La banda celebrará sus 20 años de carrera, junto a Miranda!, el 20 de junio como parte del Alma Occident Festival Madrid
La banda española Dorian, formada en Barcelona en 2004, cumple dos décadas en la industria musical reafirmando su sello único de new wave, música electrónica e indie rock. A lo largo de estos 20 años, han consolidado un lugar destacado en la escena musical gracias a sus discos y actuaciones en importantes festivales.
Hablamos con Belly Hernández, teclista de la banda, quien me recibió por Zoom desde un hotel en Mallorca, con una sonrisa de oreja a oreja y unas vistas increíbles al mar. Quedaban apenas unas horas para el concierto de Dorian en la ciudad, y se notaba la emoción en el ambiente. En esta entrevista repasamos la trayectoria de la banda, su último álbum Futuros Imposibles, la gira de aniversario, colaboraciones especiales y cómo han vivido la evolución de la industria musical en estas dos décadas.
20 años de éxito
Pregunta: El año pasado cumplisteis 20 años de trayectoria, ¡un logro destacable en la música! Desde tu perspectiva, ¿cuáles han sido las claves para mantener la cohesión y la relevancia durante dos décadas?
Respuesta: Sí, la verdad es que, mirando atrás, mucha gente lo ve casi como un milagro, ¿no? Casi sin darnos cuenta, llevamos ya 20 años en esto, y lo mejor es que seguimos en un buen estado de forma: con muchos seguidores, con ilusión, con proyectos… Sé que somos un poco una rara avis, porque lo más habitual entre bandas es que, con el tiempo, surjan altibajos y acaben separándose. Hemos visto muchas bandas buenísimas a nuestro alrededor que lo han ido dejando por distintos motivos. Y más ahora, que todo cambia tan rápido y las modas van y vienen.
En nuestro caso, creo que hemos tenido mucha suerte. Suerte de haber mantenido una base de seguidores muy fiel, y de seguir teniendo ilusión por la música. Siento mucho orgullo por todo lo que hemos construido. ¿Las claves? Pues no sabría decirte una sola, pero creo que tener una banda es como tener una familia. Hay que conocerse bien, respetarse, y trabajar mucho la comunicación. Saber qué puede molestar al otro, qué no… Al final, para mí son casi más familia que la mía propia, porque paso más tiempo con ellos que con nadie.
También han sido 20 años de empezar desde cero, de luchar mucho, de compartir una visión común de vida. Por supuesto que ha habido crisis, de todo tipo. En 20 años, pasan muchas cosas. Pero creo que lo que nos ha mantenido unidos es que siempre ha estado por delante el proyecto, la música, la ilusión.

Y mantenerse en el mercado 20 años con un proyecto que sigue funcionando… eso ya entra en un terreno casi esotérico. Lo que sí hemos tenido claro desde el principio es que teníamos que defender nuestro proyecto con honestidad, sin dejarnos llevar por las modas. Ser lo más sinceros posible con lo que hacemos. Y creo que el hecho de haber sido siempre un grupo independiente, sin grandes agentes externos, ha sido clave. Hemos sobrevivido gracias a que nuestra música gusta, y porque tenemos un vínculo muy directo con nuestro público.
P: Para celebrar este 20 aniversario habéis lanzado un nuevo álbum, Futuros Imposibles. Muchos artistas optan por recopilatorios en estas ocasiones. ¿Qué os llevó a apostar por un álbum con material nuevo para marcar este hito?
R: Sí, justo. Cuando hicimos los 10 años de trayectoria, lanzamos Diez años y un día, que fue un proyecto muy bonito porque reinterpretamos algunas de las canciones más importantes de nuestro repertorio en clave acústica, dándoles un enfoque más tradicional. Fue un ejercicio precioso, nos lo pasamos genial haciéndolo, y además fue muy bien recibido. Supongo que también sorprendió un poco, porque en ese momento éramos conocidos por un sonido más electrónico y rock, y quizás nadie imaginaba que esas canciones podían funcionar tan bien en un formato más orgánico.
Esta vez, para los 20 años, teníamos claro que queríamos hacer un disco con material nuevo. Futuros Imposibles es un disco muy Dorian. A lo largo de una carrera, vas teniendo distintas necesidades creativas, y no siempre estás en el mismo lugar emocional o musical. Hay discos en los que te apetece ser menos tú, salir de lo habitual, experimentar más… Ese fue el caso de Ritual, nuestro trabajo anterior, donde nos lanzamos a explorar sonidos, ritmos latinoamericanos, a divertirnos desde otro lugar, a jugar más.
