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‘Gossip girl’ vuelve aun con más clase

Reinventarse o morir… renacer

En julio de este mismo año se estrenaba el reboot de Gossip girl. Una nueva generación del Upper East Side llegaba a nuestras pantallas de la mano de HBO Max. Con un parón de casi seis meses, su final de temporada puede verse desde el 2 de diciembre.

En septiembre de 2007 nacía un icono, un símbolo: Gossip girl. Una voz en off que todos querríamos para nuestro día a día se encargó durante seis temporadas de contarnos todos los trapos sucios, secretos, traiciones y pasiones de un grupo de jóvenes. Adolescentes privilegiados cuyo único don era el de haber nacidos en una familia con dinero en el Upper East Side. Así, Blair, Serena, Dan, Chuck, Nate, Jenny y demás salían de las páginas de los libros en los que se basa esta serie, escritos por Cecily von Ziegesar, para deleitarnos con sus aventuras de gente rica en el exclusivo barrio de Nueva York.

La esencia de Gossip girl, tanto los libros como las series que salen de ellos, es mostrar la vida de aquellos que lo tienen todo sin haber hecho nada, simplemente nacer. Algo curioso partiendo de esta idea es que conforme se va adaptando y creciendo, se va mejorando. Si la serie es una obscenidad tras otra, con una representación de los problemas adolescentes en ese contexto de tóxica opulencia, los libros están a un nivel que roza el mal gusto. Por eso es tan curioso cómo en 2021 se llega al perfecto equilibrio entre la esencia y representación de la generación a la que va dirigida.

Imagen de los protagonistas en las famosas escaleras del MET | Fuente: Series.On Day

Dicen que las comparaciones son odiosas, pero en este caso, si bien el reboot tiene un valor y funciona por sí mismo, su maestría reside en coger la serie original y hacerla una serie buena en todos los sentidos, tanto de contenido como de desarrollo. Es decir, mientras que la original era una telenovela donde el mamarracheo y el salseo eran los ingredientes principales, en esta se elimina lo primero y lo segundo se mezcla con un gran mensaje. Todo importa. Las acciones tienen consecuencias y los personajes evolucionan, algunos más que otros, en tan solo 13 capítulos. Algo que, en la serie original, no pasaba mucho. Claro está, tampoco sería la intención. Se creó una serie para adolescentes llevada al máximo. Obscena, basta, ordinaria, lujosa, sensual, tóxica y, sobre todo, adictiva.

Un legado fabuloso

Todos los personajes principales llegaron a ser icónicos a su manera. Se transformaron y se convirtieron en el arquetipo original del que saldrían personajes basados en ellos. Las tramas típicas de sus antecesoras como The OC, Beverly Hills 90210, etc. se plasmaron y se exprimieron añadiendo a todo un toque extremo que tanto caracterizaba. Linda Stasi del New York Post la definió a la perfección al decir: «Es un mal trabajo lleno de sexo entre menores de edad, chicos vulgares y odiosos y referencias a chicas jóvenes que son totalmente desagradables e irrespetuosas». No era un mal trabajo, pero era todo lo que ella dijo y, por eso, era sublime. Los mejores y más recordados tenían una moral reprobable y el contenido era, cuanto menos, un despropósito. Un deleite que ha pasado a la historia de la televisión.

Ahora, casi diez años más tarde, la serie se resarce de todo lo negativo que podríamos encontrar y se queda como una serie donde lo adictivo y el toque telenovelesco se pierde, pero se compensa por todo lo demás. La audiencia se divide en dos: los adolescentes de hoy en día y aquellos jóvenes adultos que vieron la Gossip girl original. Estos jóvenes adultos pueden ver cómo, mientras que ellos tuvieron una serie llena de tramas política y moralmente incorrectas, esta nueva generación tiene una serie que les habla y se consolida como una de las mejores series de este año, aunque al parecer solo para unos pocos.

