Una de las festividades más reconocidas en el mundo influye en nuestra condición psicológica
La Navidad es una de las festividades más destacadas del año ya que se asocia con conceptos tales como “bienestar”, “ilusión” y “familia”. No obstante, diversos estudios afirman que esta época del año condiciona nuestros pensamientos de manera tanto positiva como negativa.
Según un estudio del Observatorio de la Navidad en España, un 26% de los encuestados adora la Navidad frente a un 6% que la detestan. Por otra parte, el 41% expresa que “les gusta bastante”, mientras que al 27% restante les genera “disgusto”. Estas emociones se desencadenan por diversas situaciones, las cuales pueden ser beneficiosas o perjudiciales para la salud mental.
‘Ventajas’ en nuestro bienestar durante la época navideña
La revista de divulgación psicológica Psychology Today expone un estudio de la Universidad de Michigan en el cual explican que cantar villancicos con un grupo de personas “puede aumentar el bienestar físico y psicológico, así como aumentar los lazos sociales entre las personas que cantan juntas”. De este modo, cantar villancicos en grupo disminuye los niveles de estrés y eleva la oxitocina.
Asimismo, la Escuela Internacional de Neurociencia Empresarial explica cómo la liberación de dopamina y endorfinas, después de dar un regalo, reduce el estrés y aumenta el nivel de bienestar hacia la otra persona e, incluso, hacia uno mismo. Ese vínculo hacia las otras personas es un factor importante de nuestra felicidad en Navidad, puesto que relacionamos este periodo festivo con compartirlo con nuestros seres queridos. Por ello, la gente desarrolla lo que conocemos como «espíritu navideño», ya que siente un gran afecto por los momentos que comparte con sus seres queridos.
‘Desventajas’ en nuestro bienestar durante la época navideña
Del mismo modo que nuestro estrés puede disminuir, también puede incrementarse debido a la exposición de aglomeraciones, gastos, recuerdos nostálgicos u otros factores conocidos como el «síndrome del villancico» y el «síndrome de la silla vacía». El primero es aquel que surge a causa del estrés por el exceso de consumismo, de compartir momentos con personas no afines a nosotros, del nivel elevado de expectativas acerca de la festividad, cdl exceso de consumo de alimentos o de la presión social por tener que estar bien. En cuanto al «síndrome de la silla vacía», es aquel que se relaciona con sentirse solo o añorar a un ser querido. En relación con el sentimiento de soledad, un estudio holandés muestra que la cifra de suicidios incrementa a principios de enero respecto a los otros meses del año.
La Navidad en España y otros países europeos sucede en invierno, la estación que se relaciona con un trastorno afectivo estacional, una forma de depresión clínica que se repite estacionalmente. Esto se debe a que las hormonas se intentan adaptar a un ritmo más lento y de recogimiento, lo que se asocia a estados depresivos.
Consejos de los psicólogos para el bienestar en Navidad
Para la mejora del bienestar en Navidad, los psicólogos, entre ellos Inés Bárcenas, recomiendan: reducir las expectativas, no exigirnos y priorizarnos, recuperar y crear nuevas tradiciones con tus seres queridos, aceptar que somos personas y tenemos el derecho a no sentirnos feliz todo el tiempo, realizar un regalo que haya costado tiempo y esfuerzo o medir nuestro límite con la comida.
La Navidad puede llegar a ser una montaña rusa de emociones, tal y como expone el profesor Brian Hughes:
«La Navidad afecta a la mente humana de muchas maneras: es capaz de estimular la alegría, la nostalgia, la emoción, la inquietud y el estrés, a veces todo al mismo tiempo».