Con este disco, sin embargo, queríamos hacer música sin pensar demasiado, sin imponernos ninguna premisa. Simplemente dejar que saliera algo muy nuestro. Y creo que por eso Futuros Imposibles conecta tanto con trabajos anteriores como La Ciudad Subterránea o Justicia Universal. Tiene canciones pop muy directas, con un discurso quizás menos sofisticado, pero muy honesto. Recupera nuestro sonido de siempre: ese punto de new wave, electrónica, rock… Y creemos que ha salido un disco muy redondo y muy natural.

P: Ahora, con algo más de perspectiva desde su lanzamiento, ¿cómo valoras la acogida que ha tenido Futuros Imposibles tanto por parte de la crítica como del público?
R: Súper bien, la verdad. La acogida ha sido muy buena, tanto por parte del público como de la crítica. Creo que ha gustado mucho precisamente porque es un disco muy Dorian, muy fiel a nuestro sonido, y eso siempre conecta.
Desde el principio notamos ese calor, ese entusiasmo inmediato, y eso es algo que valoramos muchísimo. Y una de las cosas que más me ha gustado —y que para mí es una muy buena señal— es que no hay una sola canción que destaque por encima del resto de forma clara. Normalmente siempre hay uno o dos temas que sobresalen y que todo el mundo menciona, pero en este caso los comentarios que hemos recibido hablan de canciones muy distintas. Cada persona tiene su favorita, y eso quiere decir que el disco se escucha entero, de principio a fin.
Y en los tiempos que corren, donde lo habitual es ir saltando de single en single porque hay tantísima oferta musical, conseguir que la gente se detenga a escuchar un álbum completo es un logro enorme. Hoy en día te bombardean con novedades constantemente, y muchas canciones se pierden en ese ritmo frenético. Así que, para nosotros, que Futuros Imposibles se esté escuchando como una obra completa, y que guste en su conjunto, es lo mejor que nos podía pasar.
Dorian, en directo
P: Esta celebración se ha extendido al directo con una gira que comenzó en noviembre. ¿Cómo estáis viviendo esta vuelta a los escenarios?
R: ¡Wow, está siendo increíble! La verdad es que nosotros somos muy de escenario, de festivales… Siempre ha sido nuestra forma natural de conectar con el público, y volver a girar nos llena de energía. Estamos súper ilusionados, como siempre, pero también con esa emoción especial que tiene una gira de aniversario.
Hemos preparado una nueva escenografía, una puesta en escena renovada, y también hemos trabajado nuevas versiones de algunas canciones. Eso es importante, tanto para el público como para nosotros: para que no se cansen de escucharlas igual que siempre, y para que nosotros también podamos reenamorarnos de ellas cada vez que las tocamos.
Y claro, después de tantos años, ya tenemos un repertorio muy amplio. ¡Nos encantaría tocarlo todo! Pero como eso no es posible, lo que estamos haciendo es variar bastante el setlist según el lugar y el tipo de concierto. Así conseguimos que haya espacio para diferentes canciones en cada show, y que no sea siempre el mismo concierto. Eso también lo hace más especial, tanto para nosotros como para quienes nos siguen.
P: Además de la gira general, habéis anunciado conciertos especiales de 20 aniversario, como el del 13 de noviembre en Ciudad de México. ¿ En qué se diferenciará con el resto de la gira?
R: Bueno, sí, estamos haciendo conciertos tanto en festivales como en salas, y claro, son formatos muy distintos. Ya hicimos las presentaciones en Madrid, en Las Ventas, y en Barcelona, en Razzmatazz, que fueron brutales. Los conciertos de sala, como es lógico, son más largos, te permiten explayarte más.
Al tener más tiempo, hay espacio para incluir canciones que en un festival quizá no encajan tanto, como temas más lentos o más íntimos, que necesitan otro tipo de atmósfera. En el caso de México, por ejemplo, vamos a tocar en el Teatro Metropolitano, que es un lugar precioso. Ahí vamos a hacer una revisión bastante completa de toda nuestra discografía. Y eso es algo que nos ilusiona mucho.
De momento, estos conciertos especiales del 20 aniversario están siendo en Latinoamérica porque son los que tenemos programados en salas. Pero me encantaría que también podamos hacer algo así en España.
La principal diferencia está en la duración y en el tipo de espectáculo. En una sala, normalmente vienen los fans más fieles, los que conocen todas las etapas del grupo, y eso genera una intimidad muy especial. En cambio, en un festival el discurso es más directo, más enérgico. También es hermoso, claro, porque tienes a miles de personas con muchísima energía… pero la vibra es completamente distinta.