Los nuevos profesores de Constance en una escena del piloto de la serie | Fuente: All Screens.Weebly

Gossip girl (2021) es un Élite bien hecho. Tiene en cuenta su audiencia. Es excesiva en lo opulento, en el contexto, pero no exagera y se pierde en el sexo por el sexo. Considera los problemas reales: el sentimiento de incomprensión, la realización de que quienes te quieren y te cuidan no son perfectos, el despertar sexual y el descubrimiento de quién eres. Es cierto que al separarse de lo jugoso de la original y por la duración de sus capítulos se puede llegar a hacer algo densa, pero es un cambio necesario para lo que quiere contar y mostrar.

Mismo cuento, distinta moraleja

En esta nueva generación, ocho años después de que Blair y compañía dijesen adiós en el Upper East Side, volvemos al barrio para conocer a un nuevo grupo. En este caso, una chica de clase media, Zoya (Whitney Peak, Home Before Dark, Hocus Pocos 2), llega a Constance, el instituto original donde se forman los futuros líderes mundiales y en el cual Blair reinaba en su adolescencia. Sin embargo, en este caso Zoya llega para convivir con su hermanastra, Julian (Jordan Alexander, Washington). La it girl, rica e influencer. Ella y su grupo de amigos, donde se nos presenta una diversidad de personajes, tanto de raza, intereses, género y orientación sexual, harán la entrada de una chica del montón al reino del 1% una auténtica pesadilla hecha realidad.

De esta forma, la serie retoma el planteamiento original: una persona del pueblo llano que se ve de pronto en un reino donde nadie pregunta y todo se les da. Por supuesto, algunos temas son inamovibles. Triángulos amorosos, traiciones del corazón, peleas sibilinas… aderezadas con un mensaje social. En este caso importa Gossip girl. Quién, cómo y porqué. No es una tontería de adolescentes. A diferencia de la serie original, la persona tras Gossip girl es consciente de lo que significa hacer eso. Arruinarles la vida a unos jóvenes que ni han empezado a vivirla tiene un precio, pero por el que estará dispuesto a pagar.

Emily Alyn Lind, quien interpreta a Audrey Hope en la ficción | Fuente: HBO Max

Así, vemos la importancia y el cómo usamos las redes sociales, la información que se filtra, lo que vemos, lo que escuchamos… todo es una falsa realidad. No hace falta pertenecer a la élite social de Nueva York para sentirse reflejado en aquello que les pasa, es simplemente un contexto. Un paquete bonito para mostrar la injusticia social, el sexismo, el machismo, el privilegio ingenuo, la hipocresía del ser humano, la sociedad capitalista, corrupta y venenosa. Todo ello presentado de una forma ágil, dinámica e inteligente. Los diálogos son rápidos y eficaces. Las referencias al día y adecuadas a la audiencia, sin olvidar que es una serie para todos, aunque no a todos vaya a gustar.

XOXO, Gossip girl

No obstante, a pesar de lo dicho anteriormente, no olvida su origen y el resultado es una producción que a veces cojea al equilibrar sus dos aspectos, pero que se mantiene, a veces sobresaliendo con creces. Esto se debe a su vez a las actrices y actores que dan vida a esta nueva banda. Kristen Bell (The Good Place, Frozen) vuelve a dar voz a Gossip girl, por lo que le debemos un gracias enorme por hacer feliz a todo un fandom de nuevo. Junto a ella y las dos hermanas antes mencionadas, tenemos a Eli Brown (The Perfectionists, The F**ck-it List), Thomas Doherty (Descendants, Catherine The Great), Emily Alyn Lind (The Babysitter, Revenge) y demás. Todo este reparto hace que durante treces capítulos los personajes, algunos más que otros, brillen y tomen el relevo de aquellos que pisaron la Gran manzana antes que ellos.

Algunas líneas de guion pueden flojear, algunos personajes cansar. No todo es perfecto, pero tampoco se aleja de ello. Tras Gossip girl salieron incontables series parecidas, pero era única. Esta, es una continuación, una reinvención de lo que fue una revolución y, al final, es todo lo que podríamos haber deseado. Lo mejor de todo es que, si bien es cierto que se mencionan y hacen referencias a su predecesora, la serie se puede ver sin haber visto esta primera. Tiene un conjunto y funciona por sí sola.

Así, años más tarde, puede que las rivalidades hayan cambiado, que treguas se hayan fraguado, que otra reina haya tomado su asiento en las escaleras del MET, pero siempre estará la reina cotilla por excelencia, Gossip girl.

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