Pole abre un capítulo especialmente profundo dentro del universo que está construyendo de Punto Cero.
Con Cuando te quieras marchar, el artista toledano hace una balada que mira directamente a la vulnerabilidad sin filtros. La fecha de esta canción marca un punto clave en su narrativa: este single es el penúltimo adelanto de un disco. Un proyecto que ha ido enseñando capas con una coherencia emocional sorprendente para un artista de su generación.
La nueva confesión musical de Pole
La canción nace desde un lugar íntimo, donde Pole reflexiona sobre la aceptación del otro y sobre la manera en que el amor se transforma cuando la despedida se vuelve inevitable.
No hay rencor ni dramatismo, sino una serenidad madura que se aleja de las narraciones románticas tradicionales. La frase que cierra el estribillo —“Cuando te quieras marchar y lo tengas decidido, me iré contigo”— define ese gesto de acompañamiento que no exige, no retiene y no reclama: simplemente reconoce lo que fue y deja que el adiós siga su curso natural.
Este enfoque, más adulto, supone un contraste con etapas anteriores del artista, donde el desahogo emocional era más frontal o más impulsivo. Aquí, el artista encarna a alguien que ha aprendido a observarse, a mirar su historia con perspectiva y a aceptar que a veces la despedida también es una forma de amor.
El encuentro de dos generaciones
La canción late más fuerte gracias a la participación de Leire Martínez, una de las voces más queridas del pop español y figura clave para toda una generación que creció escuchándola. Esta colaboración no es solo un logro artístico: es un gesto simbólico. Pole, representante de la nueva ola pop, se encuentra con una artista cuya sensibilidad marcó su propio crecimiento musical.
La voz de Leire añade profundidad, luz y una madurez emocional que complementa el timbre de Pole. Cuando te quieras marchar muestra la evolución artística del cantante hacia un territorio más adulto y más introspectivo. Si Eres un 10 celebraba los vínculos genuinos y Pub Irlandés jugaba con los himnos generacionales, este nuevo single representa la pausa, la reflexión y el momento en el que uno decide mirar hacia dentro.
El videoclip
El videoclip dirigido por Pau Mateu Sáez, amplifica el mensaje de la canción con una narrativa visual muy efectiva. La imagen de Pole conduciendo un coche marcha atrás, mientras Leire avanza frente a él, sintetiza el conflicto emocional de la canción: dos personas atrapadas entre el impulso de avanzar y la necesidad de mirar atrás para comprender qué se ha roto.
El choque entre ambos protagonistas en un punto central del recorrido, funciona como una metáfora del “accidente emocional”: ese momento en el que dos personas, desde lugares distintos, coinciden entre decidir si continuar o detenerse.
Este single refuerza la sensación de que Punto Cero será un disco de madurez. Es un viaje íntimo con guiños al pasado, miradas al presente y una sensibilidad que promete acompañar al oyente durante mucho tiempo.