P: Recientemente habéis lanzado una nueva versión de Materia Oscura, que ya estaba en Futuros Imposibles, esta vez con la colaboración de Miranda!. ¿Cómo surgió la idea de trabajar con ellos y por qué en esta canción?
R: Pues mira, cuando planteamos una colaboración, lo hacemos siempre desde un lugar muy artístico. Nos gusta imaginar qué artistas podrían encajar de forma natural en una canción concreta. A veces, incluso mientras estamos componiendo, ya se nos ocurre: “¡Esta canción quedaría increíble con tal artista!”, como nos pasó en su día con Santiago Motorizado o con Suu.
En el caso de Materia Oscura, enseguida sentimos que tenía mucho que ver con Miranda!. Es una banda a la que admiramos desde hace años. Tienen una trayectoria larguísima, son un referente absoluto en Latinoamérica y, además, forman parte de una generación muy cercana a la nuestra.
Nos encanta cómo colaboran con tantos artistas, siempre aportan algo único, y por eso nos pareció que podían hacer un match perfecto con esta canción. Y así fue. La colaboración no ha podido quedar mejor, de verdad. Escuchas el tema y parece casi como si lo hubieran hecho ellos. Se ha dado una conexión muy especial, muy natural, y estamos encantados con el resultado.
P: Ambos actuaréis el 20 de junio en el Alma Occident Festival de Madrid. ¿Esta colaboración tiene alguna conexión con vuestra participación en el festival?
R: Sí, tiene que ver, claro. Cuando empezamos a hablar de la colaboración, también surgió —un poco desde las agencias de management— la idea de hacer un concierto conjunto, y nos pareció que tenía muchísimo sentido. Creo que encajamos muy bien con Miranda!, hay una conexión artística y energética muy clara.
Para quien no los haya visto nunca en directo, de verdad, es todo un espectáculo. No hace falta conocer a fondo su música para disfrutar el show, porque lo que hacen en el escenario es puro entretenimiento. Son muy teatrales, con cambios de vestuario, escenografías cuidadísimas… Siempre aportan algo diferente, muy creativo y visual. Es divertidísimo verles.
Y bueno, todo eso en un lugar tan increíble como el Parque Enrique Tierno Galván, con ese anfiteatro y justo al inicio del verano… Yo creo que va a ser un planazo. Tenemos muchísimas ganas, y estoy convencida de que va a ser un concierto muy especial.

P: ¿Podemos esperar veros interpretarla juntos sobre el escenario?»
R: ¡Yo espero que sí! La idea está ahí, claro, y nos encantaría que ocurriera. Lo único es que ellos están ahora mismo en plena gira por Europa y España, con muchísimos compromisos, así que dependemos un poco de los tiempos y de poder cuadrar agendas para ensayar y prepararlo bien.
Pero vamos, por nuestra parte lo vamos a intentar, y sería brutal poder compartir el escenario con ellos y tocar Materia Oscura en directo. Ojalá se dé, porque sería un momentazo.
La frenética industria musical
P: Lleváis más de 20 años en la industria musical. Desde vuestra experiencia, ¿cuáles son los cambios más significativos que habéis notado y cómo os habéis adaptado a ellos?
R: Muchísimo, la verdad. Hemos vivido varias etapas muy distintas. Cuando empezamos, todavía no existían las plataformas digitales. Si querías escuchar música, tenías que ir a una tienda y comprarte un disco. No había redes sociales ni ese trato directo con el público. Para que tu música llegara a más gente, tenías que pasar por ciertos filtros: salir en la radio, en la tele… necesitabas que alguien apostara por ti desde los medios de comunicación tradicionales.
En nuestro caso, llegó MySpace —no sé si lo conocerás— que fue una herramienta clave para los músicos en ese momento. Era muy sencillo: colgabas tus MP3, tus fechas de conciertos, y la gente podía escucharte y dejarte comentarios. Eso nos dio muchísima visibilidad, porque de repente canciones como Cualquier otra parte empezaron a viralizarse por ahí, y eso nos permitió crecer de una forma muy natural y directa, sin intermediarios.
También vivimos la gran explosión de los festivales en España, que fue fundamental para muchas bandas independientes como nosotros. Los festivales actuaron como amplificadores: nos permitieron llevar nuestra música a todos los rincones de la península y ante públicos muy diversos.
