Se acerca la Navidad, y cada país del mundo la celebra a su manera
“Viaje con nosotros a mil y un lugar, y disfrute” de estas peculiares festividades que puede que no conozcas. Desde unas telarañas navideñas hasta un malvado Santa Claus.
Krampus, el diablo de la Navidad
Primero, viajamos a Europa central, en concreto a Alemania. Siempre se ha asociado a la navidad con la alegría y las luces. Sin embargo, existe una tradición navideña que rompe con todo esto: el Krampus. Se trata de una especie de demonio de grandes cuernos puntiagudos, pelo negro, enorme lengua, y colmillos afilados. Es muy parecido a un fauno.
Krampus, que viene de la palabra krampen (garra en alemán), es el antagonista de San Nicolás (también conocido como Santa Claus) y llega la noche del 6 de diciembre para llevarse al inframundo a los niños que se han portado mal. Allí se dedica a azotarles con una vara de abedul.
Tanto a la Iglesia Católica como a los fascistas durante la Segunda Guerra Mundial no les gustaba esta tradición. Hoy en día las cosas han cambiado, y el Krampus se ha expandido a lo largo del mundo. Incluso Estados Unidos lo celebra.
Navidad con KFC
Siguiente destino: Japón. ¿La navidad y el pollo frito son compatibles? Resulta que para los japoneses sí.
Antes de la llegada de la influencia occidental al país, Japón no le daba importancia a la Navidad. Pero en los años 70 abrió el primer KFC en el país y salió a la luz la campaña publicitaria “Kentucky for Christmas” (Kentucky para Navidad). Desde ese momento, cada 25 de diciembre los locales de KFC venden a millones de personas los famosos “barriles de fiesta”.
El cubo contiene ocho piezas de pollo frito, ensalada, pastel, bebida y un plato decorativo navideño. La idea principal es que la familia disfrute unida de una cena bien rica.
Los trece Papás Noeles
Vamos a un lugar “un poco” más frío. En concreto, a Islandia, país de la magia y la fantasía. Allí, las navidades comienzan cada 12 de diciembre, día en el que Stekkjastaur baja de las montañas. Él es uno de los 13 Yule Lads, unos duendes hijos de Gryla y Leppaludi, quienes se dedicaban a comer niños malos (recordemos a Krampus).
La misión de los Yule Lads es ir a la ciudad para dejar regalos a los infantes. Cada uno de ellos baja un día en concreto. Stekkjastaur, al que ya he mencionado, trae obsequios de simbolismo animal. Según la leyenda nórdica, esto se debe a su afición de robar ovejas. Por eso, Giljagur, Stúfur, Pvörusleikir, Pottasleikir y Askasleikir (llegan entre el 13 y el 17 de diciembre), regalan chucherías por su amor por la comida.
Es en Nochebuena cuando el último Yule Lad, Kertasnikir, hace su aparición. Toda familia islandesa debe reunirse a las seis de la tarde para cenar perdiz o cordero, guisantes, patatas y helado. Aunque creáis que aquí acaban todos los regalos, no es así. Todavía falta por entregar uno muy grande y personal. Mientras tanto, los Yule Lads seguirán por Islandia hasta el 6 de enero.
Día de las velitas
Ahora cogemos el avión hasta Colombia. Cada noche del 7 de diciembre, los colombianos encienden unas velas llenas de color para celebrar la Inmaculada Concepción.
La fiesta tiene su origen en el año 1854, cuando los creyentes de varias partes del mundo decidieron iluminar pueblos y ciudades para conmemorar el momento en el que el Arcángel Gabriel anuncia a la Virgen María de que va a tener al hijo de Dios.
El país sudamericano adoptó esta bonita tradición que ha atraído a millones de personas. Es un momento familiar único que tienes que ver al menos una vez en la vida.
Telarañas en el árbol
Finalmente, llegamos a uno de los países que está sufriendo mucho a día de hoy. Ucrania decora su árbol de Navidad (Yalynka) con los adornos que solemos poner en España. Pero, hay una novedad. Los ucranianos también colocan telarañas y esconden una araña (obviamente, falsas). El primer niño que la encuentre será afortunado durante todo el año o será el primero en abrir su regalo.
Pero, ¿por qué hacen esto? Parece más una tradición de Halloween que de Navidad. La respuesta está en la historia de una mujer con hijos que no tenía dinero para adornar el Yalynka. La madre decidió decorarlo con lo poco que tenía y lo colocó en la calle. Una mañana, se percató de que el árbol estaba cubierto de telarañas que se habían convertido en oro al darles la luz del sol.
Ahora, os pregunto. ¿Cuál de estás tradiciones os gusta más? Dejad vuestra opinión en los comentarios.
¡FELICES FIESTAS!