La exposición temporal “París pese a todo” se encontrará en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía hasta el 22 de abril. Mientras “Beckmann, Figuras del Exilio” (Museo Nacional Thyssen – Bornemisza) seguirá disponible hasta este 27 de enero
Cuadro de William Compley “La Guerra Fría”. Fotografía de Yaiza Gallego.
“París pese a todo” explora la contribución de los artistas extranjeros que después de la Segunda Guerra Mundial trabajaron en París. Por aquel entonces, la capital francesa intentaba, mientras se reconstruía política, social y económicamente tras la contienda, modernizar la vieja imagen de la École de Paris (Escuela de París), que siempre había contado con la contribución de artistas extranjeros para el desarrollo de un discurso moderno.
Esta pluralidad de apuestas, enfoques y medios queda recogida en la exposición, donde es posible redescubrir y poner en diálogo muchas obras que han sido a menudo olvidadas por buena parte de la Historia del Arte. Gracias a la organización cronológica de las salas, pueden apreciarse los cambios en los discursos y las respuestas de los artistas a las modas parisinas o a las presiones políticas, así como las variaciones en la composición de este entorno cultural en función de los acontecimientos históricos.
Entrada a la exposición de Beckmann. Fotografía de Yaiza Gallego.
Beckmann es uno de los artistas alemanes más destacados del siglo XX. Aunque próximo en sus inicios al expresionismo y a la nueva objetividad, desarrolló una pintura personal e independiente, de signo realista pero llena de resonancias simbólicas, que se alzaba como un testimonio vigoroso de la sociedad de su tiempo.
La primera parte de la exposición, cubre la etapa vivida en Alemania desde los años anteriores a la Primera Guerra Mundial, cuando comienza a ser reconocido públicamente, hasta el ascenso del fascismo en la década de 1930, cuando es expulsado de la escuela de arte de Frankfurt en la que daba clases y se le impide exponer sus obras en público. La segunda parte, más extensa, se dedica a los años de Ámsterdam y Estados Unidos, donde vivió tras verse obligado a abandonar Alemania, y está estructurada en torno a cuatro metáforas relacionadas con el exilio, entendido no sólo literalmente, sino como condición existencial del hombre moderno.