Y bueno, ahora estamos en otra fase: la era del single, del consumo ultra rápido. Hay que estar sacando música constantemente, y eso, sinceramente, a veces cuesta un poco más, sobre todo para los que no hemos crecido con esa dinámica. También está esa presión de tener que estar siempre presente en redes, de generar contenido constantemente. A veces es divertido —por ejemplo, me encanta hacer clips recomendando libros o música—, pero no siempre me resulta natural tener que estar tan activa todo el tiempo.
Hoy en día ya no basta solo con hacer música: se espera que también seas comunicador, generador de contenido, casi influencer. Y aunque eso también tiene su valor —porque hay artistas con personalidades arrolladoras que se expresan más allá de la música—, personalmente me cuesta un poco. Me encantaría que todo pudiera girar solo en torno a la música, pero sé que ya no funciona así.
Así que sí, adaptarse es clave. Ser camaleónico sin perder tu esencia. Entender hacia dónde va todo, saber surfear esos cambios, pero manteniendo siempre tu identidad. Creo que eso es parte del secreto para seguir aquí después de más de 20 años.
P: Después de dos décadas de éxito consolidado, ¿qué sueños o ambiciones le quedan por cumplir a Dorian?
R: Bueno, yo siempre pienso que el próximo disco va a ser el mejor. Creo que los músicos tenemos esa suerte: la de poder reinventarnos constantemente. Cada nuevo proyecto es como una página en blanco, una oportunidad de hacer una canción aún más interesante que las anteriores, o al menos una que refleje con honestidad la etapa vital en la que estás.
Más allá de ese deseo de seguir componiendo el mejor disco posible, la ambición también pasa por seguir creciendo en lo escénico, haciendo directos cada vez más potentes, con nuevas ideas, nuevas escenografías… Y por supuesto, seguir viajando, seguir llevando nuestra música a todos los rincones del mundo. Eso es algo que nos sigue emocionando muchísimo.
A lo largo de los años nos han pasado cosas que nunca hubiéramos imaginado. Tocar en el Liceu de Barcelona, por ejemplo, fue una experiencia increíble. O colaborar con artistas tan potentes como Javiera Mena, Ana Mena, Lido Pimienta, Rafa de Viva Suecia o, más recientemente, Miranda!. Cada colaboración ha sido una aventura creativa única.
También nos motiva mucho ver cómo otros artistas entienden y reinterpretan nuestras canciones. Entregarles nuestra música, ver cómo la hacen suya, cómo la transforman… eso también es un viaje apasionante.
Así que sí, seguimos soñando. Porque por suerte, en la música, siempre hay nuevos horizontes que alcanzar.
Una reflexión de dos décadas
P: Si tuvierais que elegir una canción de toda vuestra discografía que consideréis especialmente significativa o que represente la esencia de Dorian, ¿cuál sería y por qué?
Es difícil elegir solo una canción porque hay muchísimas que queremos y que son importantes para nosotros. Yo tengo mis favoritas claras, las que realmente amo por encima de todas. Por ejemplo, El Temblor es una canción muy especial para mí, aunque estilísticamente no representa tanto nuestro sonido habitual, ya que es más acústica y con un aire fronterizo. Pero nace de un lugar muy profundo y siempre nos pone la piel de gallina al cantarla.
También están Cualquier Otra Parte y La Tormenta de Arena, que son verdaderos himnos del grupo. Son canciones que nunca nos cansamos de tocar y que han sido fundamentales para nuestro crecimiento. Además, mucha gente las ha hecho suyas, y creo que eso es un legado importante dentro de la historia de la música independiente.
Así que, si tuviera que destacar, serían estas tres canciones.
P: ¿Y de vuestros álbumes?
R: En cuanto a álbumes, me quedaría entre La Ciudad Subterránea y Justicia Universal. La Ciudad Subterránea es el disco en el que se configura claramente nuestro sonido, el punto de partida de lo que es Dorian para siempre. Es un álbum muy profundo, que surgió en una época complicada para la banda, pero que marcó un antes y un después.
Por otro lado, Justicia Universal tiene un lugar muy especial para mí. Fue un disco que salió de manera muy natural, fue divertido de hacer y contiene canciones que me encantan de principio a fin. También creo que define mucho nuestro sonido y nuestra identidad como grupo.
Tras 20 años de trayectoria, Dorian continúa apostando por una propuesta honesta y coherente, adaptándose a los cambios sin dejar de lado su identidad. Futuros Imposibles refleja ese equilibrio entre madurez y frescura que define su momento actual. Mientras tanto, la banda sigue girando por distintas ciudades, acercando su música a un público que ha crecido con ellos y que sigue acompañándolos en esta nueva etapa.

