donde quedó aquel vínculo íntimo y especial que se generaba con solo tocarse y sentirse. La magia de un simple susurro, mientras que los cuerpos se unían al ritmo de la música. Desde cuando el amor ha sido ¿planeado?, ¿a medida?. 

El amor siempre se ha mostrado libre de prejuicios, sin estereotipos ni etiquetas. Es esa conexión que no se explica, se siente. Es pasión, intensidad y novedad al mismo tiempo. Es todo lo que queramos que sea. El amor, es único.

Ilustración | Fuente: Twitter @inspiraas
Ilustración | Fuente: Twitter @inspiraas

Sin miedo al éxito 

Está claro que nuestros abuelos tienen una forma diferente de vivir el amor, pero no tan lejana como nos quieren hacer ver. Ese «algo» tan abstracto que de pronto toca tu puerta, no entiende de edad ni forma.                                       Muchos creen que consiste en una lucha constante entre la mente y el corazón. El tener un sentimiento compartido. La responsabilidad de cuidar, querer y respetar. Quién sabe. 

Como bien dice el escritor Nahuel Roldan: “Y que es el amor si no cuidar la fragilidad de otro como si fuera propia”. 

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