Desde su aparición en 1958, estas criaturas han conquistado al público y generado teorías controvertidas
¿Quién no conoce a Pitufina? ¿Y a Papá Pitufo? Es probable que en algún momento hayas oído hablar de ellos o los hayas visto en televisión, cine, cómics, juguetes, o incluso en el Búrguer. Los Pitufos, esos pequeños seres azules que habitan en una aldea encantada y viven en casas en forma de setas, son parte fundamental de la cultura popular. Hoy, 23 de octubre de 2024, celebran su 66º aniversario desde que aparecieron por primera vez en un tebeo en 1958, y siguen conquistando corazones generación tras generación.
El 23 de octubre de 1958, en las páginas de la revista belga Le Journal d’Spirou, aparecieron por primera vez estos personajes como un grupo de pequeños seres que ayudaban a los protagonistas del cómic Johan et Pirluit en sus aventuras medievales. Aunque en un principio su aparición era secundaria, su encanto y particularidad pronto llamaron la atención de los lectores, lo que llevó a su creador, Peyo, (pseudónimo de Pierre Culliford) a darles su propio espacio en el mundo de las viñetas con una colección de microrrelatos. Sin embargo, no fue hasta 1963, con Schtroumphonie en ut (Pitufonía en Do en español) cuando Los Pitufos empezaron a aparecer de manera serializada en Spirou.
¿De dónde viene el nombre?
El curioso nombre de estos personajes surgió de un episodio bastante simpático. Peyo, durante una comida en 1957, olvidó temporalmente la palabra «salero» y, al pedirlo, dijo «pásame el schtroumpf» . Este término gracioso quedó resonando en su mente, y más tarde lo adaptó para nombrar a los personajes de su cómic.
En España, sin embargo, el nombre se atribuye a Miguel Agustí, quien era el redactor jefe de la revista Strong, de la editorial Argos, donde por primera vez se publicaron en español en 1969.
Agustí pasó más de un mes buscando un nombre adecuado, hasta que se acordó del personaje de Patufet, también conocido como Garbancito. A partir de ahí, surgió el nombre de Los Pitufos para el público hispanohablante.
La evolución de Los Pitufos: de los cómics a la televisión
Los Pitufos comenzaron su carrera en 1958 en el mundo del cómic belga. Año tras año, el producto fue alcanzando fama y se empezaron a adaptar los tebeos por todo el mundo. Sin embargo, fue con su llegada a la televisión cuando alcanzaron una fama internacional imparable. En 1981, el famoso estudio de animación Hanna-Barbera lanzó una serie de dibujos animados que duró casi una década, consolidando a Los Pitufos en el imaginario colectivo de los niños de todo el mundo. La serie no solo fue un éxito en Europa, sino que también arrasó en Estados Unidos, convirtiéndose en uno de los programas infantiles más populares de la década de los 80.
Al mismo tiempo, y prueba de las tendencias del mercado, se fueron generando infinidad de productos comerciales de estos seres, manteniendo también la producción de tebeos.
Cuando falleció Peyo en 1992, la producción de cómics y la marca de productos continuó con su hijo Thierry Culliford.
Actualmente, se emite en el canal Clan TV de España una nueva serie de televisión de Los Pitufos con animación CGI, coproducida por Dupuis Edition & Audiovisuel, Ketnet y Kinderkanal del año 2021.
El pitusalto a la gran pantalla
El universo pitufo ha dado el salto a la gran pantalla con tres películas producidas por Sony Pictures Animation y distribuidas por Columbia Pictures. En 2011 y 2013, se estrenaron Los Pitufos y Los Pitufos 2 que mezclaban animación y acción real.
Fueron un éxito de taquilla, alcanzando más de 560 millones de dólares en ingresos por la primera película y más de 347,5 millones por la segunda, lo que demostró que la popularidad de Los Pitufos seguía intacta.
En 2017 llegó Los Pitufos: La aldea escondida, una película completamente animada que presentó un giro interesante en la saga: la introducción de una aldea de pitufas, abordando las críticas de falta de pitufas mujeres en el universo pitufo.
De esta manera, se intentó remodelar la historia y responder a los tiempos actuales, donde el feminismo y la presencia de las mujeres es una prioridad.
