Desde que Hamás lanzó su ataque sorpresa el 7 de octubre a Israel, el segundo ha respondido a través de una ofensiva férrea y extrema a Palestina. Aunque, a pesar de que Israel esté ganando la guerra bélica, Palestina lidera la guerra propagandística.
La Guerra entre Palestina e Israel se debe analizar desde dos puntos de vista: el daño material y el psicológico. El primero se traduce en las víctimas mortales, la destrucción urbana y la expansión geográfica. Y el segundo se enfoca en la propaganda, entendida como la acción de influir en la opinión pública a través de la manipulación psicológica. Todo ello para debilitar, dañar o manchar la imagen o reputación del enemigo.
Hemos podido ver a lo largo de estas 3 semanas manifestaciones en todos los países del mundo en apoyo a Palestina (desde Oriente hasta Occidente). Este apoyo internacional, también promovido por la ONU, y en menor medida por la Unión Europea, supone una ayuda simbólica para Palestina. Los asesinatos de víctimas civiles, bloqueo de ayuda humanitaria, suministros y conexión a Internet, está siendo un arma de doble filo para Israel. Debilita las fuerzas de Palestina, pero a su vez potencia su imagen de “víctima” y perpetúa la de “invasor” de Israel al cometer crímenes de guerra, dejando en evidencia al país occidental.

Análisis de la propaganda de Guerra de Hamás e Israel
Ambos países están utilizando los 10 principios de propaganda de guerra de Lord Ponsoby para justificar su causa:
- “Nosotros no queremos la guerra” y “El adversario es el único responsable de la Guerra”. Ambos países defienden que se ven en la obligación de intervenir en la guerra. Israel justifica su intervención debido al ataque sorpresa de Hamás el 7 de octubre, mientras que Palestina culpa a Israel de la invasión geográfica e histórica desde 1948.
- “El enemigo es malvado”. Israel es acusado de “genocida” y “sionista”, mientras que Palestina se le tacha de “terrorista”.
- “Enmascarar los fines reales de la guerra, presentándolos como nobles causas”. Israel defiende la premisa de que esta guerra es para recuperar el territorio sagrado e histórico que les corresponde (la tierra prometida por Dios a Abraham). En cambio, Palestina sostiene la liberación de su pueblo reprimido por el invasor occidental que perpetua el imperialismo.
- “El enemigo provoca atrocidades a propósito, si nosotros cometemos errores son involuntarios” y “El enemigo utiliza armas no autorizadas”. En el caso de Israel sería el bloqueo de ayuda humanitaria y bombardeo del campo de refugiados de Gaza, y en el caso de Hamás el secuestro de civiles, es decir, crímenes de guerra. Ambos invalidan la gravedad de sus actos escudándose en la defensa propia.

- “Los artistas e intelectuales apoyan nuestra causa”. Famosos como Natalie Portman o Madonna han apoyado en sus redes sociales a Israel. Pero, por otro lado, se ha publicado el manifiesto “Ni genocidio ni terrorismo”, donde personajes significativos del periodismo y la cultura española, como Clara Lago o José Millás, defienden el fin de la guerra y apoyo a Palestina.
- “Nosotros sufrimos pocas pérdidas, la de los enemigos son enormes”. En este caso Israel utiliza este principio para perpetuar su imagen de potencia mundial, mientras que Palestina le da el sentido contrario: expandir su victimización a nivel internacional.
- “Nuestra causa tiene un carácter sagrado”. Ambos países se escudan en sus religiones: islam y judaísmo.
- “Los que ponen en duda nuestra propaganda son unos traidores”. Aquellas personas que cuestionan la propaganda de Palestina son recriminadas de apoyar un genocidio y el sionismo. En cambio, los que están en contra de la propaganda israelí les acusan de apoyar a Hamás y al terrorismo.
Símiles propagandísticos con otras guerras
La Guerra entre Palestina e Israel tiene varios símiles con guerras de antaño en términos propagandísticos.

El ejemplo más representativo es la Guerra de Kosovo (1998-1999):
- Palestina ha adoptado las mismas técnicas propagandísticas que Kosovo: instrumentalización de las víctimas para conseguir apoyo internacional (debido a su escasa fuerza armamentística), y el uso de la atrocity propaganda (difusión real o exagerada de crímenes cometidos por el enemigo para promover odio o victimización).
- Israel, al igual que Serbia, ha utilizado la mitificación del territorio (el nacimiento de Jesús en Palestina y el Génesis 15:18 de la Biblia como pretexto de la pertenencia de este territorio) para justificar su invasión histórica.
Otro ejemplo parecido a la Guerra entre Palestina e Israel es la invasión de Irak en 2003 por parte de Estados Unidos. Ambas guerras parten del mismo slogan y simplificación a través de dos personajes: el agresor y la víctima. Esto permite que el conflicto se entienda fácilmente en el ámbito internacional. Por otro lado, también han recurrido a la regla del enemigo único, donde concentran todos sus argumentos en un solo objetivo: Israel o Hamás.
Israel subestima la honda y piedra de Palestina
Israel, al igual que Estados Unidos en la Guerra de Vietnam (1955-1975), no está consiguiendo la legitimidad internacional y nacional para poder invadir Palestina. La Guerra de Vietnam fue el claro ejemplo de que la guerra psicológica es más efectiva que la bélica. Esta historia podría repetirse de nuevo entre Palestina e Israel si el segundo no consigue limpiar su imagen y justificar su intervención militar.

La Guerra entre Israel y Hamás ha despertado de nuevo la historia bíblica de David contra Goliat. Israel en términos bélicos y armamentísticos es superior a Palestina, pero ésta en cuestión de propaganda podría derrotarle a través de la intervención exterior de países terceros. Esto se entiende como una Actividad Psicológica Estratégica, que consigue la cooperación de los países aliados o neutrales para reducir así la capacidad hostil del enemigo a través de la diplomacia.
La ‘Guerra Sucia’
La guerra no entiende de leyes, los crímenes de guerra son el denominador común de los conflictos actuales. El Internet y las redes sociales son las nuevas armas invisibles que desestabilizan a los países y promueven el odio sin mover un dedo. La sobreinformación es un pitido constante que no nos permite distinguir entre la realidad y la mentira. La impaciencia, primicia e inmediatez están matando a la información, no puede reposar ni descansar, no se puede corroborar ni contrastar. La ‘Guerra Sucia’ ha venido para quedarse, la propaganda siempre será el perfecto aliado para asesinar en nombre de causas nobles. Palestina no necesita palabras ni gestos de modestia, necesita la acción de la comunidad internacional, necesita respirar.
