El artista andaluz se subió al escenario con muchas ganas e ilusión para presentar su gira La Cruz del Mapa que tuvo que ser aplazada por estos dos años de pandemia
El ansiado día llegaba tras más de dos años de espera. Manuel Carrasco subía al escenario del Wizink Center a las nueve y media de la noche entre gritos y aplausos de un público eufórico deseoso de escuchar al cantante andaluz en directo.
La Cruz del Mapa es la gira de su último disco, publicado en 2018. Sin embargo, debido al avance de la pandemia, el artista ha añadido el nuevo lema ‘Hay que vivir el momento’, propio del positivismo que refleja el cantante en sus canciones y que tampoco faltó a lo largo de la noche.
Tal era la expectación que muchos de sus fans mantenían las entradas desde 2019, y otros se animaron en las últimas ventas de estas, lo que derivó en un completo Sold Out, completando hasta la última butaca del Wizink Center.
El público ilusionado esperaba de pie al artista, que recibía el calor del público con la gran sonrisa que le caracteriza a la vez que cantaba una de las canciones más emotivas del disco, Tambores de guerra.
Una velada inolvidable
Una vez arrancado el concierto, los espectadores vivían numerosas emociones, ya que durante el concierto Manuel Carrasco cantaba de lado a lado en el escenario, tocaba las canciones más melancólicas con el piano y hacía piña con el resto del equipo, moviéndose con el saxofonista y el guitarrista.
Otro de los momentos que sorprendió a los presentes fue cuando el andaluz regaló al público madrileño una “letrita” en forma de bulería completamente improvisada sobre la capital, en la que nombraba lugares emblemáticos de la ciudad como Preciados, la Latina, la Plaza Santa Ana o Malasaña, entre otros. El público enloqueció al escuchar esos versos acompañados de una flamenca guitarra en los que el artista le cantaba a Madrid.
Además de las canciones de este disco, Manuel aprovechó la oportunidad para cantar sus temas más memorables con el público, que aunque pasen los años, siguen siendo un mito en bocas ajenas. Que nadie, No dejes de soñar o Ya no fueron el claro ejemplo de que sus letras traspasan la piel de aquellos que escuchan al artista.
El andaluz también quiso aprovechar la oportunidad de llenar el Wizink Center para cantar su último sencillo Fue, una canción que ha sacado hace apenas una semana y que relata el desamor. Este tema, podrá encontrarse en el próximo disco del artista, que muy pronto verá la luz.
El broche final
La velada cerró con Qué bonito es querer mientras caían globos de colores, que llenaban de alegría y emoción el escenario. Más de dos horas de concierto donde el público disfrutó, sintió y se emocionó con las letras del artista. La noche fue mágica para todos los presentes y la espera mereció la pena. A la salida del concierto, se escuchaban comentarios que decían: “Qué genial”, “Ha ido de menos a más”, “Manuel, Manuel, Manuel…”.
Un primer concierto de éxito rotundo y que volverá a culminar esta noche con una segunda cita en el Wizink Center de Madrid.
