Novak superó una semana con algunos contratiempos
El serbio logró su título número 40 de Masters 1000 tras vencer a Grigor Dimitrov este domingo. La pista dura del París-Bercy vio cómo el número uno mundial agrandaba su leyenda para conseguir su séptimo título en la capital francesa y el 97º a nivel profesional. Nole parece no cansarse de ganar y sigue cosechando éxitos en un final de temporada al que ha llegado de la mejor manera posible.
Djokovic ha acabado la competición en París de la mejor manera posible: levantando su séptimo trofeo de campeón en la capital francesa y asegurando de manera prácticamente definitiva finalizar el año como número uno del mundo. Sin embargo, el camino no comenzó de la mejor manera posible para el serbio. Novak contrajo un virus estomacal a comienzos de la semana, lo que complicó las cosas para un Nole que reconoció haber pasado más tiempo en el baño que en cualquier otro lugar. Mientras trataba de superar este contratiempo, Djokovic superó a Etcheverry en primera ronda por 6-3 y 6-2 en lo que suponía su regreso a las pistas tras un mes inactivo.
Los octavos de final fueron una historia completamente distinta. Tallon Griekspoor ganó el primer set y llevó al tiebreak del segundo a un Novak que parecía acusar alguno de los síntomas del virus. El serbio acabó reponiéndose para vencer en la manga definitiva por 6 a 4 y firmar su pase a cuartos.
Holger Rune, su verdugo en la final del año pasado, fue su siguiente rival. Al danés le ha sentado de maravilla la incorporación de Boris Becker como su entrenador principal y llegaba en gran forma al encuentro ante Djokovic. El alumno se enfrentaba al maestro, pues Becker fue sin duda uno de los principales artífices de la llegada a la cima del tenis mundial de Nole, a quien ahora enfrentaba. El patrón de hacer de sus pupilos jugadores todoterreno parece seguir patente en la manera de trabajar del entrenador alemán, quien ha potenciado las cualidades que precisamente ya sirvieron a Rune para vencer hace justo un año en este mismo torneo.
En el que seguramente fue el mejor encuentro de esta semana, Holger volvió a llevar al límite a Novak. Variando alturas, velocidades, efectos y golpes, el joven danés no estuvo lejos de poner el 3-0 en enfrentamientos directos con el serbio. Djokovic, sin embargo, no lo permitió. Su frialdad y tensión en los momentos clave del partido fueron, una vez más, el factor diferencial para vencer por 7-5, 6-7 y 6-4.
La semifinal ante Rublev supondría el mayor reto para Djokovic. Andrey, quien nunca había siquiera ganado un set a Nole en pista dura cubierta, estuvo más cerca que nunca de tumbar al serbio. El partido siguió un guion similar al del choque ante Griekspoor, con un Novak a quien el tiebreak del segundo set le supuso de nuevo un balón de oxígeno tremendo. A partir de ahí, recuperó sus sensaciones habituales desde la línea de fondo para mantener bajo control un encuentro que supuso la mayor batalla física de la semana (5-7, 7-6, 7-5).
Dimitrov fue el rival de Djokovic en una final algo deslucida
Grigor Dimitrov, probablemente el tenista que más en forma llegaba a este torneo, fue el otro finalista en París. El búlgaro se quedó a las puertas de la gloria en el Masters 1000 de Shanghai, pero tenía una nueva oportunidad este domingo. Sin embargo, enfrente tenía a su mayor verdugo: el hombre que hasta esta final le había vencido en hasta once ocasiones. Y esta vez no sería la excepción. Dimitrov no logró desplegar en ningún momento el tenis que le está acompañando en estos últimos compases de la temporada. Anulado por la solidez de un Djokovic impenetrable desde el fondo de la pista, Grigor fue incapaz de brillar. El búlgaro acumuló demasiados errores no forzados, aunque en parte provocados por verse sometido en los intercambios al ritmo del mejor tenista del mundo.
Abrumado por no poder rendir a su nivel en el día de hoy, Dimitrov rompió a llorar al finalizar el encuentro. Sin embargo, el abrazo que Novak le dio en mitad de su entrevista post partido se convirtió en la imagen de la semana: un símbolo de respeto, afecto y cariño que protagonizaron dos tenistas con una relación de amistad de prácticamente una década en el circuito. Grigor ha demostrado que puede ser uno de los hombres a tener en cuenta para el 2024, pese a que este domingo se enfrentó a un tenista de otra dimensión y que parece insaciable a sus 36 años de edad.
These two 🥺❤️ @DjokerNole @GrigorDimitrov#RolexParisMasters pic.twitter.com/t8Lok3fhsG
— Tennis TV (@TennisTV) November 5, 2023
