La batalla por Mandalore

Finalmente, hemos llegado al final de temporada de The Mandalorian. Con un desenlace emotivo y lleno de acción, acompañadme a descubrir los datos más interesantes que nos ha dejado este último capítulo, no olvidéis de repasar el artículo anterior y avisados quedáis de spoilers.

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— Star Wars España (@StarWarsSpain) April 19, 2023

Mandalorianos juntos son más fuertes

Empezando justo donde lo dejamos, vemos como Bo-Katan junto a los demás mandalorianos tratan de buscar una salida mientras escapan de los soldados imperiales del Moff Gideon. Mientras, a Mando le duran poco las ataduras, ya que rápidamente Din Djarin escapa de sus captores con la inesperada ayuda de Grogu en su traje IG-12. Ambos deciden que deben dejar de escapar y enfrentarse de una vez por todas al Moff Gideon. La acción está servida.

Con la ayuda de R5, Din Djarin y Grogu consiguen los planos de la base Imperial, mientras vemos que Axes Woves llega hasta la flota mandaloriana con el objetivo de hacer de señuelo. Una vez allí, los refuerzos mandalorianos son enviados a la superficie. Siguiendo con Din Djarin y Grogu, vemos como entran en la sala que vimos en el anterior capítulo, donde Moff Gideon mantenía activos diversos tanques de clonación, revelándose que estos clones no son nada más y nada menos que del propio Gideon.

Más tarde nos enteramos que los experimentos del Dr. Pershing, que llevamos conociendo desde la primera temporada, ha dado sus frutos; creando clones sensitivos a la fuerza del propio Moff Gideon, con el objetivo de crear el ejército más letal que haya visto la galaxia. Aunque realmente esta información queda algo “hueca”, ya que Grogu y Din Djarin se deshacen de los tanques rápidamente. 

La batalla cambia de tornas en el momento en que Bo-Katan, junto a la Armera y los refuerzos mandalorianos, entran en acción. Las siguientes escenas son puro deleite, donde parece que volvemos a ver un capítulo del Asedio de Mandalore en la última temporada de The Clone Wars. La verdadera esencia mandaloriana. Pero para momentazos tenemos el siguiente, donde la gran revancha entre Din Djarin y Moff Gideon se da por fin. Con Gideon portando la armadura oscura de última generación, la pelea parece algo desnivelada, sobre todo en el momento que vuelven a aparecer los tres guardias pretorianos. 

Choque de iguales

Sin embargo, todo héroe tiene un as bajo la manga, y el de nuestro Mando no podía ser otro que Grogu, quien consigue distraer a los pretorianos el tiempo suficiente para que Bo-Katan, portando el sable oscuro, aparezca en escena. Es turno de Lady Kryze, quien sin duda tiene ciertos asuntos pendientes con Gideon. Con una escena de acción brutal,  vemos como los dos mandalorianos protagónicos se enfrentan a sus enemigos, saliendo ganando Din Djarin junto a Grogu, quien no vacila en mostrar sus habilidades en la fuerza.

Moff Gideon consigue someter a Bo-Katan, y al no poder recuperar el sable oscuro, decide destruirlo para ambos. Entre la espada y la pared, Din Djarin acude al rescate, nivelando la balanza. Aunque la situación parece perdida para ambos bandos, ya que en un acto desesperado, Axes Woves decide estrellar el crucero de la flota mandaloriana y acabar de una vez por todas con la amenaza del Moff Gideon.

Pero ninguno de los involucrados se rinde. Moff Gideon sigue persistiendo como el gran villano que es, aunque para su pesar, no es rival. Los tres mandalorianos unidos; Din Djarin, Grogu y Bo-Katan Kryze, consiguen someterlo en el momento que el crucero se estrella, envolviendo la base imperial en llamas. Y cuando parece que toda esperanza está perdida, en una reminiscencia clarísima al sacrificio de Kenan Jarrus en Rebels, Grogu junto a la fuerza consigue frenar las llamas, salvando a Bo-Katan y Din Djarin en el proceso.

Un final de cuento

El tiempo pasa y vemos como los mandalorianos se han establecido en Mandalore. Todos se reúnen en las aguas vivas, donde asisten al rito de iniciación del hijo del fallecido Paz Vizsla. Din Djarin decide que Grogu está preparado para asumir tal honor, aunque al ser técnicamente un huérfano, la Armera se niega. Siendo la opción más obvia, Din Djarin oficializa su rol como padre y adopta a Grogu, quien se vuelve Din Grogu. Debido a que se trata de un nuevo iniciado mandaloriano, la Armera les encomienda la misión de explorar la galaxia. Los mandalorianos por su parte toman la gran forja de Mandalore, y mientras ellos celebran entre gritos y golpes de beskar, padre e hijo abandonan el planeta.

Volvemos entonces a Adelphi, donde Din Djarin y Din Grogu le solicitan trabajo a Carson Teva. Aún con una negativa inicial, nadie es capaz de rechazar la ayuda de un mandaloriano, dejándonos a Mando y Grogu al servicio de la Nueva República, aunque no sin antes pedirles un último favor. El capítulo finaliza de vuelta en Nevarro, donde nos presentan al nuevo y rediseñado marshal del planeta: IG-11, un regalo para Greef Karga de parte Mando.

Nos despedimos entonces de nuestro cazarrecompensas favorito, junto a su peculiar hijo adoptivo, en una bonita parcela a las afueras de Nevarro. 

Crítica “El regreso”

Las expectativas eran altas, y creo que no se han llegado a cumplir. No me malinterpretéis, este final de temporada de The Mandaloriannos ha dado todo lo que han ido sembrando y desarrollando durante toda la temporada; el regreso del Moff Gideon, la reconquista de Mandalore y un nuevo status quo para Mando y Grogu. Pero, ¿nada más? Al final acaba sintiéndose algo insuficiente. 

El capítulo es en su totalidad un gran capítulo, pero podríamos haber tenido más; como por ejemplo, ampliar la información respecto a los planes de Gideon y el Imperio, quien nos deja una incógnita incluso en su “muerte”, que como regla no escrita de Star Wars, posiblemente vuelva en un futuro. Hay decisiones narrativas que dejan mucho que desear en una primera instancia, como que Moff Gideon destruya el sable oscuro; aún siendo uno de sus objetivos recuperarlo, o separarnos a Din Djarin y Grogu de los demás mandalorianos, ya que podíamos suponer que tras esta temporada la historia de The Mandalorian englobaría a todos ellos.

Globalmente acaba siendo muy predecible, con los buenos ganando a los malos y con ninguna pérdida importante que pudiera afectarnos como audiencia, siendo lo más remarcable de la temporada la muerte de Paz Vizsla; aunque seamos sinceros, no fue tan impactante.

Nos quedamos sin ningún cliffhanger, dejando de lado todas las teorías que situaban a Boba Fett como un aliado final o como mínimo alguna ayuda de la Nueva República, por no mencionar el poco protagonismo del tan anunciado mitosaurio, quedando muy mal parado este final de temporada si lo comparamos con el capítulo final de la segunda temporada.

Cabe resaltar que tampoco tiene escena post-créditos. De todas formas soy positivo, y con todo lo que se avecina de Star Wars en el futuro, prefiero un final de temporada más family friendly, y explorar decisiones más arriesgadas en otros proyectos. 

Como reflexión final, The Mandalorian sigue destacando por encima de todos los proyectos de Star Wars, con una producción audiovisual que escapa a toda compresión y unos personajes que ya son todo un clásico de la franquicia. La historia no acaba, dejándonos la puerta abierta para volver a esta galaxia muy muy lejana. Que la fuerza os acompañe.