Las lenguas no son estáticas, se modifican y transforman en función de nuestras necesidades. A medida que surgen nuevas realidades nosotros, los hispanohablantes, necesitamos crear palabras y definiciones, siendo, realmente, los únicos capaces de transformar la lengua.
Por ello, continuamente son estudiados por la Real Academia Española nuevos términos que proliferan en el panorama lingüístico como aspirantes a aparecer en el Diccionario de la lengua española (DLE), a la vez que son revisados los significados actuales de muchas palabras cuyo uso se ha transformado con el paso del tiempo.
Desde hace algunos meses, somos testigos de una nueva realidad para la que no estábamos preparados. Por ello, hemos ido aprendiendo a amoldarnos y, con nosotros, el lenguaje también lo ha hecho.
Las conversaciones convencionales han dado paso a una serie de palabras que han recorrido el mundo y que ocupan el papel protagonista en nuestro día a día, directa e indirectamente. Sin duda, la palabra más usada ha sido “coronavirus” o su versión acortada COVID-19, abreviatura de las palabras inglesas “corona”, “virus” y «disease» (enfermedad). En muchas ocasiones, las palabras ligadas a periodos muy concretos de tiempo suelen ser efímeras y pasajeras, por lo que no se incluyen en el diccionario. Sin embargo, no es el caso de esta, que según afirma el director de la RAE, Santiago Muñoz Machado, ha llegado para quedarse.
Entorno a ella, la RAE ha recibido una media de 3 millones de visitas y búsquedas diarias en el último mes que muestran el afán de información y conocimiento de la población en una situación tan alejada de lo común. Entre las palabras que más duda han causado están algunos términos médicos como “asintomático”, “infectar”, “infestar”, “intubar”, “disnea”, “cuarentena”, “confinar”, “resiliencia”, “virus”, “morgue”, “triaje” o “cuidar”. Destaca también la alta búsqueda de términos similares que llevan a confusión como “pandemia” y “epidemia”, así como palabras aparentemente ajenas como “pangolín”.
Como ya hemos mencionado, las palabras surgen según la situación en la que nos encontremos, es por ello que se han sucedido búsquedas de vocablos que no han sido especialmente necesarias en el pasado, y que, en consecuencia, no estaban presentes en el Diccionario de la Real Academia Española. Términos como “sanitizar”, “ERTE”, “nasobuco”, “videollamada” o “cuarentena” ya están en proceso de estudio para su posible adjunción en el diccionario.
A pesar de esto, hay palabras como “desescalar” que, según la RAE, es preferible evitar porque se trata de un calco del inglés “to escalate” que conviene sustituir por verbos españoles como “disminuir” o “minimizar”.
De algún modo las palabras actúan como significantes memorias de un ciclo. Y quizá, dentro de algunos años, ya no necesitemos muchas de estas que llenan nuestros pensamientos ahora. Con todo, es innegable que han marcado al mundo de una forma profunda y siempre van a permanecer presentes como un amargo recuerdo encerrado en solo once letras.