¿Son Los Pitufos comunistas y antisemitas? La teoría que ha generado debate
Uno de los temas más curiosos y controvertidos que han surgido en torno a Los Pitufos es la teoría de que el pueblo pitufo refleja una sociedad comunista. Esta idea fue explorada en 2011 por el escritor francés Antoine Buéno en su ensayo titulado El pequeño libro azul: análisis crítico y político de la sociedad de Los Pitufos.
Según Buéno, Los Pitufos viven en una comunidad donde no existe la propiedad privada, todos trabajan en conjunto para el bien común, y Papá Pitufo, con su barba blanca y gorro rojo, se asemeja al estereotipo de Karl Marx, lo que llevaría a pensar en una especie de «utopía comunista». Además, la ausencia de dinero en la aldea y el hecho de que todos Los Pitufos desempeñan tareas específicas y no aspiran a más, ha sido interpretado como un reflejo de los ideales comunistas.
En cuanto al antisemitismo, Buéno asocia a Gargamel (el malo de Los Pitufos) con el estereotipo antisemita de un judío: un hombre sucio, con nariz prominente y obsesionado con el oro.
Sin embargo, la teoría no está exenta de polémica. Muchos la consideran una interpretación demasiado forzada de un cómic infantil que simplemente buscaba entretener a los más pequeños.
Por su parte, Thierry Culliford, hijo del creador Peyo, calificó dichas acusaciones de «grotescas y poco serias».
La aldea pitufa en Andalucía
Aunque Los Pitufos tienen su origen en Bélgica, existe un rincón del mundo real que se ha ganado el título del primer «pueblo pitufo». Este lugar se encuentra en Júzcar, una pequeña localidad en la Serranía de Ronda, Andalucía. Júzcar era un típico pueblo blanco andaluz hasta que Sony Pictures lo eligió para transformarlo en el primer «pueblo pitufo» del mundo, con el fin de promocionar la película Los Pitufos de 2011. Para recrear la aldea de estas famosas criaturas azules, todas las casas del pueblo (175 en total) fueron pintadas de azul, incluyendo también la iglesia, el cementerio y el Ayuntamiento. Se utilizaron 9.000 kilos de pintura para ello.
En 2013, dos años después, Júzcar volvió a ser protagonista al acoger el lanzamiento de Los Pitufos 2. Volvió al centro de la atención mediática. Por ello, se organizó una consulta entre los habitantes del pueblo para decidir si querían conservar el color azul después de que finalizara el contrato con Sony. La respuesta fue un rotundo «sí».
Desde entonces, Júzcar se ha convertido en un lugar de peregrinación para los fans de Los Pitufos. Dispone de eventos, actividades temáticas y, por supuesto, una estética completamente azul. El pueblo atrae cada año a miles de turistas que quieren sumergirse en el universo de los pequeños seres azules, un ejemplo de cómo la cultura popular puede influir en el turismo y la economía local.
Sin embargo, por temas de derechos de autor, Júzcar ya no puede promocionarse como «pueblo pitufo». Ahora se presenta turísticamente como la «Aldea Azul». Más allá de su distintivo color, busca posicionarse también como un destino para los amantes de la naturaleza y el turismo rural.
66 años y sumando…
Los Pitufos, con sus más de seis décadas de historia, han demostrado ser mucho más que simples muñecos de entretenimiento. Se han adaptado a los cambios sociales y tecnológicos, y siguen siendo un referente para varias generaciones. Desde que debutaron como personajes secundarios en Johan et Pirlouit hasta su presencia en la gran pantalla y en los parques temáticos, estos pequeños seres azules han conquistado un lugar especial en los corazones de muchos hogares.
Lejos de teorías polémicas, como la de Buéno, la esencia de Los Pitufos queda reflejada en esta cita de Peyo, el propio creador de Los Pitufos, recogida por la página no oficial de Mortadelo y Filemón: «A diferencia de los personajes maléficos de pequeño tamaño, que a menudo aparecen en leyendas populares, como los gnomos y los trolls, yo quería que los míos fuesen tranquilos y amables. Los Pitufos no son en realidad héroes. Forman una comunidad en la que es hermoso vivir. Cada uno trabaja por puro placer. Practican los principios de igualdad, libertad y fraternidad».
¡Felices 66 años, Pitufos!
