La primera vez que se representaba Medea, de Eurípides corría el año 431 a.C. La última vez, el domingo pasado en El Pasillo Verde Teatro, adaptada por Jorge Auditore.
Son las siete de la tarde y una pequeña, pero acogedora sala de teatro de Madrid pasa a convertirse en el reino de Corinto. Tres jóvenes actrices aguardan a su público, el que será juez, dios y verdugo de su destino.
Como todos los domingos de noviembre, Fairyland Producciones pone en escena la adaptación del clásico griego, con Jorge Auditore como director.
Encontramos a una Medea (interpretada por Ana Celeiro) desconsolada en suelo, en el centro del escenario. En cada lado, como si de ángel y demonio se trataran, vemos a su esposa Jasón (Aitana Merino) y a la diosa Hécate (Eva Celeiro). La puesta en escena nos adelanta la lucha interna que vivirá Medea para saciar su sed de venganza ante la traición.
La impecable interpretación de Aitana Merino en el papel de Jasón nos hace plantearnos si la adaptación femenina de este personaje estaba ya pensada o si se hizo a medida para la artista. Cabe destacar que, además de su papel, Aitana Merino también ha sido la encargada de una sobresaliente dirección de actores.
Las hermanas Celeiro no se quedan atrás. La interpretación de Ana en el papel de Medea transmite una angustia inigualable, la de una mujer que se siente traicionada y que busca ver todo arder. Por otro lado, la increíble Hécate que cobra vida a través de Eva se muestra impotente ante la situación de la protagonista, intentando sin éxito cambiar un destino ya marcado.
Amor, odio, venganza y pasión serán protagonistas y acompañarán a Medea en una lucha contra el dolor y el resentimiento. En menos de una hora de función, las actrices logran capturar al público y crear una atmósfera que parece habernos llevado a todos, a bordo de la Argos, hasta llegar la Antigua Grecia. Una obra de lo más recomendada, tanto para los aficionados del teatro como para los amantes de la mitología griega.