El próximo viernes 10 de noviembre llega a Netflix los tres primeros episodios de Sálvese quien pueda. En esta primera mitad los colaboradores más icónicos de Sálvame irán a Miami a buscar trabajo tras el cierre de su programa. El pasado martes los colaboradores presentaron el programa a la prensa en un evento conducido por Samantha Hudson.
La vuelta de Sálvame es un hecho, no en su pleno esplendor, pero quizás en mejores condiciones. Si algo enamoró a los seguidores del formato, no era la prensa rosa, sino las personalidades histriónicas y únicas de sus colaboradores. Este docureality tiene todo lo bueno de Sálvame llevado al extremo, pone en situaciones inimaginables a Belén Esteban, Terelu Campos, María Patiño, Kiko Hernández, Kiko Matamoros, Víctor Sandoval, Lydia Lozano y Chelo García Cortés.
Todos ellos tienen algo único y son completamente diversos entre sí, cada uno aporta su magia hasta conseguir la fusión perfecta. Belén Esteban y Lydia Lozano se convierten sin quererlo en las grandes protagonistas que sobresalen por encima de sus compañeros. Lydia Lozano lo hace en parte gracias a la narrativa impuesta, que la propone como una mala periodista a la que nadie quiere en sus programas. Por otro lado, Belén no necesita ningún impulso para robar el foco en cada una de las escenas en las que aparece. Incluso durante la presentación del programa fue sin duda la narradora de la velada, no dejaba hablar a sus compañeros, pero tampoco nadie quería dejar de escucharla, es magnética.
Al otro lado de la balanza caen los antagonistas, Terelu y Víctor Sandoval. La hija de María Teresa Campos es calificada de «insoportable» por prácticamente todos sus compañeros. De hecho, cuando en la presentación se pregunta a los colaboradores a quién habrían nominado si tuvieran que hacerlo, ganan por goleada. Belén Esteban llega a decirle en el evento que su hermana, Carmen Borrego, habría dado mejores momentos tal y como había hecho en los últimos meses de Sálvame. Víctor a su vez mantiene el papel de desquiciado con el que desapareció de la televisión. Hace de guía por la ciudad de la que huyó por el infierno que le supuso su relación con Nacho Polo.
Los Kikos mantienen su rol de provocadores. Son dos personajes muy graciosos, pero que necesitan a los demás para terminar de encajar sus bromas. Es la reacción de los otros colaboradores como Belén o Víctor lo que consigue arrancar la carcajada. De la misma manera funcionó en la presentación y es que para la prensa, que ya había visto los tres capítulos, aquella merienda fue una extensión del reality en vivo y en directo que nadie olvidará. Podría ser realmente una extensión, ya que durante el evento había un montón de cámaras acompañando a los colaboradores.
Chelo es como siempre el puchimbol del resto. La prestigiosa periodista es demasiado inocente para el veneno que cargan otros colaboradores como Kiko Matamoros. Si el programa fuese un reality eliminatorio y no un docureality podría ser calificada de mueble, pero quienes quieren a Chelo la disfrutan tal y como es. Pese a que son pocos los momentos que da en estos episodios, son igualmente disfrutables.
Por último, María Patiño sale impune de toda provocación y regala todavía más momentos para la historia de internet, al nivel del «un beso a la enana» que se ha convertido en «un beso a la americana«. Casi se la come un caimán, pero al parecer ha vuelto a España de una pieza y con su contrato vigente en Mediaset intacto, siendo la última superviviente.
Se echa en falta sin duda al presentador que guiaba las locuras de estas ocho personas, Jorge Javier. Cuando en la presentación se preguntó por su ausencia, Belén salió en defensa de su amigo diciendo que él no necesitaba ir a Miami a por trabajo porque todavía no lo había perdido. ¿Volverá a la televisión tras el flop de Cuentos Chinos? Otra a la que se echa en falta es a Mila Ximénez, algo que tristemente no tiene solución ni siquiera de cara a una segunda temporada. Mila siempre será una de las personalidades más simbólicas de Sálvame y así es recordada por sus compañeros.
Esta primera dosis podría ser un aperitivo para lo que venga después. Los colaboradores son muy malos guardando secretos y dejaron entrever en la presentación que esto podría ser tan solo una prueba para un futuro programa en directo o nuevas temporadas viajando por el mundo. De hecho, Lydia tuvo una pequeña confusión e hizo un llamamiento a Prime Video, la competencia, para ese programa en directo, lo que no deja de ser icónico. Aunque Belén Esteban insistía a sus compañeros en que no dijeran nada para no estropear ninguna sorpresa.
Otro de los temas que salieron a relucir fueron las bajas audiencias de Mediaset. Belén Esteban se enteró en directo por un reportero de FórmulaTV de que Mediaset posee un porcentaje de La Fábrica de la Tele, productora de ‘Sálvese quien pueda’, por lo que se llevará parte de los beneficios del programa de Netflix. La princesa del pueblo lo tuvo claro: «Todo el dinero que va a ganar Mediaset este año es por Netflix, no por lo que hace».
