El estreno de The Guilty (en danés, Den skyldige) el pasado 23 de noviembre ha abierto todo tipo de críticas, en su mayoría excelentes. Tiene ya cinco nominaciones, entre las que encontramos el Premio del Público en el Festival Sundance y las nominaciones a Mejor actor, guion y premio Discovery en el Premio de Cine Europeo.
El auge del género nordisk noir (policiacas nórdicas) en los últimos años, con series como The Killing: crónica de un asesinato (en danés, Forbrydelsen) o El puente (Broen/Bron) es llevado a otro nivel con esta policiaca, diferente a todas las películas y series en las que la cámara son los ojos del personaje. Esta técnica narrativa tan única en The Guilty, lleva al espectador a ir un paso más allá. Es casi imposible creerse que se trata de la ópera prima del director sueco, Gustav Möller.
Una obra de carácter experimental debido a los pocos pero intensos recursos, no escatimando en ellos, sino eligiendo la simpleza ante la abundancia, como tiende a hacerlo la cultura nórdica. Nos recuerda a las maniobras de Hitchcock y logra transmitir todo lo planteado y mantener el suspense hasta el mismísimo último segundo, a pesar de la enorme dificultad.
Imprevisible en todos los aspectos excepto, quizá, en aquel que podría importar más al espectador: la subtrama del protagonista, Asger Holm. A pesar de ello, un filme digno de llenar la sala de cine por la sobresaliente interpretación de Jakob Cedergren, el pilar de la obra.
Se sobrecogerán, ahogarán su aliento tapándose la boca con las manos para no dejarse oír, podrán ver incluso como algunos de los espectadores más sensibles abandonan la sala antes de tiempo. “Véanlo” y siéntanlo por ustedes mismos.