Sant Feliu de Guíxols volvió a vibrar con música los días 27 y 28 de junio gracias al Idilic Festival, que celebró su tercera edición reafirmándose como una de las citas musicales más esperadas de la Costa Brava. Con un cartel que combinó grandes nombres del pop español con la escena emergente y una ubicación idílica junto al mar, el festival dio el pistoletazo de salida a la temporada estival con dos jornadas de energía, emoción y fiesta.
Jueves: del indie pop a los himnos de Melendi
El primer día abrió con una selección de artistas que representan la nueva ola del Pop e Indie nacional. Hey Kid y Malmö 040 demostraron porqué están en el radar de la nueva generación, con actuaciones frescas y cercanas que conectaron con el público desde el primer minuto. También pasaron por el escenario artistas como Ruslana y los colombianos Timø, que pusieron el toque internacional y bailable a la tarde.

El plato fuerte de la jornada fue Melendi, que ofreció un show cargado de nostalgia y carisma, con temas icónicos como Tu jardín con enanitos que desataron la euforia del público. Pero el cierre oficial no vino de su mano, sino del dúo catalán Figa Flawas, que encendió el escenario con hits como LA MARINA STA MORENA, dejando claro que el pop en catalán vive un gran momento.

La noche terminó con la fiesta Tardet, que mantuvo vivo el espíritu del festival hasta bien entrada la madrugada.
Viernes: emoción y contundencia para el gran cierre
El segundo día mantuvo el listón alto con una programación variada y potente. Marina Reche destacó con una actuación íntima y sincera, especialmente con temas como Lo he Intentado. También subieron al escenario grupos como Marlon, Marlena y Alizzz, aportando capas distintas al pop contemporáneo, entre letras emocionales, beats electrónicos y actitud escénica.
El cierre de esta tercera edición estuvo a la altura. Dani Fernández desplegó todo su arsenal de éxitos —con Bailemos como uno de los momentos álgidos— y confirmó por qué es uno de los artistas más queridos de la escena actual. Y para terminar la noche (y el festival) por todo lo alto, la fiesta Mimus tomó el relevo, poniendo el broche final con una sesión colectiva que mantuvo a los asistentes bailando hasta el último acorde.

Idilic no solo cumple, sino que mejora año tras año: buena organización, un entorno espectacular, variedad artística y un público que responde con entusiasmo. La Costa Brava ya tiene su gran festival de principios de verano. Y va para largo.

