La cerveza, el chocolate, los cómics y, probablemente, el circuito automovilístico de Spa-Francorchamps. Estos serían los símbolos de orgullo que probablemente elegiría cualquier ciudadano belga para definir su país en unas pocas palabras, y es que, el circuito de carreras de Spa-Francorchamps es probablemente para muchos pilotos y aficionados, el mejor circuito del mundo para la práctica de los deportes de carreras.
Inaugurado en 1921, el caballero Jules de Thier, capitalista y dueño del periódico La Meuse de Lieja, buscaba un lugar donde disputar la Meuse Cup, carrera que hacía alusión al nombre del periódico. Tras varias reuniones con el barón Joseph de Crawhez y el piloto de carreras Henri Langlois van Ophem, se decidió por unanimidad que el circuito podría conectar varias carreteras rurales que conectaban Spa-Francorchamps con Malmédy y Stavelot, confluyendo en un circuito de 15,820 kilómetros de longitud.
Con el transcurso de los años las remodelaciones fueron una constante en el circuito, hasta que la construcción de una cabina de cronometraje, marcadores y pabellón para la prensa, propiciaron que el Royal Automobile Club Belgium organizara la primera carrera de resistencia a las 24 Horas de Francorchamps. Las remodelaciones en el circuito continuaron hasta que llegó el momento cumbre, en 1939 se construiría la famosa curva del Raidillon o más conocida como Eau Rouge.
Los años posteriores no estuvieron exentos de polémica, la nueva curva con una inclinación del 17% y en la que se alcanzaban velocidades de 240km/h propició que el circuito siguiera teniendo modificaciones hasta que ya en 1979, se inauguró una nueva distribución del circuito, la mitad de corto que el inicial y que salvo pequeñas remodelaciones, mantendría la distribución hasta la actualidad. «Estamos muy, muy orgullosos del circuito, porque una gran cantidad de pilotos de Fórmula 1 dice que es el mejor circuito para conducir y de los trazados más bellos”, indicó a EFE, Sebastian de Baere, director del museo del automóvil de Bruselas, que ha dedicado una exhibición a los aficionados del mítico trazado.
Uno de los mayores alicientes del circuito además de su extrema dificultad y velocidad, son las inclemencias meteorológicas. Este año, y pese a ser año de centenario, los acontecimientos no quisieron que el Gran Premio de Spa se disputase con normalidad. El pasado 15 de agosto, Nathalie Maillet, directora del circuito, sería asesinada por su marido. Además, la carrera no se pudo disputar con normalidad debido a la lluvia, que no cesó durante todo el fin de semana e hizo que solo se disputaran tres vueltas de carrera y detrás del coche de seguridad. Sin duda, acontecimientos que han empañado la celebración de los 100 años de historia del legendario circuito.