7.6 C
Madrid
miércoles, 3 diciembre, 2025
7.6 C
Madrid
miércoles, 3 diciembre, 2025

El adiós de Sabina: Madrid guardaba ‘Un Último Vals’ para él

La capital despidió anoche a un icono de la música en castellano tras casi cinco décadas de trayectoria profesional

Anoche el Movistar Arena de Madrid se convirtió en una mezcla intensa de emociones. Joaquín Sabina ofrecía el último concierto de su gira Hola y Adiós, después de recorrer 71 ciudades y de acoger a más de 700.000 espectadores a lo largo de América y España.

Ese último concierto de la gira se convirtió también en el último de su carrera. Así lo transmitió con honestidad al inicio del mismo: «Esta gira, Hola y Adiós, hoy se llama solo adiós… Este es el último concierto de mi vida, el que recordaré siempre». El recinto estaba lleno con bastante antelación. Se veían bombines y camisetas con mensajes de canciones del artista miraras donde miraras. Mientras, en las pantallas, se plasmaba el listado de ciudades que había recorrido, y el letrero de Hola y Adiós, con el ‘Hola’ tachado.

Cuando las luces se apagaron poco después de que el reloj marcara las 20:30  horas, el público ya empezó a aplaudir. Se veía el video de Un último vals, donde le acompañan amigos y compañeros de profesión como son Joan Manuel Serrat, Leiva, Ricardo Darín o Jorge Drexler. Al llegar la frase «no olvides guardar un último vals para mi», Sabina salía al escenario sin esconder su emoción, y envuelto en una gran ovación -la primera de tantas de la noche- de las más de 12.000 personas presentes.

Sabina se bajaba en Atocha para despedirse de Madrid

Arrancaba entonces con Yo me bajo en Atocha. La seguían otros temas como Lágrimas de mármol, Lo niego todo, Mentiras piadosas o Ahora que…Haciendo así que el repertorio de la noche fuera lo que todos esperaban: un paseo por distintos capítulos de su trayectoria, rememorando cada época de uno de los artistas más importantes e icónicos de nuestro país. Había cabida también, por supuesto, para baladas cargadas de emoción, como Calle Melancolía o ¿Quién me ha robado el mes de abril?, además de éxitos como 19 días y 500 noches.

Joaquín Sabina en su último concierto en Madrid | Cristina García Jiménez (@crisgjimenezz)
Joaquín Sabina en su último concierto en Madrid | Cristina García Jiménez (@crisgjimenezz)

Aprovechó Más de cien mentiras para presentar y homenajear a su banda, un grupo de siete músicos que lleva años acompañando al poeta de la voz rasgada. Esa misma banda tomó protagonismo en varios momentos de la noche, mostrando así la complicidad que comparten. Mara Barros interpretó Camas Vacías, Jaime Asúa levantó al público con Pacto entre caballeros, y Antonio García de Diego pondría voz minutos después a La canción más hermosa del mundo.

Entre canción y canción, Sabina aprovechó varias ocasiones para agradecer a su público. «He ido viendo cómo han viajado y crecido mis canciones…y como han conseguido, de un modo misterioso, colarse en la memoria de varias generaciones. Todo eso tengo que agradecéroslo a vosotros, porque sin vosotros las canciones no existirían», palabras del cantautor a las que los asistentes volvieron a responder con una ovación. El cantante no ocultó la emoción. Tampoco la banda, ni los miles de asistentes que despedían a una de las voces más queridas de los últimos casi 50 años.

El concierto de despedida continuaba con clásicos como Peces de ciudad, Una canción para la Magdalena y Por el bulevar de los sueños rotos. Con ella recordó a la ya eterna Chavela Vargas. En el tramo final, Sabina hizo un guiño a su raíz andaluza con Y sin embargo te quiero/Y sin embargo. Explicó que la copla que escuchaba en su infancia fue la que inspiró aquella mezcla de ternura y desgarro que define a su célebre himno.

