Por primera vez en 32 años, un presidente español vuelve a pisar la isla caribeña al mando de un dirigente que no lleva el apellido Castro: Miguel Díaz-Canel, descendiente de inmigrantes asturianos
Pedro Sáchez y Miguel Díaz-Canel en La Habana. Fuente: elpais.com
Esta visita de menos de treinta horas que se inició el día 22 de noviembre y puso fin oficialmente ayer por la tarde estuvo inmersa en un panorama político y económico un tanto insólito para la isla.
El país latinoamericano está metido en un proceso de reformas económicas con una pequeña apertura a la iniciativa privada, contando ya con 600 000 trabajadores por cuenta propia; aunque estos tienen miedo por las reformas económicas que se están planteando las cuales podrían limitar este crecimiento de las instituciones privadas. Además, Sánchez se ha encontrado con una Cuba que está trabajando en una reforma constitucional que podrá tener una posible aprobación en febrero del próximo año. Pero todas estas reformas no han ayudado a disminuir el clima de hostilidad que existe en La Habana y Washington.
Sánchez y su mujer, Begoña Gómez, en la llegada a La Habana. Fuente: elmundo.es
La visita del presidente español, acompañado de su mujer Begoña Gómez, se ha desarrollado con total normalidad. Un pequeño paseo por la Habana Vieja de la mano del presidente cubano Día-Canel y una reunión en un hotel español del centro de la capital dejaron una sentencia clara: España quiere ser un socio prioritario en el desarrollo cubano y quiere poner solución a los problemas de las empresas españolas en la isla.
La difícil relación entre Cuba y España parece mejorar, sobre todo desde la pequeña adopción del capitalismo en un país donde el Partido Comunista de Raúl Castro sigue siendo el rector de la patria. Aún así, Sánchez, que se ha declarado muy satisfecho de una visita que calificada como «histórica», no ha querido revelar si ha pedido a Díaz-Canel la liberación de presos políticos, como le reclamó Amnistía Internacional, pero subrayó ambos países han acordado crear un marco de consultas regulares que incluirá los derechos humanos.
Fuente: elmundo.es