La obra de Ana Bernal-Triviño es un golpe de realidad, que trata de dar voz a las mujeres protagonistas de las obras lorquianas, y así, realizar un homenaje a la memoria histórica, a Lorca y al feminismo.
Federico García Lorca llegó a ella con 14 años, y desde ese momento, la ha acompañado en muchos aspectos de su vida personal y profesional. La escritora y periodista, Ana Bernal-Triviño, presenta la segunda parte de Las Mujeres de Federico, en una nueva entrega en la que, la figura masculina, cobra también relevancia.
Las mujeres de Federico
El primer libro de la futura trilogía, que ya cuenta con dos volúmenes, se titula Las mujeres de Federico, fue publicado el pasado año. Como bien se reconoce en su título, la mujer cobra un total protagonismo. Cada una de ellas, representa las etapas de la vida por las que puede pasar una mujer. Son un reflejo de la figura femenina no sólo de la época, sino también de la actualidad. Durante todo el libro, estas emblemáticas mujeres irán descubriendo un sentimiento de hermandad, que las une y las hace más fuertes, que las lleva a evolucionar y desarrollarse personalmente. Así, juntas, cambiarán su destino.
Los hombres de Federico
Un año después, esas mujeres que creen ser libres, regresan a la Huerta de San Vicente, e invadidas por un miedo que vuelve a atacarlas, se dan cuenta de que todo ha cambiado, se ven vulnerables. El miedo siempre vuelve, y por mucho que creemos poder erradicarlo, por mucho que creemos haber avanzado socialmente, siempre sigue ahí.
Los personajes masculinos de las obras de Lorca se incorporan en esta novela, con la finalidad de simbolizar los distintos roles que ocupa el hombre en la vida de la mujer. Habrá dos tipos de figuras masculinas: Aquellos que buscan sumarse a la lucha femenina, y que, por consiguiente, apoyan a la mujer, y, por otro lado, aquellos que tratan de hundirlas.
No es fácil dar vida a personajes que cuentan con tan poca información en las obras de Federico, y esta fue una de las principales dificultades que comentó la autora en la presentación que tuvo lugar en Sevilla, el pasado 12 de diciembre. Uno de ellos, sería la figura de Pepe el Romano, que fue construido a partir de las declaraciones dadas por las mujeres en La Casa de Bernarda Alba, para así, crear su personalidad. En este mismo acto, Ana Bernal-Triviño quiso aclarar que las protagonistas parten de un sentimiento de temor, y que en ningún momento estas se refugian en la ira o la venganza. Para la autora es algo preocupante que estas emociones sean el punto de partida en muchas ocasiones.
A Los hombres de Federico también se incorporan nuevos personajes femeninos. Así, veremos cómo ellas no formarán parte de esa comunión que une a las protagonistas, donde incluso algunas tratarán de perjudicar al resto de mujeres.
Las ilustraciones de Lady Desidia
Ambas novelas cuentan con la participación de Vanessa Borrel, más conocida como Lady Desidia. Las historias narradas por Ana Bernal- Triviño cobran vida en los dibujos de esta ilustradora. Trazos sencillos y delicados, pero mucho más directos que en el anterior libro, reflejan a la perfección la sensibilidad de aquellas mujeres.
La portada, por otro lado, de color rojo, se inspira en ese inicio del libro, en como ellas llegan a ese lugar que creían conocer, y en como de impactante es el cambio. Vuelven a un paisaje marcado por la calima, el fuego, el rojo.
Los hombres de Federico en la actualidad
Muchas de las situaciones que vivirán esas mujeres en Los hombres de Federico, son representaciones de la actualidad, conflictos por los que, hoy día, muchas mujeres han pasado: “Cuando una mujer es víctima, los sentimientos son los mismos en 1935, que en 2022”.
Como ya mencionó Ana en la presentación del libro, el problema de que muchas mujeres no tiendan la mano para socorrer a otras reside en la propia educación y cultura de cada una. A veces, esto se basa en una mera condición de supervivencia, donde la única forma de sobrevivir es manteniendo ese papel. De hecho, esto sucede incluso entre feministas y víctimas también.
¿Cuál es el precio que pagan las mujeres que hablan? Eso se ve reflejado en ambos libros, en el segundo con más fuerza. Mujeres que hablan, que defienden, que luchan, se ven envueltas en continuas amenazas. El uso de la violencia para que la mujer calle, es algo muy presente tanto en el libro, como en la sociedad actual. Romper el silencio, tiene un precio a pagar.
Esta obra no es solo un homenaje a Federico García Lorca, sino que además, es un compromiso con la mujer actual, y sobre todo, con la memoria de la mujer: “Tenemos una deuda en este país con las grandes mujeres, que vieron como todo lo que habían construido se caía”, “Hay que traer la memoria histórica de esas mujeres”.