El regreso entre aplausos

Tras Noches de boda y Y nos dieron las diez, Sabina amagó con marcharse, pero Madrid lo llamó de vuelta. La banda regresó, y él volvió, acompañado de otra ovación que se extendía más que las anteriores. Con el humor que le caracteriza, añadió: «Si sois tan amables, que sé que lo sois, nos quedan dos cancioncitas todavía». Cerraba con Tan joven y tan viejo, Contigointerpretada por todo el Movistar Arena como un coro unánime- y Princesa, que sonó más confesional que nunca.

Joaquín Sabina en su último concierto en Madrid | Cristina García Jiménez (@crisgjimenezz)
Joaquín Sabina en su último concierto en Madrid | Cristina García Jiménez (@crisgjimenezz)

Mientras La canción de los buenos borrachos sonaba por todo el recinto en los altavoces, Sabina y su banda hacían reverencias largas, eternas, conscientes de que esta vez sí era la última.

El canalla que se convirtió en un clásico

Joaquín Sabina nació en Úbeda en 1949. Vivió un breve exilio en Londres antes de regresar a Madrid, ciudad que le acogió de la misma manera que él ha acogido siempre a la ciudad, a la que siempre ha cantado como a ninguna. Desde entonces, su carrera se convirtió en una de las más sólidas y reconocidas de la música en castellano.

Con más de veinte discos publicados, giras internacionales y colaboraciones con artistas como Serrat, Chavela Vargas o Leiva, Sabina logró que sus canciones fueran patrimonio colectivo. Álbumes como Malas compañías, Física y química o 19 días y 500 noches marcaron generaciones. Lo consolidaron, además, como cronista musical de España y puente cultural con Latinoamérica.

Su camino también ha tenido baches. El ictus que sufrió en 2001, la depresión posterior y la caída en el WiZink Center en 2020 que le provocó un derrame cerebral pusieron a prueba su resistencia. Pero cada vez volvió, alargando su carrera profesional y reforzando la imagen de un artista que siempre caminó al borde del abismo. Su mayor logro es que sus letras, cargadas de ironía y ternura, se han convertido en memoria sentimental de varias generaciones.

El adiós que ya es historia

El último concierto de Joaquín Sabina anoche no fue tanto una despedida, sino una celebración; una fiesta melancólica en la que se recordaba toda la vida -y legado- de uno de los mejores cantautores de la historia de los últimos años. Sabina, a sus 76 años, se aleja de los focos. Pero los recuerdos, letras y melodías que deja en sus oyentes y seguidores permanecerán. Con su bombín, su voz gastada, su honestidad brutal y sus versos. Por eso, esas «gracias eternas» que daba el cantante a su público, son mutuas. Cuando las luces se apagaron, el pabellón celebró al poeta que enseñó que la vida tiene más de una canción, y que el fin del mundo nos tiene que pillar bailando.

Actualidad y Noticias

+ Noticias de tu interés

Dani Fernández arrasa con ‘La Insurrección Tour’ con más de 80.000 entradas vendidas

El cantante ha anunciado una gira por muchos territorios antes de su parón La preventa de La Insurrección Tour ha confirmado el buen momento de Dani Fernández. En tan solo seis horas tras el inicio de la venta ayer, el...

Duki enciende Madrid: el trap argentino conquista el Movistar Arena

El artista ha inaugurado su triple cita en la capital La pasada noche Duki arrancó sus tres citas consecutivas en Madrid tras su paso por otras ciudades españolas como Barcelona, Sevilla o Zaragoza en su gira mundial, que dio comienzo...

Lucho RK, Álvaro Diaz y Kidd Voodoo se unen en el remix de ‘ACELERÁ’

Los cantantes han lanzado el remix del tema estrenado el pasado marzo El artista canario sigue imparable en este 2025 y une fuerzas con dos referentes del género urbano latinoamericano para presentar una nueva versión de su exitoso tema ACELERÁ....

Descubre más desde El Generacional

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo