La lucha de las FARDC y la MONUSCO contra el M23 continúa vigente
Las Fuerzas Armadas de la República Democrática del Congo (FARDC) y la Misión de las Naciones Unidas en la República Democrática del Congo (MONUSCO) luchan contra la ofensiva de los rebeldes del Movimiento 23 de marzo (M23) y Ruanda, acusado de apoyar el movimiento. El comienzo de las revoluciones más intensas fue a finales de marzo de 2022, cuando Europa se vio envuelta por la crisis ucraniana.
¿Cómo surge el M23?
El Ejército Revolucionario Congoleño conocido como M23 fue un grupo de antiguos soldados del Congreso Nacional para la Defensa del Pueblo (CNDP) que mostraron su descontento por las condiciones de sus servicios tras la Segunda Guerra del Congo, finalizada en 2003.
En marzo de 2012, el M23 se rebeló contra el gobierno y tomó el control en la capital provincial de Kivu del Norte, recibiendo el apoyo de Ruanda. Tras un año trágico, en febrero de 2013 las 11 naciones africanas llegaron a un acuerdo que puso fin al movimiento. De este modo y con la ayuda de la ONU, el M23 se exilió en Uganda. No obstante, en 2021 el M23 mostró nuevamente interés en el territorio, las ofensivas contra Kivu del Norte se reanudaron a inicios de 2022, aunque no comenzaron las grandes secuelas de sus actos hasta finales de año. También se ha mostrado un ambiente hostil en las provincias de Kivu del Sur e Ituri, por lo que la República Democrática del Congo (RDC) ha realizado desplazamientos internos.
Uno de los principales motivos por el cual el M23 está interesado en terrenos como Kivu del Norte se debe a la abundancia del coltán, un mineral empleado para la creación de productos tecnológicos. Belén Avendaño explica el funcionamiento de las minas “rojas”, aquellas minas que permiten el tráfico ilegal del coltán y la explotación de los congoleños. Estas minas están controladas principalmente por grupos rebeldes. No obstante, las Naciones Unidas no permiten que la Unión Europea compre el coltán de las minas de explotación ilegal. Este territorio permitiría al M23 tener el control de miles de congoleños explotados diariamente.
La escasa información sobre el genocidio actual
Según fuentes como la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), 6,9 millones de congoleños han sido forzados a abandonar sus hogares y 552.000 civiles son refugiados o solicitantes de asilo de países vecinos. Desde junio de 2023, la OIM ha construido 3.347 refugios de emergencia y distribuido 7.715 paquetes de suministros no alimentarios para ayudar a los desplazados. Sin embargo, la prestación de asistencia necesaria se ve afectada debido a las dificultades financieras.
Los rebeldes del M23 atacaron la ciudad de Bambo, provocando la huida de miles de habitantes. Varios civiles murieron y resultaron heridos en los combates, según fuentes como France 24. Bambo no ha sido la única ciudad que ha atacado el M23, ya que la ONU muestra en sus cifras que en Kishishe murieron 272 civiles tras un asalto. Las revoluciones están provocando una crisis alimentaria y casos de violencia de género en mujeres y niñas. La ONU registra a finales del año 2022 que 22 mujeres y cinco niñas fueron violadas. Las cifras del 2023 en cuanto a las muertes de civiles, heridos o violaciones todavía no se han contabilizado en su totalidad.
La RDC enfrenta el desplazamiento más prolongado en África. Los conflictos han estado ocurriendo desde que la República Democrática del Congo obtuvo su independencia en 1960, y actualmente el país alberga a más de medio millón de refugiados y millones de personas desplazadas internamente. A nivel mundial, la crisis humanitaria de este territorio no es de interés en la población ni en los medios de comunicación debido a las hostilidades constantes del país, a su situación económica, y la situación mundial vigentes con las guerras de Ucrania y Palestina.
