Evitar la sobrepesca para proteger las especies y garantizar los futuros suministros es el principal desafío al que se hoy enfrenta este sector
El atún, en toda su variedad de especies, es uno de los alimentos más sanos y nutritivos de la dieta mediterránea. Rico en proteínas y minerales, es una excelente fuente de vitamina B12 y también de Omega-3, un ácido graso esencial que propicia positivos efectos sobre la salud arterial y la función cerebral.
Sin embargo, si hay algo que preocupa a los principales organismos internacionales y organizaciones en aras de la pesca sostenible, es la sobrepesca que sufren los bancos de estos animales en los mares y océanos de todo el planeta. Es por ello que, en 2016, la Asamblea General de las Naciones Unidas marcó en el calendario cada 2 de mayo como el Día Mundial del Atún.
The overwhelming demand for tuna poses a threat to fish stocks & their surrounding ecosystems.
On Monday's #WorldTunaDay, see how your choice of seafood can impact efforts to achieve a sustainable future. https://t.co/XvOaw5Mfkr #GlobalGoals pic.twitter.com/3u5paVsaEk
— United Nations (@UN) May 2, 2022
“Yes We Can”, lema para 2023
“Sí podemos” – “conservar nuestros maravillosos recursos atuneros para las generaciones futuras” –, es el eslogan que ha escogido para la jornada de este año la Marine Stewardship Council (MSC), organización mundial sin ánimo de lucro encargada de establecer estándares para la pesca sostenible tales como el sello azul MSC, un certificado que puede comprobarse al comprar todo tipo de pescados y mariscos y que informa de que se han capturado de manera sostenible según indican las buenas prácticas de los grandes organismos internacionales como la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) o los propios gobiernos.
El atún es precisamente uno de los pescados más revisados por este sello al comercializarse mayoritariamente de forma envasada en latas. Esta comercialización ha puesto al animal y sus especies en peligro, según Naciones Unidas, creando una “demanda excesiva” a causa de su gran valor nutricional. Como recuerdan desde la FAO, aproximadamente un tercio de las poblaciones mundiales de atún se siguen pescando “a niveles biológicamente insostenibles”, una tendencia que ha disminuido aunque muy ligeramente desde 2020, año en que el confinamiento hizo que la demanda de atún en conserva viviera un pronunciado repunte al tratarse de un alimento no perecedero.
Demanda y sobrepesca, problemas pendientes
Según datos de Naciones Unidas, cada año se capturan más de 7 millones de toneladas de atún, especies que representan más del 8% de todo el pescado exportado internacionalmente y el 20% del valor de toda la pesca de captura marina. A la luz de estos datos, preocupa considerablemente la seguridad alimentaria de este pescado, más complicada por una desmesurada demanda que genera aún un “considerable exceso de oferta”.

Estos desequilibrios en el mercado repercuten en una de las prácticas más castigadas por las autoridades pesqueras al menos en Europa, la sobrepesca o captura de peces a un ritmo superior al que la especie puede repoblarse de forma natural. De acuerdo con el informe Planeta Vivo Azul lanzado por WWF (Fondo Mundial para la Naturaleza), la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada representa 11 millones de toneladas de una pesca mundial de la que además recuerdan que se desechan millones de toneladas cada año.

Además, este fenómeno no solo genera preocupantes consecuencias en la biodiversidad y entorno marino, sino también sobre los consumidores y su alimentación. No puede olvidarse que, a pesar de sus enormes beneficios, el atún en conserva cuenta con la presencia del mercurio, un metal pesado naturalmente presente en el mar cuya dosis semanal en una dieta saludable no debe exceder los 1,3 microgramos por cada kilogramo de peso, según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA). Por tanto, consumir más de 4 latas de este pez en conserva por semana no es recomendable.
El atún rojo, una excepción
El atún rojo es la especie de atún de mayor tamaño, pudiendo alcanzar los 4 metros y los seiscientos kilogramos. Sin embargo, no son estas características las que determinan la situación completamente diferente al de los distintos tipos de atunes en la que se encuentran. Su inconfundible sabor y reducida oferta hacen que este atún se haya convertido en uno de los pescados más apreciados en países como Japón o China, en cuyos océanos se encuentra prácticamente en peligro de extinción.

En nuestro país es especialmente en la costa de Cádiz donde este atún ha adquirido gran fama y reconocimiento, cuya captura o “levantá” supone incluso todo un auténtico acontecimiento popular. Son muchas las formas de prepararlo, aunque la gran demanda de la especie se debe en especial a su consumo como tataki, en crudo a modo de sushi o marinado a la plancha.
España, ejemplo mundial en la pesca sostenible de atún
Más de 237.000 toneladas de atún y especies afines, de los cuales cada español consume 2 kilos de media al año, fueron capturadas por buques congeladores españoles en 2021, según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). Las cuotas de pesca, basadas en la voz científica, que permitan el máximo rendimiento sostenible y la gestión responsable de los recursos pesqueros demuestran que siempre es necesario controlar su cumplimiento, recuerdan desde el MAPA.
Además, España cuenta con un sólido sistema de control y es líder mundial en la lucha contra la pesca ilegal. Revisando todos los certificados de captura y rechazando las importaciones de mercancías que carezcan de ellos, la Secretaría General de Pesca controla a más de 2.000 barcos españoles durante 24 horas todos los días del año. Algo fundamental en el caso del atún, cuyas capturas tienen lugar frente a las costas de terceros países en desarrollo cuya legislación al respecto no es aún la adecuada.
🐟 Hoy, celebramos el #DíaMundialdelAtún.
🌊 Según @ONU_es, al #atún en uno de los peces más amenazados ante el exceso de demanda.
⚓ Mediante la conmemoración de este día, se llama la atención sobre la importancia de una gestión pesquera sostenible. https://t.co/iXYvZ7aVBu pic.twitter.com/NO6RlNkS3p— Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (@mapagob) May 2, 2022
De igual manera, España lleva a cabo una gran labor por la conservación del atún rojo. El pasado mes de noviembre, la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) anunció que España podrá capturar 691 toneladas más de atún rojo durante 2023, cifra que asciende a un total de 6.784, gracias a la mejora de la situación poblacional de la especie. Las cuotas para las demás especies, cuyas poblaciones también mejoran, se mantendrán.
“Optimistas sobre el atún del futuro”
A pesar de la “excesiva demanda” y captura de la especie o de los problemas con las capturas accesorias como el enredo de aves marinas o mamíferos marinos con las redes de pesca, desde Naciones Unidas se muestran optimistas sobre el futuro del atún y las reservas atuneras. Confían en que la aplicación del marco jurídico internacional, a través de medidas como el Código de Conducta para la Pesca Sostenible o la propia UNCLOS (Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar), seguirán mostrando resultados positivos en la reducción de la sobrepesca, conservación y gestión del atún, retos a los que ya se han sumado “en torno a 96 países”.

España, en el marco de la Comisión Europea y la Política Pesquera Común (PPC), continuará abogando por “el equilibrio entre rentabilidad, protección de recursos y adecuadas condiciones de trabajo” dentro de todos los sectores pesqueros como es el atunero, en palabras del ministro de Pesca, Luis Planas.