El uso del USB-C afectará en especial a Apple y sus dispositivos con cargador propio, entre otros fabricantes de telefonía y ordenadores
Tras una década de intentos fallidos, el Parlamento Europeo aprobó el pasado martes la normativa que obligará a los fabricantes de dispositivos móviles, tabletas y ordenadores usar el cargador de tipo universal USB-C a partir de finales de 2024.
La decisión de la Eurocámara ha contado con 602 votos a favor, tan solo 13 en contra y 8 abstenciones, quedando este mandato aprobado por unanimidad parlamentaria. Esta iniciativa se enmarca dentro de una amplia estrategia de la UE encaminada a reducir los residuos electrónicos e informar a los consumidores sobre unas posibilidades de consumo más sostenibles. Repasamos los puntos claves de la normativa.
Fabricantes afectados por la normativa
Con independencia del fabricante, la obligación se aplicará a todos los teléfonos móviles, tabletas, cámaras digitales, auriculares, libros electrónicos, teclados y ratones inalámbricos, así como consolas de videojuegos, altavoces, sistemas de navegación y ordenadores portátiles. Para estos últimos, la obligación entrará en vigor a partir de la primavera de 2026.
Apple, razón principal de la norma
La empresa norteamericana Apple con sede en Silicon Valley será la principal afectada de la ley recién aprobada por la Unión Europea. Durante los últimos años, la multinacional se ha mostrado reacia ante aquellas propuestas de eliminación del cargador propio con el que cuentan todos sus dispositivos, tanto iPhone como Apple Mac o sus auriculares inalámbricos.
Su negativa ante la medida parece apuntar a una cuestión de patentes y derechos. Según apuntan desde transmedia.cl, la empresa «puede cobrar regalías a cualquier fabricante que quiera vender algo con un puerto Lightning [o cargador único Apple], desde simples cables […] hasta soportes, conocidos por los empaques MFI (Made For iPhone) donde están fabricantes como Belkin», regalías que para ella generan «mucho dinero», lo que explica que no tendría «sentido ‘cortar la llave’ del flujo por ese ítem».
El principal pretexto por el que la empresa norteamericana se opone a la medida Atiene que ver con sus ingenieros, quienes de momento todavía no han logrado velocidades de transferencia decentes con su cargador MagSafe, desarrollo para el que está invirtiendo mucho tiempo y recursos. Por otro lado, para convencer de la medida a los clientes de Apple, la UE recuerda que todos los dispositivos que permiten la carga rápida seguirán contando con la misma velocidad, lo que «permitirá a los usuarios cargarlos a la misma velocidad con cualquier cargador compatible».
Los consumidores, más libres e informados
A partir de 2024, por tanto, ya no será necesario un cargador diferente para cada dispositivo nuevo o de otra marca. Así, los consumidores podrán utilizar un único cargador para una variedad de aparatos electrónicos portátiles, que deberán llevar integrado este puerto USB tipo C.
Todos los dispositivos lanzados al mercado desde ese momento deberán contar con etiquetas explicativas en las que se detallen las características de carga, para permitir a los consumidores comprobar fácilmente si los cargadores que ya tienen son compatibles y decidir si, al adquirir un nuevo producto, quieren o no un nuevo cargador.
Beneficios medioambientales pero también económicos
Para Margrethe Vestager, vicepresidenta ejecutiva para una Europa Adaptada a la Era Digital, «los consumidores europeos ya han experimentado suficiente frustración por los cargadores incompatibles que se acumulan en sus cajones». Tras haber dado «un amplio plazo al sector para encontrar sus propias soluciones», la aprobación de esta normativa resulta ser «un importante éxito» para los consumidores y el medio ambiente» que conformarán el futuro de la Unión Europea.
Además, como recuerdan desde el Parlamento Europeo, esta nueva normativa no solo tendrá un fuerte impacto positivo en el plano medioambiental, desechándose 11.000 toneladas menos de residuos electrónicos al año, sino que también ayudará a ahorrar a los consumidores europeos hasta 250 millones de euros anuales en compras innecesarias de cargadores para todos sus dispositivos electrónicos.
Nuevo impulso al desarrollo e innovación tecnológica
A medida que los desarrollos tecnológicos en torno a la carga inalámbrica avanzan, la Comisión Europea deberá acordar los requisitos de compatibilidad para finales de 2024 con el fin de evitar daños a los consumidores y al medio ambiente. Esta medida también eliminará el «bloqueo tecnológico» por el cual los consumidores europeos habían estado siendo dependientes de un fabricante específico al comprar uno de sus dispositivos.
