Para conseguir lo que sueñas, solo tienes que mentir
Prime Video traía el pasado 6 de agosto a España Cruel Summer, una serie de diez episodios sobre dos adolescentes cuyos actos las llevan a vivir un infierno lleno de mentiras y secretos que intentarán enterrar cueste lo que cueste.
Érase una vez…
Todos conocemos la historia. Un pueblo americano, con un centro comercial, un instituto, tiendas locales varias, tres calles, una barriada pobre y el resto de casas, casi mansiones, llenas de un lujo hortera y mediocre típico del centro estadounidense. Cada familia es igual de puertas para fuera, pero un universo paralelo una vez en el interior. Todos queriendo encajar en un molde, menos los hijos, rebeldes e inconformistas que sueñas con coger la autovía y conocer un mundo lleno de caras desconocidas. Sin embargo, también están aquellos que quieren seguir la, supuesta, idílica vida de sus padres que encarnan el sueño americano.
Pero, si algo nos ha enseñado las producciones de Norteamérica es que siempre hay alguien que sobresale. Una chica, rubia y de porcelana, una muñeca recién sacada de la caja con los complementos que la acompañan. Unos modelos de escándalo, unas amigas fieles y preparadas para cualquier plan, un novio guapo, con un toque básico, pero adorable, en los mejores casos, y una familia orgullosa del ser que han traído y que casa perfectamente en el papel que le habían otorgado antes de nacer.
No obstante, la perfección tiene un precio. Un coste que no siempre compensa los privilegios que esa pulcritud ofrece, al menos en la televisión. No hay que olvidar que casi todas estas historias son una oda a los ricos también lloran, pero solo queremos ver cuan bajo pueden caer. Así, normalmente, la chica ejemplar suele sufrir de estrés, ansiedad, maltrato familiar, seguramente por parte de la madre y por culpa del sistema patriarcal en el que vivimos, y una serie de problemas derivados de cumplir unas expectativas demasiado grandes a una edad tan temprana.
Sin embargo, en este cuento siempre hay alguien que obvia el lado negativo de la vida perfecta de la Barbie reina del baile. Hablo de la chica empollona con complejo Patito feo. Un personaje al que le cuesta socializar, pero lucha para hacerlo. Poco a poco se atreve a decirle algunas frases a los chicos populares, a la celebridad de instituto. Pero esta reina abeja no es la chica mala típica de otro tipos de cuentos que relatan la misma historia, esta joven es simpática y agradable. Es rica, guapa, privilegiada e inteligente, pero con corazón. Por lo que, una vez abierto el contacto, su némesis querrá más. Una vida que por mucho que sueñe sabe que no va a poder conseguir, al menos siguiendo las reglas.
Mismo misterio, nueva adicción
Así pues, desde un punto primario esto es Cruel Summer. Kate Wallis (Olivia Holt, Evermoore, Cloak and Dagger) es la chica popular de la historia y Jeanette Turner (Chiara Aurelia, Tell me your Secrets, El juego de Gerald) la joven nerd con una admiración envidiosa hacia Kate.
Pero si todo fuese lo que acabo de contar, no tendría gracia. Este es un relato diferente en el que nuestras dos adolescentes pasan un verano, aparentemente cotidiano y mundano, lleno de momentos clave para un cambio gradual en sus vidas. No es hasta el final de las vacaciones cuando el mundo de las chicas da un giro de 180 grados. Kate desaparece y nadie halla rastro de ella, mientras Jeanette se apodera del lugar que siempre había querido ocupar.
De esta forma se plantea un misterio a tres tiempos. En 1993, 1994 y 1995 los hechos que rodean a la desaparición de Kate y todos los afectados se van exponiendo y explicando en un caleidoscopio de historias enrevesadas que, al igual que el elástico con el que jugábamos de pequeños a enroscarlo, acaban en una imagen que muestra los restos de unos seres apaleados por el abuso de una inocencia, unida a un perverso despertar.
La realidad de la ficción
Todo en la serie está bien, excepto por un pequeño fallo de guion que, con una confianza ciega tras haber sido cautivado por el despliegue visual, de actuación y narrativo que es la serie, se puede rebatir sin que manche la experiencia que es ver Cruel Summer.
Lo curioso de la serie es que es algo ya visto, pero sorprende. Sigue todas las características propias del género. Una miniserie, por ahora, con sus personajes típicos a la vez que profundos, llenos de capas y sombras. Situaciones en las que a primera vista cualquiera pensaría que actuaría de otra manera, pero, en el fondo, todos sabemos que la duda existe. No somos tan maduros como creemos y mucho menos tan éticos. Por eso Cruel Summer y sus sucedáneas funcionan tan bien, nos muestran los resultados de cruzar la línea, una línea que quizás nunca lleguemos siquiera a discernir, pero que, llegado el momento, puede ser más borrosa de lo que imaginamos.
También está el hecho de que, por mucha ficción que nos muestre, la serie presenta experiencias que pueden ocurrir en la realidad. La vida se forma de momentos, casualidades y decisiones que abren un camino invisible delante nuestra. Una pequeña mentira, un secreto sin importancia pueden ser el detonante que se lleve por delante todo lo conocido y planeado. Por supuesto, se muestran de una forma exagerada y con una retorcida oscuridad que despierta el morbo del espectador para que no le de ni tiempo a pensar si deja de ver la serie o no antes de que el siguiente episodio se ponga de manera automática.
Un trabajo bien hecho
De esta manera se podría decir que en Cruel Summer la novedad está en que las tramas, y en concreto la que funciona de columna vertebral, son más sencillas y cercanas. Un caso que se podría ver en las noticias un jueves cualquiera. De hecho, peores cosas han pasado. Es por esto que la serie es tan adictiva. Es oscura, pero terrenal. Un cotilleo en el que se va escarbando hasta que, una vez llegado el final, todo recoveco ha sido estudiado y revelado. Como en todo cuento, hay héroes y villanos, pero en este caso no tenemos que esperar a que Disney haga un live-action precuela. Todo está en los diez capítulos que conforman la temporada.
Antes de finalizar, he de hacer una mención especial al reparto. Junto a las dos protagonistas tenemos a Froy Gutiérrez (Teen Wolf, Light as a Feather), Sarah Drew (Grey’s Anatomy, Mom’s Night Out), Blake Lee (The Christmas Setup, The Austronat Wives Club), Allius Barnes (American Skin, Thumper) y demás actores, cada uno menos famoso que el anterior, que demuestran lo que es un trabajo bien hecho. Gracias a ellos, sin olvidar el cómo se cuenta y se monta la historia, se consigue que la serie hipnotice y no puedas apartar la vista hasta los créditos finales.
Así pues, esta Pequeñas mentirosas a lo Big Little Lies, y con un aire a Por trece razones, tiene todos los ingredientes para ser el éxito del verano. Un caramelo lleno de mentiras, secretos y traiciones aderezados con el toque americano de niños jugando a ser adultos y adultos que se comportan como niños, en un cuento sobre un pueblo, dos chicas y una mentira por la que todos tendrán un precio que pagar.
